Aumenta el abandono escolar en Andalucía

Educación. CCOO reclama potenciar la inversión en FP para asegurar una salida a los jóvenes excluidos del sistema educativo por falta de plazas

Manuel Pérez manpercor2 /
19 jul 2018 / 21:23 h - Actualizado: 19 jul 2018 / 22:58 h.
"Mercado laboral","Laboral","Educación","CCOO","Los jóvenes y el sistema educativo"
  • En Andalucía, la tasa de abandono educativo temprano sufrió un repunte en 2017 tras una década de descenso y se situó en el 23,5 por ciento. / Paco Puentes
    En Andalucía, la tasa de abandono educativo temprano sufrió un repunte en 2017 tras una década de descenso y se situó en el 23,5 por ciento. / Paco Puentes
  • Muchos jóvenes no se ven motivados para afrontar la educación tradicional y abandonan el sistema educativo sin que el mercado laboral les ofrezca una alternativa. / Jesús Barrera
    Muchos jóvenes no se ven motivados para afrontar la educación tradicional y abandonan el sistema educativo sin que el mercado laboral les ofrezca una alternativa. / Jesús Barrera
  • Desde CCOO piden poner en valor la FP aumentando sus plazas para recuperar a los jóvenes que se quedan fuera del sistema. / El Correo
    Desde CCOO piden poner en valor la FP aumentando sus plazas para recuperar a los jóvenes que se quedan fuera del sistema. / El Correo

Invertir en la Formación Profesional (FP) es la «clave» para evitar el abandono escolar. Así se expresa el secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO-Andalucía, Diego Molina, ante los «preocupantes» datos que arroja el último informe Fracaso Escolar y Abandono Educativo Temprano editado por el sindicato. Andalucía continúa siendo una de las comunidades en las que se registra una mayor tasa de abandono escolar, que alcanzó en 2017 el 23,5 por ciento.

Esta cifra supone un incremento del 0,4 por ciento respecto a 2016 y, sumado al leve descenso de la media nacional –que se sitúa en el 18,3 por ciento–, hace que se amplíe la diferencia con el resto del país. Un desfase que ha pasado del 3,1 al 5,2 por ciento. En este sentido, cabe resaltar que Andalucía nunca ha estado por debajo de dicha media y su comportamiento siempre ha estado muy igualado al de esta, si bien es cierto que, en líneas generales, el dato ha mejorado respecto a 1992, cuando el abandono escolar se situó en el 50,7 por ciento.

La tasa de abandono educativo temprano (AET) expresa el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que han abandonado los estudios con una titulación igual o inferior a la Secundaria, es decir, sin FP de Grado Medio o Bachillerato, al menos. En Andalucía, la aprobación de la LOGSE en 1990 hizo que el dato se desplomara hasta el 35,3 por ciento de 2001 debido a la obligatoriedad de la escolarización hasta los 16 años.

Soplaron vientos de bonanza económica y la burbuja inmobiliaria hizo que muchos jóvenes salieran del sistema educativo para trabajar en la construcción. Una situación que explica el repunte de la tasa de abandono escolar. Sin embargo, el pinchazo de la burbuja devolvió a la realidad a muchos de estos jóvenes, que vieron en la educación una nueva oportunidad. Por esta razón, este fenómeno está en un constante descenso desde el año 2008.

No obstante, en los últimos años se está apreciando un freno en ese descenso. Desde CCOO, Diego Molina responsabiliza este hecho a la entrada en vigor de la LOMCE. «Ha sido un tapón a ese proceso de reducción de la tasa de abandono escolar», manifiesta el líder sindical, quien añade que esta ley, aprobada en solitario por el PP en 2013, «hace que aquellos que no pueden llegar a los objetivos por cualquier razón, incluidos los socioeconómicos, sean excluidos del sistema».

Los datos que ofrece CCOO en su informe demuestran que Andalucía «siempre ha estado por encima de la media», señala Molina. El líder sindical achaca la situación a que «la inversión por alumno en Andalucía todavía no es la que hay en otras comunidades», especifica. «Esa es la clave de todos los problemas: la inversión», remarca Molina.

Sin embargo, la piedra filosofal que ayudaría a reducir el abandono escolar es, en opinión de Molina, la Formación Profesional. Según explica el líder sindical, apostar firmemente por la FP permitiría atraer de nuevo al sistema educativo a miles de jóvenes que ahora mismo están en una «situación de desahucio». «En Andalucía, alrededor de 30.000 alumnos se quedan fuera de la FP», añade Molina, quien lamenta que la educación andaluza no asegure las plazas suficientes y, por ende, provoque que estas personas se queden fuera del sistema educativo «sin ninguna posibilidad ni esperanza», ya que el mercado laboral tampoco les asegura un buen porvenir, indica.

Molina, granadino de nacimiento, pone de ejemplo a tres institutos de la ciudad nazarí. El Hermenegildo Lanz, donde se imparte una FP dirigida a la automoción y la chapistería; el Hurtado de Mendoza, centro de referencia en hostelería y turismo, y el Aynadamar, instituto en el que se imparten módulos de FP sociosanitarios. Todos ellos tienen un denominador común: no dan abasto a la demanda. Cientos de jóvenes se quedan fuera todos los años porque no hay plazas suficientes. «Se quedan en tierra de nadie, sin poder dedicarse absolutamente a nada», afirma el líder sindical.

Los propios datos del mercado laboral reflejados en el Instituto Nacional de Estadística (INE) corroboran que hay un porcentaje de jóvenes que van a esa «tierra de nadie» indicada por Molina. Si 2017 cerró con 273.500 andaluces de entre 16 y 24 años activos, el primer trimestre de 2018 confirmó un descenso de esta población a las 256.400 personas. Asimismo, los estudios son la causa principal de inactividad laboral para 561.500 andaluces según los datos del primer trimestre de 2018. Cabe destacar que 2017 cerró con 538.800 inactivos por estudios.

Desde CCOO recuerdan que la FP es una «reivindicación continua» en el sindicato para que estas personas «tengan esperanzas». Además, abogan por una FP dual en la que lo práctico tenga más importancia que lo teórico, asegura Molina, quien detalla que las prácticas «motivan a los alumnos» y aseguran su continuidad en el sistema. «La FP tiene que configurarse como una salida más práctica que teórica», puntualiza.

En este sentido, Molina celebra el cambio de Gobierno en España. «El que un partido que implantó e impuso por decretazo sin negociación alguna y con toda la comunidad educativa en contra se haya ido del Gobierno por otro que piensa que la LOMCE es una ley que hay que derogar porque es perniciosa nos parece positivo», explica el sindicalista. Molina no duda en alabar la trayectoria de la actual ministra de Educación, Isabel Celaá, quien ocupó la consejería homónima en el Gobierno vasco y que «por activa y por pasiva ha criticado la LOMCE», indica Molina.

Además, el líder sindical ve un «buen gesto» el hecho de que el Ministerio que ocupa Celaá haya sido rebautizado como de Educación y Formación Profesional. «Una de sus intenciones es promover la FP», explica Molina. Concretamente, la apuesta de la ministra pasa por fomentar la FP dual, que «sería de una gran ayuda para esas personas que se quedan fuera del sistema educativo y del mercado laboral», apunta el líder sindical.

Además de la FP, desde CCOO lanzan otras propuestas como potenciar la enseñanza de segunda oportunidad, que es aquella que permite a los adultos acceder al título de enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Por otro lado, Molina detalla otras medidas de corte pedagógico, como impulsar la inversión en el refuerzo para alumnos que, por un motivo u otro, no logran alcanzar los objetivos mínimos. También aboga por prestar una especial atención a la diversidad en las aulas y fomentar la puesta en marcha de programas como los Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo (PROA), «que tan buenos rendimientos están dando en Andalucía», señala Molina.

En definitiva, la clave para evitar el abandono escolar está en la inversión. Los recursos económicos garantizan una oferta suficiente de plazas en vías educativas como la FP, esencial para jóvenes desmotivados con la educación tradicional.

Invertir en la Formación Profesional (FP) es la «clave» para evitar el abandono escolar. Así se expresa el secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO-Andalucía, Diego Molina, ante los «preocupantes» datos que arroja el último informe Fracaso Escolar y Abandono Educativo Temprano editado por el sindicato. Andalucía continúa siendo una de las comunidades en las que se registra una mayor tasa de abandono escolar, que alcanzó en 2017 el 23,5 por ciento.

Esta cifra supone un incremento del 0,4 por ciento respecto a 2016 y, sumado al leve descenso de la media nacional –que se sitúa en el 18,3 por ciento–, hace que se amplíe la diferencia con el resto del país. Un desfase que ha pasado del 3,1 al 5,2 por ciento. En este sentido, cabe resaltar que Andalucía nunca ha estado por debajo de dicha media y su comportamiento siempre ha estado muy igualado al de esta, si bien es cierto que, en líneas generales, el dato ha mejorado respecto a 1992, cuando el abandono escolar se situó en el 50,7 por ciento.

La tasa de abandono educativo temprano (AET) expresa el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que han abandonado los estudios con una titulación igual o inferior a la Secundaria, es decir, sin FP de Grado Medio o Bachillerato, al menos. En Andalucía, la aprobación de la LOGSE en 1990 hizo que el dato se desplomara hasta el 35,3 por ciento de 2001 debido a la obligatoriedad de la escolarización hasta los 16 años.

Soplaron vientos de bonanza económica y la burbuja inmobiliaria hizo que muchos jóvenes salieran del sistema educativo para trabajar en la construcción. Una situación que explica el repunte de la tasa de abandono escolar. Sin embargo, el pinchazo de la burbuja devolvió a la realidad a muchos de estos jóvenes, que vieron en la educación una nueva oportunidad. Por esta razón, este fenómeno está en un constante descenso desde el año 2008.

No obstante, en los últimos años se está apreciando un freno en ese descenso. Desde CCOO, Diego Molina responsabiliza este hecho a la entrada en vigor de la LOMCE. «Ha sido un tapón a ese proceso de reducción de la tasa de abandono escolar», manifiesta el líder sindical, quien añade que esta ley, aprobada en solitario por el PP en 2013, «hace que aquellos que no pueden llegar a los objetivos por cualquier razón, incluidos los socioeconómicos, sean excluidos del sistema».

Los datos que ofrece CCOO en su informe demuestran que Andalucía «siempre ha estado por encima de la media», señala Molina. El líder sindical achaca la situación a que «la inversión por alumno en Andalucía todavía no es la que hay en otras comunidades», especifica. «Esa es la clave de todos los problemas: la inversión», remarca Molina.

Sin embargo, la piedra filosofal que ayudaría a reducir el abandono escolar es, en opinión de Molina, la Formación Profesional. Según explica el líder sindical, apostar firmemente por la FP permitiría atraer de nuevo al sistema educativo a miles de jóvenes que ahora mismo están en una «situación de desahucio». «En Andalucía, alrededor de 30.000 alumnos se quedan fuera de la FP», añade Molina, quien lamenta que la educación andaluza no asegure las plazas suficientes y, por ende, provoque que estas personas se queden fuera del sistema educativo «sin ninguna posibilidad ni esperanza», ya que el mercado laboral tampoco les asegura un buen porvenir, indica.

Molina, granadino de nacimiento, pone de ejemplo a tres institutos de la ciudad nazarí. El Hermenegildo Lanz, donde se imparte una FP dirigida a la automoción y la chapistería; el Hurtado de Mendoza, centro de referencia en hostelería y turismo, y el Aynadamar, instituto en el que se imparten módulos de FP sociosanitarios. Todos ellos tienen un denominador común: no dan abasto a la demanda. Cientos de jóvenes se quedan fuera todos los años porque no hay plazas suficientes. «Se quedan en tierra de nadie, sin poder dedicarse absolutamente a nada», afirma el líder sindical.

Los propios datos del mercado laboral reflejados en el Instituto Nacional de Estadística (INE) corroboran que hay un porcentaje de jóvenes que van a esa «tierra de nadie» indicada por Molina. Si 2017 cerró con 273.500 andaluces de entre 16 y 24 años activos, el primer trimestre de 2018 confirmó un descenso de esta población a las 256.400 personas. Asimismo, los estudios son la causa principal de inactividad laboral para 561.500 andaluces según los datos del primer trimestre de 2018. Cabe destacar que 2017 cerró con 538.800 inactivos por estudios.

Desde CCOO recuerdan que la FP es una «reivindicación continua» en el sindicato para que estas personas «tengan esperanzas». Además, abogan por una FP dual en la que lo práctico tenga más importancia que lo teórico, asegura Molina, quien detalla que las prácticas «motivan a los alumnos» y aseguran su continuidad en el sistema. «La FP tiene que configurarse como una salida más práctica que teórica», puntualiza.

En este sentido, Molina celebra el cambio de Gobierno en España. «El que un partido que implantó e impuso por decretazo sin negociación alguna y con toda la comunidad educativa en contra se haya ido del Gobierno por otro que piensa que la LOMCE es una ley que hay que derogar porque es perniciosa nos parece positivo», explica el sindicalista. Molina no duda en alabar la trayectoria de la actual ministra de Educación, Isabel Celaá, quien ocupó la consejería homónima en el Gobierno vasco y que «por activa y por pasiva ha criticado la LOMCE», indica Molina.

Además, el líder sindical ve un «buen gesto» el hecho de que el Ministerio que ocupa Celaá haya sido rebautizado como de Educación y Formación Profesional. «Una de sus intenciones es promover la FP», explica Molina. Concretamente, la apuesta de la ministra pasa por fomentar la FP dual, que «sería de una gran ayuda para esas personas que se quedan fuera del sistema educativo y del mercado laboral», apunta el líder sindical.

Además de la FP, desde CCOO lanzan otras propuestas como potenciar la enseñanza de segunda oportunidad, que es aquella que permite a los adultos acceder al título de enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Por otro lado, Molina detalla otras medidas de corte pedagógico, como impulsar la inversión en el refuerzo para alumnos que, por un motivo u otro, no logran alcanzar los objetivos mínimos. También aboga por prestar una especial atención a la diversidad en las aulas y fomentar la puesta en marcha de programas como los Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo (PROA), «que tan buenos rendimientos están dando en Andalucía», señala Molina.

En definitiva, la clave para evitar el abandono escolar está en la inversión. Los recursos económicos garantizan una oferta suficiente de plazas en vías educativas como la FP, esencial para jóvenes desmotivados con la educación tradicional.