Un quinto premio del Sorteo de Navidad para los voluntarios de la DANA

Más de cuatro millones de euros han ido a parar a la administración número 43 de València, en la calle Matías Perelló con el 72853. Y también con su intrahistoria: "es un número para muchos voluntarios" explicaba una de las loteras. Porque las 72 series se han vendido décimo a décimo, pero repartidos no sólo en la administración, sino en dos bares: uno en Moonteolivete y otro en la Plaza de Segovia.

Es decir, "un lugar donde aparcaban los voluntarios y efectivamente, nos han dicho que muchos han sido para ellos. Un premio de seis mil euros por décimo antes o después de pasar la Pasarela de la Solidaridad".

La Plaza de Segovia tuvo un mediodía de felicidad, porque Conchín, la dueña del bar -es de nacionalidad china, pero se la conoce con ese nombre- tiene la costumbre de vender "siempre ese número" y además, todas las semanas. Eso, en un bar de barrio, es sinónimo de que, cuando toca, le toca a mucha gente y más en el de Navidad. Por eso, una parte de los agraciados son vecinos del barrio. Conchín sostenía feliz un poster con el número ya dibujado. "Llevan aquí bastantes años. Se quedaron el bar, que llevaba Amparín (entiéndase: Amparín Pastor, que ahí quedó el nombre para la tradición) y son como de la familia". Las mesas llenas denotan que el producto es de calidad. Y por todo ello, la habitual tranquilidad de la plaza peatonal se transformó en alegría.

Y la otra parte de los cientos de décimos vendidos fueron los voluntarios. En la mesa de agraciadas lo explicaban señalando una de las aceras: "¿ves? venían a ese Consum, cargaban y se iban. Y pasaban por el bar, tomaban algo y compraban lotería". Como esta es una zona cercana a la zona cero era una de las cabezas de puente para ir a la Pasarela de la Solidaridad. "Y el resto, mucho, ha sido para nosotros, los vecinos". A golpe de seis mil euros, aunque una de las agraciadas contaba que "primero ha corrido el rumor de que era mucho más dinero". O como Elena, que tenía su décimo y no lo encontraba "hasta que ha aparecido debajo de todo lo que llevaba". Segundos interminables. Un premio para "tapar agujeros".

"El año de mi nacimiento"

Eso, en el bar, pero la alegría también era inmensa en la administración ruzafeña. La 43 porque es 43 sin más. Sin apodos. También a las loteras, María y Lora, les ha tocado un décimo pero... compartido con veinte personas más. "Trescientos euros. Buenos son". En los primeros minutos aparecieron ya los primeros agraciados. Como Conchín -no la Conchín de la plaza de Segovia-, que llevaba mucho tiempo jugando este número "porque además acaba en 53, que es el año de mi nacimiento" y ahora lo convierte en seis mil euros.

O Fabiola, que lo compró "el día que operaban mi suegra. Sabíamos que teníamos que estar pendientes de ella y era la última oportunidad de comprar". Doce mil euros para ella.