Asomado a un balcón

El titular de la parroquia dedicada al Papa polaco en el barrio nazareno de Montequinto evoca sus recuerdos personales de aquella segunda visita de Juan Pablo II a Sevilla, de la que se cumplen 25 años

27 may 2018 / 21:40 h - Actualizado: 28 may 2018 / 08:17 h.
"Religión","25 años de una visita histórica"
  • Asomado a un balcón

Asomado a un balcón; así recordamos la segunda visita de San Juan Pablo II, en medio de un sofocante calor, el 12 de junio de 1993. Se cumplen 25 años de una histórica visita con la que se clausuraba del XLV Congreso Eucarístico Internacional y que ponía broche de oro pontificio a las celebraciones, un año antes, del V Centenario del Descubrimiento de América.

El rezo del Ángelus desde el balcón de la Giralda teñía de colores vaticanos la plaza Virgen de los Reyes, como si acudiésemos un domingo cualquiera a la de San Pedro, pero en esta ocasión sin abandonar nuestra «Nova Roma». El pontífice saludaba a los sevillanos allí presentes, consciente de su profundo amor y veneración a la Santísima Virgen, tal y como expresó en su saludo ante SS Majestades los Reyes, en el recibimiento en el aeropuerto de San Pablo.

Después llegaron instantes grabados en la memoria, y guardados en mucho material gráfico de los medios de comunicación, como la Adoración Eucarística en la S.I. Catedral, con el baile de los seises ante el Santísimo Sacramento en presencia del Santo Padre, el encuentro con los delegados y voluntarios de Congresos Eucarísticos Internacionales o la ordenación sacerdotal de 37 diáconos en el Palacio Municipal de Deportes.

La masiva participación en la Statio Orbis en el campo de la Feria, once años más tarde de que el mismo lugar acogiese al pontífice polaco para la beatificación de Sor Ángela, puso de relieve la profunda comunión cum Petrum de la Iglesia en Sevilla.

Pero el momento que personalmente guardo con mayor cariño fue su modo de asomarse a otro balcón, en esta ocasión en el Palacio Arzobispal, ante miles de fieles allí congregados que enarbolábamos banderas y entonábamos a pleno pulmón vivas al Papa de los jóvenes. Contemplando la escena, un santo, aun no canonizado, se apoyaba de modo informal sobre la esquina de la baranda, con su sonrisa característica, contemplando con esperanza la Nueva Evangelización de nuestra tierra.

Fieles a las Orientaciones pastorales de la Archidiócesis, y 25 años después de su visita, la parroquia que tiene como titular a San Juan Pablo II ha plasmado esa mirada de esperanza en un proyecto misionero y pastoral, anunciando a Jesucristo como Señor y Salvador a los habitantes de su feligresía de Montequinto, en el término municipal de Dos Hermanas, tierra nazarena también pisada por el santo Padre en la visita que conmemoramos, donde acudió a bendecir la Residencia geriátrica San Rafael de la Compañía de Jesús. La ocasión no puede ser más oportuna para que esta parroquia vea culminadas las obras de su complejo parroquial con un templo que rinda homenaje al Papa de los sevillanos.