Entrevista

La rehabilitación de edificios es crucial para combatir el cambio climático y reforzar la seguridad contra incendios

Miguel Ángel Gallardo, Director de la Unidad de Negocio de ROCKWOOL Peninsular, analiza la importancia de la lana de roca en la eficiencia energética, la descarbonización y la seguridad de los edificios en España

Miguel Ángel Gallardo, director de la Unidad de Negocio de ROCKWOOL / Rockwool

B.C.

ROCKWOOL Peninsular es la filial española del grupo danés ROCKWOOL, con una trayectoria de más de 85 años como líder en la fabricación de soluciones de aislamiento de lana de roca para edificaciones, primando la protección del medioambiente, la máxima seguridad frente a incendios y el confort de los ocupantes de las viviendas. El grupo referente en el sector a nivel global cuenta con más de 12.200 empleados en 40 países.

La lana de roca es un material versátil, infinitamente reciclable, que forma la base del negocio de la compañía y que se ha convertido en un elemento clave para afrontar los retos de descarbonización en todo el mundo, y también en nuestro país. España tiene ante sí un importante desafío para impulsar la rehabilitación, ya que gran parte del parque residencial fue construido hace más de cuatro décadas, cuando todavía no existía una normativa reguladora de las condiciones térmicas de las edificaciones, lo cual se traduce en un peor aislamiento, que hace los edificios menos eficientes y aumenta el gasto energético. Para hablar de todo ello, entrevistamos a Miguel Ángel Gallardo, Director de la Unidad de Negocio de ROCKWOOL Peninsular.

P. ¿Qué papel tienen los edificios en la sostenibilidad?  

R. Actualmente, el 33% de las construcciones consumen más de un tercio de la energía utilizada a nivel global, y el 66% del consumo energético de los edificios se emplea en calefacción, refrigeración y ventilación. Estas llamativas cifras de consumo energético pueden disminuir con la instalación de un aislamiento eficaz y sostenible como la lana de roca, que permite reducir hasta en un 70% la climatización usada en los edificios.

Al mismo tiempo, el aislamiento a base de lana de roca contribuye a reducir los niveles de ruido, mantiene una temperatura óptima, protege ante factores externos como el moho o la humedad y ofrece altas prestaciones de seguridad contra el fuego al ser un material no combustible.

Además, hay que tener presente que la Unión Europea ha impuesto medidas ambiciosas a los Estados miembros para ahorrar energía en el ámbito de la edificación. Bruselas insta a la rehabilitación de viviendas con el fin de conseguir un parque inmobiliario de cero emisiones y totalmente descarbonizado en 2050. De hecho, la nueva Directiva de Eficiencia Energética (2023) fuerza a los veintisiete a garantizar colectivamente una reducción del consumo de energía de casi un 12% en 2030. Un documento que pone de relieve que el 75% del parque inmobiliario de la UE tiene un bajo rendimiento energético, algo que es necesario combatir de manera urgente apostando por la rehabilitación.

P. ¿Se está avanzando en este sentido en España?

R. El gobierno español ha reconocido la importancia de la rehabilitación de edificios y está implementando diversas políticas y programas para impulsar la renovación del parque residencial. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 establece la meta de alcanzar la rehabilitación energética de 1,2 millones de viviendas hasta 2030, incrementando el ritmo de rehabilitación hasta aproximarse a la cifra de 300.000 rehabilitaciones de viviendas al año, con lo que se pone de manifiesto la necesidad de adoptar medidas para acelerar la actividad de rehabilitación residencial. Hasta ahora ha habido incentivos fiscales y subvenciones disponibles para aquellos propietarios y comunidades de vecinos que decidan llevar a cabo proyectos de rehabilitación, pero en un futuro cercano desconocemos si seguirán.

Entre todos debemos impulsar la transición energética de nuestro país y luchar contra el calentamiento global, y en ese proceso la rehabilitación es crucial. Es una apuesta decisiva para combatir el cambio climático y reforzar la seguridad contra incendios, por tanto, sostenibilidad y seguridad deben ir de la mano. En lo que respecta a la seguridad, en España todavía existe una laxa regulación contra incendios, por eso es necesario fortalecer los criterios que establece el Código Técnico de la Edificación (CTE).

P. En este contexto, ¿qué perspectivas tiene actualmente el mercado de aislamiento en nuestro país?

R. El mercado de aislamiento se encuentra en un buen momento, especialmente en España. Está creciendo por la mayor demanda de eficiencia energética y sostenibilidad, y la necesidad de rehabilitar uno de los parques residenciales más envejecidos de Europa. La sociedad también está cada vez más concienciada en aspectos medioambientales y la innovación en soluciones eficientes y competitivas está impulsando el mercado.

No obstante, el mercado se activaría aún más con una definición explícita sobre los edificios a rehabilitar y la profundidad con que hacerlo, además de poner a disposición los mecanismos financieros necesarios a nivel país para cumplir con ese nivel de exigencia, y por ellos colaboraremos activamente en que a finales de 2025 España envíe su propuesta de Plan Nacional de Rehabilitación de Edificios a la Unión Europea para cumplir con otra de las exigencias recogidas en la EPBD.

Además, este proceso de actualización del parque inmobiliario es y será muy positivo para la economía, ya que generará muchos puestos de trabajo en el sector de la construcción.

P. El Código Técnico de la Edificación está en proceso de modificación. ¿Qué demanda el sector principalmente?

R. El Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana (MIVAU) ha iniciado la modificación parcial del Código Técnico de la Edificación (CTE) con el objetivo de abordar la transposición de la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD por sus siglas en inglés) aprovechando, a su vez, para adaptar el texto a la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Productos de la Construcción.

Con motivo de la consulta pública, numerosas entidades han realizado un exhaustivo análisis del documento actual, elaborando una serie de propuestas de mejora, que serán fundamentales para el futuro de la construcción y rehabilitación. El documento aborda cuestiones como la mejora de la eficiencia energética a través de elementos como la cubierta o la fachada, la revisión de cálculos para el control de la demanda de energía o la exposición solar, aspectos relacionados con la calidad del aire interior, y también aspectos relativos a la seguridad en caso de incendio, la implantación de energía solar o la seguridad en parkings.

Si observamos a países del entorno, España se encuentra a la cola en cuanto a exigencias regulatorias en la prevención de la propagación de incendios por fachadas. Concretamente, en el Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE), en el caso de edificios de gran altura y/o alto riesgo, Francia, Alemania, Reino Unido, países nórdicos y otros, exigen el uso de materiales no combustibles en la fachada, tanto en obra nueva como en rehabilitación.

En gran parte de los países analizados definen en su regulación cuáles son los edificios de alto riesgo (edificios de lenta o difícil evacuación, de alta ocupación o con fachadas de difícil acceso para los equipos de intervención), más allá del criterio de altura. En España, sin embargo, los requisitos son menos exigentes, ya que todavía se permite el uso de materiales combustibles por encima de los 18 metros de altura, en fachadas o en cámaras ventiladas de este tipo de edificios.

P. ¿Cree que la sociedad es consciente realmente de cómo incide el aislamiento de sus viviendas en su calidad de vida?

R. Desde el sector privado y público debe reforzarse la concienciación de la población para que la sociedad sepa hasta qué punto un buen aislamiento en las viviendas es fundamental en su bienestar, confort y seguridad. Al instalar un aislamiento eficiente, como la lana de roca, se puede reducir el consumo energético entre un 50% y un 90%, además de proteger los edificios de factores externos, y minimizar el riesgo de propagación de incendios.

Aislar correctamente ayuda a combatir la pobreza energética y contribuye a disminuir las emisiones contaminantes, pero también es muy importante para evitar el impacto negativo en las personas del exceso de ruido en las ciudades. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el ruido es uno de los principales riesgos, después de la contaminación del aire. Las propiedades acústicas de los productos de ROCKWOOL ayudan a mejorar el confort y el bienestar de las personas en sus viviendas.

La lana de roca es un material para edificaciones que protege el medio ambiente y otorga la máxima seguridad frente a incendios / Rockwool

P. ¿Qué avances está realizando ROCKWOOL para impulsar la descarbonización y la sostenibilidad?

R. ROCKWOOL cuenta con un ambicioso Plan de Descarbonización que se basa en el impulso de la circularidad, la eficiencia energética y la innovación tecnológica, en línea con nuestro compromiso con la reducción de la huella de carbono en todas las operaciones.

Así, uno de los pilares del plan es la rehabilitación de las infraestructuras de la compañía para que sean más eficientes. Recientemente, hemos inaugurado en Caparroso (Navarra) el proyecto de rehabilitación de nuestras oficinas con el objetivo de modernizar el espacio desde un punto de vista operativo y mejorar significativamente la eficiencia energética. Con esta obra, hemos logrado reducir el consumo energético del edificio en un 70%. Esta planta emplea a 170 profesionales de diversos perfiles y cuenta con una capacidad de producción anual de 115.000 toneladas de lana de roca.

Una de las grandes apuestas de ROCKWOOL para descarbonizar aquello relacionado con su negocio es mediante la conversión de las fuentes de energía que utilizamos para el proceso de fusión en nuestras fábricas, pasando del carbón a la electricidad, y en algunos casos, al biogás, o gas natural donde el biogás no está disponible. En 2023, ROCKWOOL se comprometió a alcanzar emisiones netas de gases de efecto invernadero en el horizonte 2050.

Apostamos de manera decidida por la innovación y la sostenibilidad, como parte de nuestro ADN, por ello en 2021 lanzamos Rockcycle, un servicio de recuperación y reciclaje de residuos de productos ROCKWOOL, pionero en el sector, que permite recuperar los palés y sobrantes de lana de roca en obra, y llevarlos de nuevo a la fábrica, donde se procesan y reciclan evitando que estos acaben en un vertedero. La lana de roca se puede reciclar infinitamente sin que sus propiedades se vean afectadas, por eso, debemos contribuir a que esto sea una realidad.

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Gracias a esta iniciativa, el año pasado reciclamos cerca de 140 toneladas de lana de roca, impulsando un nuevo modelo de economía circular en la edificación, evitando el desperdicio y fomentando la reutilización.