Golpe policial en España y Rumanía

Ocho detenidos por robar a ancianos con el "abrazo cariñoso"

Operación de la Policía Nacional contra una red rumana de ladrones amorosos

CNP

Juan José Fernández

Juan José Fernández

Buscaban las joyas, los relojes y los móviles de sus víctimas. Las elegían entre los viandantes de más edad. Se acercaban, los abordaban, los abrazaban con extrema cordialidad, simulando un saludo familiar, y los devalijaban. Después decían que era un error y se iban con el botín. Ocho de estos ladrones amorosos han caído en una operación conjunta de la Policía Nacional y la Politia rumana. Todos ellos pertenecen a un mismo clan familiar de delincuentes venido de Rumanía, y que se movía por España para cometer sus hurtos.

Las capturas de los miembros de esta organización criminal se han llevado a cabo en Madrid (cuatro detenidos), Bilbao (dos) y Rumanía (otros dos). Según datos difundidos por la Policía Nacional este domingo, tras ocho entradas y registros se han incautado 40.000 euros en metálico, 16.000 leis rumanos, 11 relojes y un número no precisado de teléfonos móviles, además de joyas robadas que iban a ser facturadas hacia Bucarest.

Todos los detenidos han ingresado en prisión como supuestos autores de los robos. Es la culminación de una operación que se inició cuando la Policía detectó en Madrid un grupo de delincuentes emparentados entre sí y dedicados al robo de relojes de alta gama. Se trataba de un clan intinerante, con base en Madrid, pero últimamente explotando su actividad en ciudades del norte de España.

Preparar la fuga

Catorce de los robos registrados -algunos cometidos en Madrid, Bilbao y Gijón, y dos de ellos con violencia- son atribuidos por la Policía a esta banda. A lo largo de su actividad en España han repetido un patrón: primero elegían una zona de actuación; después buscaban una casa que les sirviera de base, generalmente en un lugar rural, fuera de ámbitos urbanos; finalmente, se repartían el trabajo por parejas formadas por un hombre y una mujer.

A la mujer le tocaba entretener con caricias, abrazos o besos a la víctima, y quitarle sus pertenencias de valor. Al hombre, esperar con un coche, preparar la fuga.

La familia detenida en España se había asociado con otra familia, capturada por las fuerzas de seguridad rumanas. Esta otra parte de la organización se encargaba de la receptación y colocación de las joyas robadas. Antes de su envío a Rumanía, los ladrones agrupaban su botín en un trastero que tenían alquilado en Madrid, y que recogía un miembro del clan encargado de la recolección.

Para enviar las joyas a Rumanía, la red requería el servicio de una empresa de transporte de electrodomésticos. Las joyas viajaban escondidas en las máquinas. En Rumanía, según ha desvelado la Policía, dirigían los robos un grupo de patriarcas de estos clanes que utilizaban coches de alta gama y llevaban un alto nivel de vida.

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