Sociedad

“Mi gran fracaso sería llegar a los 50 y decir que no me gusta mi vida”

El presentador Jorge Javier Vázquez colgó hace unas semanas el ‘No hay billetes’ en el Cartuja Center con ‘Grandes éxitos’, función con la que sigue de gira por toda España

05 dic 2018 / 09:30 h - Actualizado: 05 dic 2018 / 09:37 h.
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  • Jorge Javier Vázquez y Marta Ribera protagonizan ‘Grandes éxitos’. / El Correo
    Jorge Javier Vázquez y Marta Ribera protagonizan ‘Grandes éxitos’. / El Correo

Tuvimos la oportunidad de leerlo en “Sevilla Magazine” la misma fecha de representación en Sevilla de una función que le está dando muchas satisfacciones y con la que está recorriendo el país corroborando, en las distancias cortas, cuánto se le admira. Este domingo toca Jaén y, el que viene, día 16, Almería, dentro de un día a día que, a Jorge Javier Vázquez, le sigue vinculando a la televisión, el medio desde el que ha dado el salto al teatro para convertirse en eso que siempre quiso ser: artista.

-¿Cuáles son los ‘Grandes Éxitos’ de tu vida?

-Llevar la vida que quiero llevar. Me gusta mucho lo que hago y no siempre me ha gustado. He tenido momentos de muchísimo odio hacia la televisión, de no encontrarme a gusto y de querer largarme, de darme cabezazos contra la pared, de no querer ir a trabajar, de no sentirme bien conmigo mismo... Pero, cuando por fin entiendes cuál es tu labor -que es, ni más ni menos, que acompañar a la gente-, hay un instante en el que todo va encaja y fluye de forma muy natural.

-¿Y los grandes fracasos de la vida de Jorge Javier Vázquez?

-El gran fracaso sería llegar a los 50, que me faltan dos años, y decir que no me gusta mi vida. Hace poco cogí a una compañera y le comenté: “Mira, estás mal, pero no sé cómo ayudarte porque estás como he estado yo durante mucho tiempo”. Desconozco cómo se sale de ahí. Existe un proceso en nuestra profesión en el que te descoloca tener tanta opinión sobre ti y te hace perder piesta que empiezas a darte cuenta de que es normal que no le gustes a todo el mundo y que es lógico equivocarse y meter la pata. El éxito tampoco lo mido por una audiencia o por un estadio lleno. Para mí es un concepto más artesanal. Es estar bien con uno mismo y con lo que haces, da igual que seas panadero, deportista o dependiente. Lo importante es estar a gusto.

-¿Qué te parece cuando te escuchas o te ves en televisión?

-No me da lugar porque son cuatro horas y, si luego tengo que vérmelas... Además, no tengo ningún interés en verme y tampoco sé si eso es bueno o malo porque, cuando uno se analiza mucho, pierde espontaneidad y tiende a repetir ante la cámara lo que te puede parecer que está bien y coger muchos vicios. He tenido la suerte de que a mi lado han estado personas que me han corregido.

-Tu imagen ha cambiado de unos años hasta aquí... ¿En qué punto estás en relación a los espectadores?

-Yo siempre me siento un personaje muy querido, hasta en mis épocas complicadas. Lo que pasa es que el odio hace más ruido que el amor y eso lo tengo comprobado. Si no fuese querido no podría hacer giras de un año y medio por toda España y no podría llenar los teatros.

-¿Qué te emociona cuando tienes la oportunidad de saludar a tus seguidores?

-Me deja muy impactado que hay quien viene y no puede enhebrar palabra porque se pone a llorar. Al final no nos damos cuenta de que hay muchísima gente que solo tiene de compañía a la televisión. ‘Sálvame’ nació en el inicio de la gran crisis de España y siempre relacionó su triunfo con eso porque muchos encontraron ahí una ventana para evadirse de la realidad.

-¿Cómo te trata a ti el amor últimamente?

-La verdad es que estoy un poco en duda con Madrid, Es una de las mejores ciudades del mundo para vivir, pero ahora la encuentro cada vez más incómoda. Mi casa está a las afueras y me da mucha pereza ir a hacer algo. El problema es que, como no tengo ganas de conocer a nadie, la ciudad se convierte en un sitio al que no tienes para qué ir. He estado toda mi vida buscando novio y ahora es la primera vez que no quiero nada.

-¿Qué posibilidades tiene cualquier chico de a pie de llegar a ti?

-Todas. Yo siempre cuando llego a los sitios, abro el Grindr (risas). Además, que a mí no me atraen los que tienen poder.

-Pero ¿cómo se hace contigo?

-Soy muy básico. Nunca me puedo poner en el otro lugar porque conozco mis debilidades, mis malos rollos y no tengo ese concepto tan pagado de mí mismo de que me levanto y “soy Jorge Javier Vázquez”. Cuando me despierto, lo primero que hago es ir a pesarme (risas).

-Una de las claves para llegar a ti puede que sea Paloma San Basilio...

-Una de las cosas que más ilusión me ha hecho es que viniera a ver el espectáculo a Madrid. Fue muy gracioso porque los músicos que llevo han sido músicos de ella y me sentía un poco como ‘Eva al desnudo’ y pensé: “Esta señora va a pensar que estoy siguiendo sus pasos y contrato hasta su banda” (risas). Lo ha hecho en el teatro musical en España ha sido brutal y los montajes que hacía en los 80 y los 90 eran de lo más moderno.

-Si los amigos de niño de Jorge Javier le vieran ahora, ¿qué dirían?

-Me he encontrado a algunos que vinieron a Granada y la verdad es que me hizo mucha ilusión. Yo en mi barrio también me he sentido muy querido. Cuando saqué mi primer libro fui allí a hacer un reportaje para ‘Sálvame’ y me recibieron con muchísimo cariño, el mismo que les tengo yo a ellos porque el barrio donde he nacido -uno muy complicado de Badalona-, y ha sido muy importante para mi formación y me ha ayudado a no perder el Norte.

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