Temporal en Cataluña
La DANA colapsa el aeropuerto de Barcelona: "Prefiero estar atrapado en El Prat que en medio de la carretera"
La tromba de agua ha dejado 50 vuelos cancelados y 17 llegadas desviados a otros aeródromos
Elisenda Colell
"Pensaba que el avión caía, que nos derrumbábamos", explica Carme, una de las últimas pasajeras que ha logrado aterrizar en la pista del Prat este mediodía. "Hemos estado dos horas dando vueltas, con las turbulencias y cuando aterrizamos ha salido todo el agua, la pista estaba encharcada", cuenta la mujer, que volaba desde Whashington. La lluvia ha dejado impracticable algunas zonas de las pistas del aeropuerto del Prat, lo que ha generado más de 50 vuelos cancelados y 17 llegadas desviados a otros aeropuertos. "Prefiero estar atrapado en el aeropuerto que en medio de la carretera", suspira Miguel, que espera regresar a Valencia lo antes posible.
A las 10 de la mañana, los accesos al aeropuerto del Prat eran impracticables. En la planta de las llegadas, una inundación daba la bienvenida a quien debía partir o recibir a familiares. También han aparecido cascadas de agua frente a varios mostradores. "Dame una lancha de surf o una canoa", bromeaban muchos ante los avisos de los trabajadores de esquivar el paso. El agua de esta zona ni llegaba ni a los tobillos.
Al llegar a la terminal de salidas, los vuelos cancelados ya iban aumentando. Rudy, después de pasar el puente de vacaciones en Barcelona, debía regresar a Bilbao. "Su vuelo está cancelado", le advertía otro empleado. El suyo y 17 más. "¿Y ahora qué hago? ¿Dónde voy? Yo no tengo donde quedarme acá", respondía angustiada la mujer. Dos plantas más abajo, ante el mostrador de Vueling, centenares de viajeros como ella se han personado frente a los mostradores de la compañía para pedir ayuda.
"El problema es que no nos han dicho nada hasta que hemos llegado a la puerta de embarque", se quejaba Jorge, que a las nueve debía volar hasta Santiago de Compostela. "A la una volvíamos a Torino, tenemos que ir a trabajar, pero nos acaban de dar un vuelo para el miércoles", lamentaba Alessia Borsari, con un bebé en brazos. "Soy enfermera, tengo que ir a currar, trabajo en cirugía", chillaba Itzaso, claramente agobiada. "Tendríamos que llegar a casa mañana a las ocho pero me temo que no", respondía Irati. Hacían escala en El Prat hasta Roma. "Pero nos hemos quedado aquí atrapadas".
Nerea, Alexia y Ruth y acumulan vuelos cancelados desde la noche del domingo. "Ayer salíamos a las cinco de la tarde y nos cancelaron. Nos dieron hotel y otro vuelo hoy a las nueve. Y otra vez cancelado. Dicen que mañana salimos a las ocho, pero no huele bien", explicaba Alexia. Dos horas después en la cola mostraba su billete alternativo orgullosa. "Nos han atendido, tenían soluciones habilitadas.. Nosotras porque veníamos a una boda y nos lo tomábamos con cachondeo, pero si mañana no salimos ya es el límite, que no tenemos ni ropa interior limpia", añadía Alexia. También Catarina, de Oporto, ha vivido hoy una doble cancelación. "Ayer por la tarde me cancelaron por el mal tiempo y ahora otra vez", decía resignada.
"Llevamos desde las nueve dando tumbos, que nadie nos ha avisado", criticaba Francisco Fernández. Vecino de Mallorca, iba a Barcelona camino Santiago de vacaciones. "El problema es que nos han hecho facturar las maletas. ¿Qué hacemos?", se pregunta. "Yo aquí no me puedo quedar, soy diabética, necesito mi medicación", añadía otra mujer, claramente agobiada, en la cola. A medida que iba avanzando la mañana, las colas de pasajeros afectados han ido creciendo y llenando la sala de la terminal. Lisboa, Londres, Granada, Amsterdam, Basilea... "Estamos todos igual", asumía un anciana que aún no puede volver a Andalucía. "No nos ayudan mucho", se quejaba Lina.
Todos han salido con un vuelo alternativo y una noche de hotel. El reto, después, era llegar hasta el alojamiento. Los Mossos avisaban de no ir en coche hasta Barcelona, pero los taxis y los buses sí ofrecían servicio. El tren y el metro, desde el aeropuerto, ha sido cancelado desde primera hora de la mañana.
Carme y Pau son de los pocos que han logrado aterrizar. "Una chica que iba con otro vuelo 20 minutos más tarde ha volado a Madrid". Ellos han visto los charcos de la pista de aterrizaje. "El agua se ha levantado hasta la ventana cuando hemo tocado suelo". Lo peor, dice, ha sido el momento en que han sonado las alarmas de protección civil mientras rodeaban las inmediaciones del aeropuerto con turbulencias. "Pensaba que caía el avión", dice Pau, que explica que han tardado dos horas para recoger sus maletas porque, a causa de las lluvias, los operarios no podían extraerlas.
A pesar de todo, Sara y Miguel están tranquilos. Salieron de Valencia el martes de madrugada. "Vivimos a 4 kilómetros de Paiporta, pero nuestra casa está bien". Han llegado esta madrugada desde Estambul. A las siete de la mañana les recogía un autobús hasta su casa. "Cuando hemos llegado a Tarragona ha dado vuelta atrás, la carretera estaba cortada. Por suerte nos han devuelto aquí y no en medio de la carretera". Han comprado un vuelo hasta Valencia a las 19h, pero no tienen claro que vaya a salir. "A ver si hay suerte y podemos volver a casa, si no, nos tendremos que quedar a vivir al aeropuerto", bromeaba ella.
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