Pequeños gestos que reducen el desperdicio y cuidan el planeta

El desperdicio alimentario es un reto a nivel global que va más allá de una cuestión ética, ya que tiene graves consecuencias sociales, económicas y ambientales. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en 2022 se desperdiciaron 1.052 millones de toneladas de alimentos, de las cuales el 60% procedieron de los hogares. Dentro de esta situación, España avanza hacia un modelo sostenible. El último Informe del Desperdicio Alimentario en España arroja el síntoma positivo de que el número de hogares que no desperdiciaron alimentos aumentó un 4,4% en 2023, marcando una tendencia esperanzadora.

En esta línea, el VI Barómetro de Conductas Sostenibles de Aqualia, basado en los datos de su herramienta Sosteniblómetro digital, evidencia un creciente compromiso ciudadano con prácticas que reducen el desperdicio alimentario y fomentan el consumo eficiente de recursos como agua y energía. Este informe, que recoge datos entre el 5 de junio y el 5 de diciembre de 2024, no solo destaca la evolución de los hábitos sostenibles, sino que subraya la conexión entre el consumo responsable y el impacto positivo en el medio ambiente.

Entre las prácticas más adoptadas por los encuestados destacan guardar las sobras para el día siguiente (95%) y planificar menús semanales con antelación (93,75%). Además, un 95,38% saca los alimentos del congelador con tiempo suficiente, evitando descongelarlos con agua caliente, una cifra que ha crecido más de 8 puntos desde la última consulta en junio. Estas acciones no solo reducen el desperdicio, sino que optimizan el uso del agua y la energía en cada hogar.

Aprovechar el agua

El informe también revela áreas en las que existe margen de mejora. Por ejemplo, solo el 40% reutiliza el agua de cocer verduras para regar las plantas, y apenas el 35,09% recoge agua reciclada de la ducha en algún recipiente mientras se calienta para reutilizarla posteriormente. Estos datos apuntan a un margen de crecimiento en el aprovechamiento integral de los recursos.

Continuando con el líquido elemento, el desperdicio alimentario no solo implica la pérdida de alimentos, sino también el derroche del agua. Según estimaciones globales, este problema es responsable de hasta un 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero. En este contexto, cada pequeño gesto en el hogar puede marcar una gran diferencia para tratar de reducir esa cifra, al tiempo que crea una cultura de sostenibilidad para las futuras generaciones.

Acciones como ajustar la cantidad de agua utilizada para cocinar (hábito adoptado por el 91,67% de los encuestados) o priorizar productos locales, como hace el 97,73% de los participantes del Barómetro sostenible, son ejemplos de cómo el consumo consciente puede contribuir a un futuro más sostenible.

El Sosteniblómetro de Aqualia

Desde su lanzamiento en 2022, el Sosteniblómetro de Aqualia ha sido una herramienta clave para medir y fomentar hábitos sostenibles. Este sencillo test de cinco preguntas, disponible en la web sosteniblometro.com, ha contado con la participación de más de 14.400 usuarios, quienes reciben recomendaciones personalizadas para mejorar sus hábitos diarios tras completar el cuestionario. Desde su primer año, Aqualia publica periódicamente los resultados de este estudio para informar y animar a los ciudadanos a que sigan midiendo cómo de sostenibles son sus hábitos diarios, mientras obtienen tanto sus resultados como información complementaria sobre qué gestos pueden corregir y cómo hacerlo a través de consejos sostenibles.

Gracias a esta iniciativa, se ha logrado no solo medir el impacto de los hábitos de los ciudadanos, sino también incentivar cambios que benefician tanto a los hogares como al planeta. En esta sexta oleada, provincias como Jaén, Córdoba, Tenerife, Guipúzcoa y Toledo han destacado como las más sostenibles, por registrar la mejor ratio entre participación y acierto en las respuestas.

Reducción del desperdicio

El Sosteniblómetro es una herramienta que ha ayudado a que en los últimos años España muestre un progreso significativo en la reducción alimentaria. Desde 2020, los hogares españoles han reducido este desperdicio en un 13,2%. Este avance es el fiel reflejo de una mayor concienciación ciudadana y de iniciativas como el mencionado Barómetro de Conductas Sostenibles de Aqualia, que promueven el cambio desde una perspectiva educativa, cultural y accesible.

También hay otros avances notables y diferentes iniciativas, como las aplicaciones digitales para aprovechar comida sobrante de los restaurantes, utilizadas por un 46,94% de los encuestados, o decisiones que se van imponiendo, como la de pedir agua filtrada en restaurantes en lugar de agua embotellada (43,4%), que aseguran dar pasos en la dirección correcta dentro del (todavía) largo camino hasta lograr un planeta sostenible.