Sucesos

El mercado negro de fusiles de guerra rearma al narco de las Tres Mil: “Nunca se habían visto aquí”

Los disparos al aire de los Caracoleños y los Naranjeros evidencian que los traficantes asentados en Sevilla cuentan cada vez con "armas más sofisticadas", tal como confirman fuentes oficiales

Imagen de archivo de fusiles intervenidos por la Guardia Civil en otra operación anterior / GUARDIA CIVIL

Carlos Doncel

La Guardia Civil irrumpió el pasado mayo en la desembocadura del Guadalquivir para impedir un alijo de hachís. En aquella ocasión, los narcos intentaron salvar su mercancía de forma contundente: disparando con armas de guerra. Cinco meses después, la reacción ante un vuelco de dos clanes de la droga de las Tres Mil Viviendas ha sido parecida: advertencias al aire en forma de balas de fusil.

"Se han detectado armas sofisticadas que hasta este momento no se habían visto aquí", afirman fuentes oficiales a El Correo de Andalucía. Esto concuerda con el cada vez mayor arsenal del que disponen los traficantes: "Hoy día los narcos se arman más que antes por seguridad de ellos mismos", explica un especialista en crimen organizado que prefiere mantenerse en el anonimato. "Principalmente, porque hay muchos robos de mercancía entre ellos, y quieren protegerse", añade.

"Desde hace unos seis u ocho años hay organizaciones que hacen encargos para robar alijos. Empezaron con la cocaína, y luego también se fueron a por la marihuana, que da mucho dinero", detalla este experto. Los custodios de la droga, puestos en alerta, emplean la violencia extrema ante cualquier posible ladrón. La muerte de Dani el Turco, que intentó hacer uno de estos asaltos, es un ejemplo reciente: miembros de una banda rival le dispararon y lo abandonaron ya moribundo en la puerta del hospital Viamed del barrio de Bellavista.

El enfrentamiento entre las dos organizaciones se produjo, tal como pudo saber este periódico, tras un vuelco de marihuana. Los casquillos hallados por la Policía Nacional y el sonido de los vídeos del tiroteo concuerda con este modus operandi: ante un robo de droga por parte de un clan rival, aparecen las balas de mayor calibre. "Como aviso a la otra banda, desde luego, no ha sido malo", apunta este especialista.

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"El que tenga dinero para un fusil, lo va a encontrar"

Los narcotraficantes que tirotearon a la Benemérita en Sanlúcar de Barrameda usaron armas de fabricación occidental que iban destinadas a la guerra de Ucrania, según publicó en su día Diario de Cádiz. Un origen que, sin embargo, no suele ser el principal: "¿Que habrá alguna de las que envían a Ucrania? Muy probablemente. Pero las armas a las que acceden son la mayoría de fábricas de la antigua Unión Soviética", apunta este conocedor de las redes criminales, que señala que buena parte de estos fusiles son "AK-47 modificados".

El mercado negro de armas de guerra no es nuevo, solo que los narcos locales han acudido ahora a él en ese proceso de rearme. "El armamento que obtienen se puede conseguir por otras vías; el que tenga dinero para pagar un fusil, lo va a encontrar. Y en el caso de Andalucía, el armamento máximo con el que se suelen hacer pertenece a este modelo, ya sea automático o semiautomático", señala este experto.

"Por suerte a nosotros no nos hacen frente aún"

"Por suerte a nosotros no nos hacen frente aún, salvo en algún caso de entrada y registro porque piensan que es un vuelco", afirma Ángel Becerra, secretario regional del Sindicato Unificado de Policía (SUP). "Aunque el temor a que las usen contra los agentes siempre está ahí, porque no tenemos protección suficiente contra las armas de guerra que se están interviniendo en la zona últimamente", cuenta.

Este representante sindical asevera que hacen falta más policías en la capital: "El catálogo pone que estamos a más del 90%, pero lo cierto es que no se actualiza a medida que la población se ha incrementado. Desde el 2010 no se renueva, de hecho", señala Becerra. Y reclama que, en vista de hechos como el del tiroteo, "se hace más evidente aún que la nuestra debe ser declarada profesión de riesgo, tal como pedimos desde hace años".

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La tensión es máxima en un barrio donde los vecinos temen que este suceso desemboque en una guerra entre clanes con armas semiautomáticas. Un temor que dispara las alarmas y que llevó a que el teléfono de emergencias recibiera varias llamadas este lunes denunciando nuevos disparos, de los que la Subdelegación del Gobierno dijo no tener constancia.

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