Profanaciones de tumbas, un posible rito y un pueblo en vilo: "Queremos que nos den alguna noticia, esto es un sinvivir"

Cada tanto un coche para en la puerta del cementerio. "Perdonad, ¿sabéis qué tumbas han destrozado?", pregunta una señora mayor a los policías locales que custodian la entrada. "Me encantaría dar detalles desde primera hora, pero no podemos. Se informará a los familiares afectados a su debido momento", responde uno de los agentes. "Volveré entonces después, porque esto es un sinvivir", dice resignada la mujer. Y como ella, decenas de vecinos de El Viso del Alcor.

El sepulturero del pueblo dio la voz de alerta en cuanto llegó a su puesto de trabajo: durante la madrugada del martes alguien había entrado en el camposanto y había profanado varias tumbas. Cuatro, en concreto, según detalló el alcalde de este municipio sevillano, Gabriel Santos. "Hasta que los agentes no acaben con la investigación no podremos concluir a qué se debe y quién ha cometido estos actos vandálicos", explicó Santos a El Correo de Andalucía.

Por esta localidad de unos 20.000 habitantes comenzó a rondar el rumor de que todo se debía a rituales satánicos. Una hipótesis muy próxima a la que maneja la Guardia Civil en estos momentos: "Se han encontrado restos óseos profanados. Todo apunta a que la causa está en un rito, aunque se desconoce de qué tipo", señalan desde la Benemérita. "Tiene pinta de que esto no ha sido por simple vandalismo, como sí ocurrió hace un tiempo en Sevilla capital", comentan a este periódico fuentes cercanas al caso.

Aquel 10 de septiembre, el cementerio de San Fernando amaneció con más de 70 tumbas rotas, lápidas hechas pedazos y jarrones de mármol tirados por el suelo. Pero ni hubo robos ni se sacó ningún cadáver de su nicho. Lo de El Viso del Alcor, sin embargo, plantea un escenario bien diferente a los miembros encargados de las pesquisas.

"Llevo preocupada desde que me enteré"

Son cerca de las dos de la tarde y el goteo de personas no cesa. La posibilidad de que puedan ser los restos de su tío, madre o primo los trae hasta este lugar apartado, a unos dos kilómetros del centro del municipio. Las réplicas de los agentes apostados es siempre la misma: "Lo siento, pero hoy está prohibido entrar aquí. Y no, no podemos contar nada de qué ha pasado".

"¿Me podéis decir al menos si ha sido en la parte nueva? Mi padre está enterrado allí", pide Reyes, una de tantas visueñas que se acercan preocupadas hasta esta zona. "Si mi padre es uno de los afectados, me gustaría saberlo. Queremos que nos den alguna noticia, no nos dicen nada", afirma a este medio. "Nos deben informar de qué ha ocurrido. Lo único que comentan es que ya nos llamarán, pero ¿qué tranquilidad es esa?", pregunta Reyes.

"Llevo muy preocupada desde que me enteré, estoy con los nervios que no puedo", relata esta vecina de El Viso del Alcor. Una intranquilidad que comparte con Virginia, que ha llegado al camposanto con su uniforme laboral: "He venido porque en el trabajo he oído que las profanaciones se habían producido en la parte nueva, donde tengo familiares. Pero la Policía no puede contarnos nada".

Sin cámaras en un cementerio aislado

"Aquí ha habido ya varios casos de vandalismo y no ponen cámaras de seguridad. Hasta que por desgracia se han profanado tumbas y se han encontrado cuerpos", lamenta Reyes. El regidor de la localidad, Gabriel Santos, aclara que no se dispone de videovigilancia en este recinto aislado, algo alejado del pueblo, aunque sí en el resto del término municipal. "En los aledaños sí que tenemos algunas, y por supuesto en las entradas y salidas", precisa.

De momento, según el alcalde, el Instituto Armado no les ha requerido estas cintas, aunque cree que lo hará pronto: "Imagino que la Guardia Civil, que está habituada a estas investigaciones, solicitará estas grabaciones", declara Santos. Asimismo, desde la Benemérita manifiestan que "los efectivos han tomado huellas para intentar dar con los autores, que hasta el momento no se han podido identificar".

El alcalde de El Viso del Alcor apunta por su parte que "ya se ha conseguido dejar todo tal como estaba antes de lo sucedido", y que las puertas del cementerio han vuelto a abrirse "a primera hora del miércoles" en el horario habitual. Los rumores y la inquietud, sin embargo, aún circulan por el pueblo: "Quiero ver la tumba de mi padre y que se encuentre bien, porque estoy que no vivo", confiesa Reyes en la puerta del camposanto. El paso de coches no ha parado desde que avisó el sepulturero.