Entierran por error a un fallecido en una tumba equivocada en Zamora

Morir no es otra cosa que cambiar de residencia. La célebre cita pronunciada por el emperador romano Marco Aurelio no tuvo en cuenta que, incluso para entrar al camposanto, hace falta tener papeles y, lo que es más importante, que las indicaciones sean las precisas.

El municipio de Sanzoles ha sido este fin de semana escenario de una confusión que ha generado expectación y suposiciones varias en torno a un entierro que terminó con un cuerpo depositado en la sepultura equivocada. Fue una de las vecinas quien reparó en la presencia de flores en la lápida adquirida por un onocido residente. Una mezcla de sorpresa y confusión que tornó en incredulidad al comprobar que, efectivamente, el dueño de la tumba en liza paseaba por el pueblo completamente ajeno al destino que le habían impuesto por error.

Con el lógico disgusto y ante la falta de información, las conversaciones con la funeraria arrojaron luz al desatino funerario: una información confusa que señaló la parcela anexa en lugar de la correcta, completamente cubierta de maleza.

Sin datos sobre la familia del finado que antaño estuvo afincado en el municipio, sólo le quedaba al afectado instar a la empresa a reparar el error y acudir ese mismo día a vaciar la lápida. Una enmienda que, pese a su celeridad, no podrá olvidar difícilmente podrá olvidar el pueblo, ni mucho menos, su titular.