CATÁSTROFE EN VALENCIA
El peor momento de Mazón
Una semana después de la inundación el jefe del Consell atraviesa sus horas más bajas al ser señalada la gestión de la crisis incluso por Feijóo
Alfons Garcia
Al estilo Rafa Nadal, a las 10.45 horas del martes de la semana pasada, 29 de octubre, Carlos Mazón mordía el certificado Aenor a la sostenibilidad del turismo valenciano. Todo iba bien. Aunque las cosas se empezaban a poner feas en Utiel y el río Magro recibía un caudal que horas después devastaría l’Horta Sud en la inundación con más muertes de este siglo en Europa. El jefe del Consell estaba al tanto de esas lluvias porque tras ese acto realiza un ‘canutazo’ para informar de la previsión del temporal. Según dijo, se desplazaba hacia Cuenca y reduciría su intensidad por la tarde. Fue su última comparecencia tranquila. El vídeo de esa declaración, que subió a redes sociales horas después, fue borrado más tarde.
Una semana después, Mazón vive su peor momento como president de la Generalitat. Lejos queda la imagen del político que crecía en las encuestas y se agigantaba el último Nou d’Octubre, tras un año y tres meses en el Palau. La crisis ha dejado por los suelos el crédito del líder valenciano, cuestionado incluso en el seno del PP.
Hay dos hechos fundamentales en las últimas horas. Uno es el arrebato de indignación popular (amplificado por grupos de extrema derecha) durante la visita a la zona cero (Paiporta) con los reyes y Pedro Sánchez. El otro es consecuencia de este: la declaración institucional del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el lunes para pedir al Gobierno la declaración de emergencia nacional, lo que implica quitar el mando a Mazón.
Se trata de una declaración perfectamente pensada después de los altercados del domingo («institucional»), no una respuesta improvisada a una pregunta en un pasillo. Feijóo sabía las consecuencias de lo que decía: el golpe político que suponía al ‘barón’ del PP en la Comunitat Valenciana. La declaración de Feijóo es el punto álgido de una ola política que ha ido creciendo los últimos días. El mismo lunes, la agencia de noticias Europa Press difundía una nota en la que, según un dirigente del PP sin identificar, «se han cometido errores de bulto muy graves» y Mazón está «abrasado» en la gestión de la crisis.
Las primeras decisiones en la emergencia están especialmente en el punto de mira. Y los focos están sobre Mazón. Que las alarmas no sonaran en los móviles de los habitantes de la provincia de Valencia hasta después de las 20.00, cuando ya había zonas de l’Horta Sud inundadas, es el hecho central en el análisis de toda esta gestión.
Sin el escudo de Vox
Mazón se ha encontrado en 16 meses con el incendio de Campanar y con estas inundaciones históricas. En febrero tuvo el liviano escudo de que las competencias de emergencias estaban en manos de Vox. Ahora no le queda ni eso.
Dos medios de comunicación (elconfidencial y laSexta) publicaban ayer que el jefe del Consell llegó ese fatídico día 29 a la reunión del centro de emergencias dos horas después de que hubiera comenzado. Presidencia sostiene que siguió desde su despacho la evolución de acontecimientos en contacto con el personal de emergencias que estaba en el Cecopi y que se desplazó cuando le avisan de riesgo de colapso de la presa de Forata. Pero pasadas las 20 horas la situación era ya crítica en el barranco del Poyo.
Mazón, que en las últimas horas ha bajado su presencia pública, se ha encontrado con un aliado accidental. Sánchez era tajante ayer en su negativa a «nacionalizar» la crisis, como pide Feijóo.
Es un respiro, a pesar de la confrontación sobre la responsabilidad de las alertas y del despliegue militar, con declaraciones cruzadas entre Mazón, la ministra de Defensa, los mandos de la UME y la Confederación Hidrográfica del Júcar, que ayer seguía viva. Es un juego que delata que a estas alturas todos asumen que se actuó tarde.
Mazón ha demostrado capacidad como estratega en esta segunda etapa en la Administración autonómica, ahora al frente del timón. Todos saben en el PP que no es un ‘pura raza’ de Feijóo. Se aupó a la presidencia del PPCV de la mano de Pablo Casado y Teodoro García Egea y ha exhibido autonomía en la misma medida que el PP de Feijóo mostraba las debilidades de su estructura territorial: pactó con Vox para lograr la presidencia de la Generalitat a pesar del criterio del líder nacional.
Hoy Mazón vive sus horas más bajas como jefe del Consell. El lunes se oyó algún abucheo en el exterior del Palau mientras realizaba una declaración institucional. Alguna pintada en las zonas inundadas pide su dimisión. Y tiene convocada una manifestación contra su gestión este sábado por parte de organizaciones de izquierda.
No obstante, mantiene el mando de la emergencia y, por tanto, la facultad para tomar decisiones y la visibilidad. Tiene mayoría en las Corts y Vox de momento no le responsabiliza de la gestión (Sánchez se lo lleva todo). Con esos hilos tendrá que tejer su resistencia.
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