DANA

Sevilla, Murcia o Palma, algunas de las capitales amenazadas con zonas inundables

El valor de los ríos en las ciudades y el boom urbanístico de los años 70 y 80 hizo que muchos barrios estén situados en lugares de riesgo por inundaciones

Vista general del barranco de Barxeta (Valencia) con gran caudal debido a las lluvias torrenciales. / EFE

Badajoz está asentada junto al río Guadiana y Murcia se fundó sobre el río Segura. La ría de Bilbao ejerce de columna vertebral de la ciudad, lo mismo que ocurre con el Guadalquivir en Sevilla.

Todas ellas son ciudades capitales de provincia donde sus ríos o rías ejercen como ejes fundamentales; todas sufrieron, en algún momento de su historia, riadadas. A principios del siglo XX, el río Guadalquivir inundó Sevilla con cotas de aguas superiores a seis metros, cuando la ciudad estaba atravesada por el propio río y no por el canal de Alfonso XIII. La última en Badajoz fue en la madrugada del 5 al 6 de noviembre de 1997. Un temporal dejó 25 muertos en Extremadura y 1200 familias perdieron sus casas en la capital pacense.

Por su parte, Murcia se vio arrasada el 15 de octubre de 1897 por la riada de Santa Teresa, una de las más recordadas en la historia. El río Segura alcanzó registros históricos, dejando a su paso 761 muertos.

A lo largo de la historia, lo cursos fluviales han sido determinantes para la fundación de los núcleos urbanos que nacían en torno a ellos. "El desarrollo urbano está relacionado con la disponibilidad del recurso", explica Alfredo Pérez Morales, del Departamento de Geografía de la Universidad de Murcia. El medio hídrico se ha considerado como un recurso para el abastecimiento, el control, el transporte o el aprovechamiento energético y agrícola de las urbes.

Por eso, muchos de los asentamientos en España se hicieron en torno al río Ebro, al Guadalquivir o al Guadiana, lo que ha provocado que, a día de hoy, muchas ciudades españolas cuenten con barrios enteros en zonas inundables de origen fluvial. Sevilla, Murcia, Lleida, Badajoz, Gijón o Palma son algunas de las afectadas, según se desprende de las delimitaciones cartográficas del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO). Bilbao es otra. Allí, en solo 24 horas, un 26 de agosto de hace 41 años cayeron 1.500 toneladas de agua provocando que la altura del agua alcanzara los cinco metros. Hubo 34 fallecidos y cinco desaparecidos. 

Otras están en una zona de peligro por un motivo diferente. Pérez Morales explica que a medida que se inició el periodo del desarrollismo en España, con el fin del periodo de aislamiento y autarquía -el periodo franquista de crisis económica en el que estaba sumida España desde el fin de la Guerra Civil hasta 1959- la actividad urbanística se volvió más intensa.

Éxodo rural y turismo

"Entre otras razones, para dar cabida a una población que en ese momento estaba experimentando un éxodo rural por un cambio de modelo en la economía española que tenía que ver con la terciarización", añade. Las familias se iban traslando a donde había actividad, principalmente en núcleos capitalinos, el litoral mediterráneo y los espacios insulares. En estos últimos, se sumó la aceleración de la actividad turística y la necesidad de recibir a ese "turismo de sol y playa".

Así que se construyó en zonas con riesgos de inundaciones y avenidas en caso de tormentas tropicales. Hay viviendas que están prácticamente metidas en barrancos y naves industriales que difícilmente se salvarían de inundaciones a lo largo y ancho del país.

"Esto ha seguido una secuencia cronológica desafortunada porque, aparentemente, se ha experimentado un mayor número de inundaciones a medida que se iba a produciendo un incremento de la actividad urbanística o de las edificaciones", prosigue Pérez Morales.

Fue en los años 80 cuando comenzó a acentuarse la frecuencia de inundaciones y, por tanto, cuando se empezó a hablar del control de la naturaleza o de medidas preventivas.

Litoral mediterráneo

Pero la planificación urbanística iba más rápido que las medidas de control, ya fuese en forma de canalizaciones, en presas o derivaciones. También de las preventivas, que empezaban a surgir con el planeamiento urbano y la ordenación del territorio, que imponía límites a dónde construir si se entendía que una zona podía estar afectada por el peligro.

Al fin, en 1998, y tras episodios de inundaciones como en Badajoz o Huesca, se aprueba la Ley del Suelo, donde se disponía que los municipios tenían que acreditar cuáles eran las zonas del riesgo presentes en sus territorios. Aunque, explica el experto, "ya se había construído mucho en zona inundable".

De ahí en adelante, empezó a ser necesario hacer uso de una cartografía cuya precisión todavía estaba poco desarrollada. "Costó mucho que los municipios interiorizasen su responsabilidad sobre verificar qué era suelo urbanizable para después trasladarlo en sus planes generales de ordenación urbana", añade el el profesor de la Univeresidad de Murcial.

En el litoral mediterráneo, indica, se hizo especialmente difícil delitimar esas zonas. Además, la percepción del riesgo en ramblas, tarrentes o barrancos, que no funcionan con un caudal continua, no era tan patente como el río Ebro, el Júcar o el Segura. Resultaba "bastante seductor" ir ganándole terreno progresivamente a los cauces.

En 2007, y tras varias inundaciones que acontecieron en Europa, la Unión Europea insta a los estados miembros a realizar una cartografía con un estándar generalizable. Gracias a esto, sabemos que, en total, España tiene unos 25.000 kilómetros cuadrados de zonas inundables, en las que viven unos 2,7 millones de personas, según el Ministerio para la Transición Ecológica.

¿Cómo saber si mi casa está en una zona inundable?

Para saber si nuestra vivienda está en una zona inundable o de riesgo para la población, se puede acudir al al mapa de Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSIs) que se aloja en la página web de MITECO.

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Una vez dentro, se debe clicar sobre el icono del "árbol de servicios" que aparece en la barra de herramientas superior. Entre las opciones que aparecen en un desplegable están las zonas inundables a diferentes plazos (10, 100 y 500 años), así como las áreas de riesgo, divididas en riesgo para la población, para las infraestructuras, para la economía, el medio ambiente y otros subapartados.

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