Violencia de género

"Mi marido quemó una furgoneta porque me prometió que me vería arder y no parará hasta conseguirlo"

La esposa del autor del incendio de la cámper en Alicante, María Dangla, denuncia haber sido maltratada física y psicológicamente durante los últimos años y vivir una relación llena de insultos y amenazas en la que él llegó a dejarla inconsciente de una paliza delante de sus dos hijas

María Dangla enseñando un tatuaje con la imagen de su marido

María Dangla enseñando un tatuaje con la imagen de su marido / Rafa Arjones

Beatriz Rico

La historia de María Dangla, de 47 años, es la de una mujer que, como muchas, ha vivido años de violencia en silencio. Una relación abusiva donde la manipulación ha jugado un papel crucial y que alcanzó este miércoles uno de sus episodios más graves cuando él quemó una cámper en Alicante, pensando que ella estaba dentro manteniendo relaciones sexuales con otro hombre. 

Cuando María conoció a su pareja, todo parecía idílico. Ella estaba enamorada de él desde los 8 años y a los 30 se volvieron a encontrar e iniciaron una feliz relación. Él era cariñoso, atento y siempre tenía una palabra amable para ella. 17 años después, la vida de María es un infierno basado en maltratos físicos, amenazas y abusos emocionales tanto hacia ella como hacia sus dos hijas (una de ellas también de él). "Él me prometió que me iba a quemar viva y lo ha intentado", asegura María Dangla a este medio, quien reconoce que su marido ya tenía una denuncia por malos tratos de su anterior pareja pero confió en que había cambiado y era otra persona. 

Esa imagen perfecta que esta profesora de flamenco tenía se fue desmoronando a los cinco años de relación ante la primera agresión: "Entró una cucaracha en casa y me asusté. Al verme así terminó pegándome". No lo denunció porque se convenció de que era un hecho aislado y que no se volvería a repetir: "Fue tan rápido que me quedé en shock. Nunca pensé que alguien que decía amarme pudiera hacerme eso”, confiesa. Los años pasaron y los malos tratos se repitieron en varias ocasiones, siempre coincidiendo con los momentos en los que él salía de marcha y consumía drogas. "Ha estado en Proyecto Hombre porque ha llegado a gastarse 700 euros al día en cocaína que consumía pura y fumada".

Cada vez que consumía, ella terminaba yéndose de casa con sus hijas y pasando largas temporadas con sus padres. Su pareja pedía perdón una y otra vez y prometía que nunca volvería a ocurrir. Confió de tal manera en que podía ser una persona nueva que hace dos años contrajeron matrimonio. "Sé que no debí perdonarlo pero lo quería tanto que pensé que iba a cambiar, llegue a sentir que todo era culpa mía", lamenta la alicantina. 

En 2019, después de que él se fuera a Ibiza durante una semana, la situación se volvió insostenible y ella comenzó a temer por su vida y por la de sus hijas: "Las agresiones comenzaron a ser diarias y decidí irme de casa. Llamé en varias ocasiones a Emergencias porque sentí pánico. En una ocasión fueron los vecinos quienes llamaron por teléfono a la Guardia Civil y consiguieron sacarla de casa, deteniéndolo e ingresándolo en un centro psiquiátrico. "Fuimos a un juicio rápido. Yo no quise presentar una denuncia formal y solo pedí que entrara en un centro de desintoxicación", por lo que su marido empezó un proceso para alejarse de las drogas.

Una paliza que lo cambió todo

Durante este último verano se fueron de vacaciones juntos y cuando volvieron la situación fue dramática: "Ese fue el momento que lo cambió todo. Cuando volvimos de vacaciones empezó de nuevo con las drogas y el 23 de agosto me dio una paliza que me dejó inconsciente en el suelo sangrando delante de sus hijas, quienes llamaron a la Policía. Ese fue el punto de inflexión para presentar una denuncia formal por malos tratos y recibir una orden de alejamiento.

"Cuando me dejó inconsciente consiguió escapar de la Policía y terminó dando una paliza a su padre en el gimnasio que tienen hasta que llegó otra vez la Policía y lo redujo". El agresor pasó 48 horas en los calabozos y seguidamente ingresó en el centro psiquiátrico de San Juan. "Se escapó varias veces y estuvo en busca y captura". María denuncia, visiblemente emocionada, que la última vez que estuvo ingresado en el centro, un psiquiatra le dio el alta porque dijo que estaba en perfectas condiciones. Ahí se convenció de que iba a acabar muerta: "Me prometió que me iba a quemar viva y lo ha intentado". Su marido es el autor del incendio de una furgoneta en el Bulevar del Pla de Alicante, cuando intuyó que ella estaba dentro con otro hombre. "Lo que ha ocurrido me ha hecho darme cuenta de que he llegado a mi límite. Lo he perdonado muchas veces porque lo quería pero no debí hacerlo porque he puesto mi vida y la de mis hijas en riesgo".

Él ahora está detenido y eso, al menos, la deja vivir tranquila, aunque lleva meses sin poder dormir. Su historia está marcada por el miedo, la manipulación y el aislamiento, pero también por la valentía de buscar una salida. Ahora ha decidido dar la cara y compartir su historia con la esperanza de que otras mujeres que se encuentran en situaciones similares sepan que no están solas pese a lo compleja que puedan parecer sus vidas.