España: menos desigualdad de ingresos y más clase media

La desigualdad, a nivel mundial, se ha reducido en las últimas tres décadas. Unas buenas noticias que se respaldan con datos basados en todas las economías globales. Una de las métricas que se usa para llegar a esta conclusión es el índice de Gini, que utiliza el reparto de ingresos de la población para analizar la desigualdad económica.

“Este índice toma valores entre 0 (igualdad perfecta) y 100 (desigualdad máxima), lo que facilita la comparación entre diferentes países y periodos”, explican Oriol Aspachs, director de Economía Española de CaixaBank Research, y Josep Mestres, economista de CaixaBank Research, en el informe España ante el espejo: Evolución de la desigualdad y de la clase media, que presentaron en el Auditorio de El Periódico de Catalunya el pasado 11 de diciembre.

Es el Gini el que indica que la desigualdad se redujo de forma “casi ininterrumpida” entre 1990 y 2019. “Esto se debe al rápido crecimiento económico de países emergentes como China e India, que ha permitido sacar de la pobreza a millones de personas y aumentar la convergencia de ingresos entre países”, apunta el informe. 

Sin embargo, esto es a escala global. Si se analizan los datos individuales de los diferentes países, se puede ver que la desigualdad de ingresos ha aumentado en la mayoría de las economías desarrolladas –EE. UU., Francia o Alemania– con respecto a hace 30 años. Eso sí, con excepciones, como España, que no deja de decrecer, ya que las últimas décadas han estado marcadas en el país por el establecimiento del estado del bienestar, las políticas redistributivas y la incorporación de la mujer al mercado laboral, entre otros. Aun así, como señala Mestres, a pesar de estos buenos números, España todavía está por detrás de las cifras de Alemania, aunque los números apunten a que, en los próximos años, España recortará distancias.

España y la percepción de la clase media

La desigualdad económica es una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos europeos (un 81% de la ciudadanía cree que hay mucha disparidad en los ingresos, según el Eurobarómetro). Pero como indicaron Mestres y Aspachs en la mesa redonda, en España, a pesar de la reducción continuada de la desigualdad, también existe esta percepción social de que la clase media es cada vez más débil.  

Según las cifras del informe de CaixaBank Research, “durante los últimos años no parece que el tamaño de la clase media en España haya experimentado grandes cambios, aunque sí se dibuja una gradual tendencia al alza. En 2007, antes de la crisis financiera, el 59,2% de la población era de clase media. Entre los años 2014 y 2019, esta fluctuó alrededor del 59,7% en promedio, y en 2022 (últimos datos disponibles), había aumentado hasta el 61,1%”. En resumidas cuentas, la percepción de debilidad de la clase media española no viene apoyada con datos significativos que la justifiquen.

«Las cifras nos enseñan que, durante la pandemia, la desigualdad habría aumentado en más de 10 puntos si no fuera por las políticas del Estado del Bienestar -como los subsidios del paro o los ERTE-, que sirvieron de amortiguador económico y redujeron el aumento de desigualdad a solo dos puntos»

Oriol Aspachs

— Director de Economía Española de CaixaBank Research

Para Aspachs, una de las conclusiones que explican esta incongruencia es la mella psicológica que tuvo el impacto que la crisis financiera de 2008 en la población, durante la cual los ingresos reales por hogar descendieron más de un 15% en comparación a 2007. 

Sin embargo, la caída fue similar en todas las clases, con lo cual el empobrecimiento fue generalizado, no solo afectó a la clase media. Por lo tanto, el grueso de lo que se considera clase media no disminuyó si se tienen en cuenta los umbrales de ingresos de 2008. Eso sí, Aspachs anota que, si tuvieran en cuenta los niveles de 2007, sí que se vería una caída de la clase media, con muchas personas pasando a tener ingresos por debajo de la separación entre clase media y baja. 

Insiste en remarcar que los datos reales indican que la caída fue general, no solo hubo empobrecimiento en la clase media, y que ahora ya se ha superado el “bache financiero” de 2008, con una recuperación a cifras anteriores a la crisis. “En la medida en la que las personas ajustan las referencias sociales de forma gradual, es probable que esto ayude a explicar por qué, a pesar de que la clase media apenas ha variado en los últimos años, a veces la percepción es otra”, concluye el informe de CaixaBank Research.

Los jóvenes y el malestar económico

Para profundizar en este tema que tanto inquieta a la población, Mestres aportó otro dato que puede explicar el malestar y descontento en algunos sectores de la población, en concreto, de los jóvenes. Y es que la proporción de jóvenes que pertenecen a la clase media se ha reducido con los años. Es decir, los números indican que el número de jóvenes que forman parte de la clase baja ha aumentado. 

Hay otra cifra que afecta negativamente a los jóvenes, que está presente en el informe y que detalló Mestres durante la mesa redonda: “las generaciones más jóvenes tienen un nivel de ingresos inferior al de las generaciones precedentes cuando estas tenían su edad. Por ejemplo, las personas nacidas entre1981 y 1991 tienen un nivel de ingresos inferior al de las personas nacidas entre 1970 y 1980 cuando tenían entre 34 y 38 años”. Aún así, los números generales de la evolución de la clase media reflejan una tendencia al alza, y no al estancamiento.

«En EE. UU., uno de los países donde más ha aumentado la desigualdad, en tres décadas ha subido 3,6 puntos. En España, la desigualdad se ha reducido en 2,5 puntos, incluso tras el bache de la pandemia. […] También ha crecido la clase media, un dato importante porque la clase media es un elemento de cohesión social»

Josep Mestres

— Economista senior de CaixaBank Research

El informe también se adentra en otras interesantes cifras que permiten dibujar un mapa económico de la situación en España respecto a sus vecinos y al resto de países. Por ejemplo, más allá del índice de desigualdad de ingresos está el de la distribución de la riqueza (que no solo depende de los ingresos, sino también de otros activos que se posean). Mestres remarcó dos apuntes sobre las métricas que deja el Gini al respecto: una, que la evolución es bastante homogénea en la eurozona, y dos, que España es donde se presenta menor desigualdad, en parte porque en España hay mayor parte de la población en posesión de propiedades.

Durante la mesa redonda, tanto Aspachs como Mestres recordaron que tanto el informe y como el análisis de los datos que se recopilan mensualmente desde CaixaBank en la web Economía en tiempo real (realtimeeconomics.caixabankresearch.com) son importantes para proveer con información de calidad tanto a la población, a los expertos, como a los gobiernos. “Queremos aportar información que permita entender mejor la realidad y proveer datos para el debate y la creación de políticas públicas”, aseguró Aspachs.

La pandemia es el claro ejemplo de la utilidad de estudiar y recopilar estas cifras, para entender qué está pasando y cómo actuar. “Tuvimos conciencia de la importancia de estos datos económicos, vimos la caída del consumo y el aumento de la desigualdad en tiempo real. También vimos cómo las políticas del estado del bienestar sirvieron como amortiguador económico”, recuerda Mestres. En resumen, un esfuerzo de CaixaBank junto a investigadores y expertos para recopilar datos y diseminarlos, con el objetivo de hacer accesible para todos la economía y su contexto.