La falta de bombas de achique y retroexcavadoras impide levantar decenas de cuerpos aún atrapados

La tarea prioritaria de recuperar los cadáveres para poder identificarlos cuanto antes y entregarlos a sus familias se está viendo ralentizada. Entre otras razones, por la falta de suficiente maquinaria pesada para abrir accesos a algunas calles de los municipios devastados por la mortífera DANA -hay 202 muertos oficialmente, pero se temen entre 300 y 400, al menos– donde continúan agolpados cientos de vehículos, entre fango y cañas. Pero también para desmontar esas montañas de coches en pasos subterráneos, como el de Alfafar, y para desaguar garajes aún anegados hasta el techo. Principalmente, porque en varios de esos puntos está constatada la presencia de víctimas mortales. Son cadáveres localizados, pero no levantados porque ha sido imposible acceder al punto en el que se encuentran en las condiciones necesarias para que los equipos mixtos de médicos forenses y policías o guardias civiles puedan realizar esa diligencia judicial por delegación.

El viernes por la mañana, día de Todos los Santos, la cifra oficial de fallecidos, que no fue actualizada en toda la jornada, era de 202, pero no todos habían sido recuperados y trasladados al Instituto de Medicina Legal para ser sometidos a la autopsia para establecer las causas de la muerte y para determinar su identidad, a través de las huellas y del ADN.

Ya han pasado 72 horas

Al mediodía del viernes, se estimaba en 70 los cuerpos que permanecían allí donde la muerte les había sorprendido. Por la tarde, cuando ya habían pasado 72 horas eternas, para sus allegados y para los vecinos que llevan viéndolos, impotentes, atrapados en coches y en otros puntos, seguían siendo decenas. No solo entra en juego el daño emocional que esta situación está generando en las familias, sino también el riesgo evidente para la salud pública, por la aceleración de los fenómenos cadavéricos a causa de la temperatura ambiental, de la existencia de lodos infestados de microorganismos y de aguas estancadas en proceso de putrefacción.

Además, esos fenómenos provocan que se deterioren las huellas dactilares, lo que complica el proceso de identificación a través de técnicas lofoscópicas directas y obligará, en muchos casos, a esperar los resultados del ADN para poder establecer con total certeza la identidad de cada víctima mortal.

En este momento, la mayor necesidad es contar con retroexcavadoras, tanto grandes como pequeñas, para abrir accesos en calles de varios municipios, polígonos y zonas del barranco de Chiva, grúas para poder desmontar los cúmulos de coches encajados y estrellados entre sí y autobombas con suficiente potencia para agilizar al máximo la evacuación de aguas en los aparcamientos subterráneos, tanto de las fincas particulares de los municipios de las zonas cero del desastre de l’Horta Sud como de centros comerciales en los que se teme pueda haber cuerpos sin vida, como es el caso de Bonaire, en Aldaia, y MN4, en Alfafar.

En teoría, la incorporación, este sábado, de otros 500 militares, que se suman a los 1.700 ya desplegados desde que, por fin, el president Carlos Mazón decidió incorporar al Gobierno de España en el gabinete de crisis autonómico para poder solicitarle la ayuda del Ejército, aliviará esas necesidades, ya que buena parte de los efectivos son de unidades de ingenieros, especializados en la limpieza de escenarios catastróficos y en restauración de infraestructuras destrozadas.

Más de cien forenses

La ayuda estatal no solo ha consistido en enviar al Ejército. Además, se han incorporado forenses de varias comunidades autónomas, así como más policías y guardias civiles, para acelerar el rescate de personas aisladas, el auxilio de los damnificados con el reparto de medicinas y víveres y, sobre todo, el control del pillaje. Hasta ayer, había 64 detenidos (12 están ya en prisión) y 183 identificados.

En cuanto a los forenses, hay más de un centenar implicados en el proceso de gestión de las víctimas mortales de esta DANA, distribuidos en tareas de levantamiento, autopsia e identificación de los fallecidos. Hasta la mañana del viernes, se habían recibido y etiquetado con un código alfanumérico cerca de 180 cuerpos, se les había efectuado la autopsia a 162 y se había identificado de manera completa a 39.

Cuando el proceso ha finalizado, tal como informó el jueves Levante-EMV, son transportados por la UME a Feria València, uno de cuyos pabellones se ha convertido en una gigantesca morgue para albergar los cuerpos, una vez concluida la identificación plena, a la espera de poder entregárselos a las familias a través de la funeraria que designen, tal como establece el protocolo con cualquier difunto judicial.

La cifra de desaparecidos

Hasta ahora, no se han facilitado cifras de desaparecidos porque habrían resultado engañosas. De hecho, de las 75.000 llamadas gestionadas por el teléfono de Emergencias 112, 2.500 estaban relacionadas con personas no localizadas tras el paso de la DANA. La mayoría han llegado a través del teléfono habilitado para los familiares, el 900 365 112. Esa era la cifra de desaparecidos el miércoles por la noche, cuando más de 115.000 usuarios estaban sin luz y sin cobertura de teléfono fija, móvil e internet, totalmente incomunicados.

Justo por eso, las autoridades no han querido hablar de desaparecidos, porque era engañoso. Un dato: el jueves, la lista de 2.500 bajó de un plumazo en 600. Buena parte del área afectada recuperó las comunicaciones y las personas ilocalizables dieron señales de vida.

Por eso, hablar de 1.900 desaparecidos sigue siendo temerario y no coincide con las cifras que se manejan a partir de la información recabada en el Centro Integrado de Datos instalado en el IML y con los alcaldes y alcaldesas de los 13 municipios más afectados. Además, el Cecopi cree que muchas de esas personas han sido localizadas pero no han comunicado el hecho a las autoridades, por lo que siguen en el listado.