Cae un 40% el número de ahogados hasta julio

El informe de la RFESS refleja que casi el 90% de los ahogamientos se produjo en espacios acuáticos sin socorristas. Andalucía es la tercera comunidad con más muertes por esta causa

Manuel Pérez manpercor2 /
13 ago 2018 / 07:00 h - Actualizado: 13 ago 2018 / 07:00 h.
"Salud","Salud pública","Balance de ahogamientos"
  • El 44 por ciento de las víctimas fallecieron en las playas. En la imagen, una socorrista de Cruz Roja Española realizando labores de vigilancia en la playa de La Malagueta, en Málaga. / Alex Zea
    El 44 por ciento de las víctimas fallecieron en las playas. En la imagen, una socorrista de Cruz Roja Española realizando labores de vigilancia en la playa de La Malagueta, en Málaga. / Alex Zea
  • Las piscinas registran 18 ahogamientos. / Daniel Pérez
    Las piscinas registran 18 ahogamientos. / Daniel Pérez
  • Socorrista vigilando una piscina. / G. Barrera
    Socorrista vigilando una piscina. / G. Barrera
  • Al llegar a la playa, conviene mirar el color de la bandera del puesto de socorro. / Alex Zea
    Al llegar a la playa, conviene mirar el color de la bandera del puesto de socorro. / Alex Zea

A este ritmo, 2018 podría ser el año con menos ahogamientos desde 2015. Es la principal y positiva conclusión que puede desprenderse del último Informe nacional de ahogamientos producidos del 1 de enero al 31 de julio de 2018, editado por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS). La nota negativa son los 184 ahogados que se registraron hasta finales de julio, si bien hasta ayer domingo las personas que han fallecido por ahogamiento en espacios acuáticos se elevan ya a 214.

Los 184 fallecidos que recoge el último informe de la RFESS es un número muy inferior a los 305 que se registraron durante el mismo periodo de 2017, lo que supone una reducción del 39,7 por ciento. Estos representaron el año pasado el 63,4 por ciento de las víctimas totales, por lo que, de repetirse una proporción similar, 2018 podría acabar con una cifra cercana a los 300 fallecidos por ahogamientos en espacios acuáticos. Ello supondría un notable descenso respecto a años anteriores, pues desde 2015 nunca ha bajado de las 400 personas ahogadas.

En este sentido, si se confirma esta tendencia bajista, se lograría frenar el preocupante aumento de los ahogamientos. Pese a las cada vez más insistentes campañas de sensibilización por parte de medios de comunicación y entidades como la propia RFESS o Cruz Roja Española, el número de fallecidos en espacios acuáticos no ha hecho más que aumentar en los últimos años. Así, en 2015 perdieron la vida 415 personas, 437 lo hicieron en 2016 y la cifra se disparó hasta las 481 muertes de 2017. En concreto, los ahogamientos han aumentado un 15,9 por ciento desde 2015 hasta ahora.

Según el informe anteriormente citado, la playa es el principal espacio acuático en el que se producen los trágicos ahogamientos. En este sentido, hasta el 31 de julio de 2018, el 44 por ciento de las víctimas –81 personas– fenecieron en las costas. Espacios como albercas, pantanos o acequias representan el 24 por ciento de los casos, con 44 ahogamientos según el informe de la RFESS. Ríos y piscinas cierran la lista con 41 y 18 fallecidos respectivamente.

Sin embargo, el dato que dispara todas las alarmas es el de la vigilancia. De los 184 ahogados hasta el 31 de julio, 169 personas perdieron la vida en espacios acuáticos sin vigilar. Es decir, en casi nueve de cada diez ahogamientos no había una dotación específica de salvamento y socorrismo para la vigilancia del espacio acuático. Aunque siempre ha sido mayoritario, este dato ha venido aumentando en los últimos años de manera galopante. Si en 2015 estos casos representaban el 77 por ciento, en 2017 pasaron a ser el 90 por ciento.

Buenos datos en Andalucía

Si los datos son buenos a nivel nacional, en Andalucía lo son aún mejores. En el periodo reflejado en el último informe de la RFESS, la comunidad andaluza solo ha registrado 23 fallecimientos por ahogamientos. En este sentido, en Andalucía tuvo lugar tan solo el 12,5 por ciento de los ahogamientos de toda España.

Al establecer una comparación con el mismo periodo del año anterior, se puede observar que el número de fallecimientos en espacios acuáticos ha sufrido un drástico descenso al pasar de los 57 fallecidos hasta el 31 de julio de 2017 a los 23 de este año, lo que supone una reducción del 59,6 por ciento.

No obstante, Andalucía sigue siendo una de las comunidades autónomas donde más ahogamientos se producen. Esto se debe a la alta población existente y al hecho de que Andalucía es una de las principales receptoras del turismo de playa, tanto nacional como internacional, lo que aumenta la probabilidad.

Según el último informe de la RFESS, Andalucía es la tercera comunidad donde más ahogamientos se produjeron hasta el 31 de julio, tan solo por detrás de Galicia e Islas Canarias, donde se registraron 29 y 27 muertes por esta causa respectivamente. Por detrás de Andalucía se encuentran Cataluña –22 fallecidos–, Comunidad Valenciana –17 ahogamientos– e Islas Baleares –16 muertes–.

El único territorio que, por ahora, no ha registrado ningún ahogamiento es Melilla. La ciudad autónoma mantiene así la cifra y el reconocimiento conseguido en 2017. Las corrientes de poniente están facilitando la labor de vigilancia de los socorristas, que a mediados de julio evitaron el ahogamiento de un joven de 15 en la playa de Aguadú, una zona rocosa situada al norte de Melilla.

Los últimos casos

Tal y como se apuntaba al inicio de este reportaje, el último informe de la RFESS solo recoge los datos hasta el 31 de julio de 2018. Por esta razón, la cifra real de fallecidos por ahogamientos ha crecido hasta los 214. De esos 30 casos de más, cabría citar el último ocurrido en Andalucía: este sábado una joven de 20 años falleció en la localidad de Monturque (Córdoba) al ahogarse en una piscina particular, según informaron a Europa Press fuentes de la Guardia Civil y el 112. Los servicios médicos no pudieron hacer nadar para salvarle la vida.

El pasado 6 de agosto fue un día negro en lo que ahogamientos se refiere. En la localidad gaditana de Barbate, un niño de cinco años falleció ahogado tras volcar la balsa hinchable con la que jugaba y a la que la corriente empujó mar adentro. Pese al rápido y amplio despliegue de los servicios de emergencias, nada pudieron hacer los rescatistas para salvar la vida del pequeño. Asimismo, en Almàssera (Valencia), falleció una mujer de 31 años y de nacionalidad rumana. Aunque fue rescatada el 5 de agosto con síntomas de ahogamiento, perdió la vida al día siguiente. También el 6 de agosto se ahogó otra mujer, de 70 años, en la playa de Manzanares, en Los Alcázares (Murcia).

Otros de los últimos casos son los de dos personas mayores y ocurridos en la provincia de Alicante. Los hechos tuvieron lugar el pasado 5 de agosto, en la playa de Muntanyar de Xàbia y en la piscina municipal José Trenzano de Alcoy, donde fenecieron una mujer de 75 años y un hombre de 60 respectivamente. Asimismo, el primer fin de semana de agosto se cobró la vida de un turista británico de 24 años, cuyo cadáver fue hallado en la zona del puerto de Sant Antoni de Portmany, en Ibiza.

Las recomendaciones

Las dos horas y el corte de digestión, ¿mito o realidad?

Lo repiten padres y abuelos como un mantra que pasa de generación en generación, pero, ¿qué hay de verdad en la regla no escrita de esperar dos horas después de comer antes de volver a bañarnos? Conviene aclarar que la digestión no necesariamente ha de durar dos horas, pues determinados alimentos pueden estar en nuestro estómago hasta cuatro o cinco horas. En este sentido, es falso que una persona pueda ahogarse a causa de un corte de digestión por bañarse después de comer.

Lo que la sapiencia popular llama corte de digestión en realidad se trata de un síncope de hidrocución y no tiene relación alguna con haber comido antes, sino con un cambio brusco de la temperatura corporal. Esto puede ocurrir con el estómago vacío o lleno y no necesariamente tiene que ocurrir por bañarse, ya que también puede suceder si se bebe agua muy fría de golpe.

Por esta razón, bañarse justo después de comer tampoco es muy buena idea. No por la comida, sino porque suele coincidir con las horas de mayor intensidad solar, por lo que el riesgo de insolación es muy alto. A pesar de todo, siempre es posible bañarse entrando en el agua poco a poco y mojando primero las piernas, brazos y cabeza para disminuir el choque térmico.

Bandera roja, amarilla y verde: el semáforo de la playa

Una buena manera de empezar a disfrutar de manera segura de un día de playa consiste en buscar el garito de los socorristas y mirar qué bandera ondea. Si aún no sabe qué signfican, no se olvide de los semáforos. Si en estos últimos el rojo obliga a detener la marcha, la bandera roja prohíbe el baño. Lo mismo sucede con el amarillo, que advierte que el baño es peligroso y ha de hacerse con precaución –que el agua no supere la cintura–. Por último, si el mar está en buenas condiciones para el baño ondeará la bandera verde.

Ello no significa que olvide otras precauciones durante el baño. Siempre es menester procurar respetar las zonas reservadas y no invadir las áreas destinadas a embarcaciones, como también es necesario vigilar en todo momento a los más pequeños.

Cómo disfrutar del baño en ríos, pantanos y piscinas

Antes de aventurarse a darse un chapuzón en ríos y pantanos, debe asegurarse de que la zona está habilitada para el baño y cuenta con servicios de salvamento y socorrismo o si existe alguna prohibición o peligro. Ante todo, evite el baño en zonas de riesgo, como ríos de gran caudal, pozas naturales o bajo cascadas de agua, ya que se pueden formar corrientes y remolinos que puede hacerte pasar un mal momento.

En las piscinas, mantenga siempre un cuidado extremo en los bordes, ya que una mala caída puede provocar heridas y contusiones. Evite tragar agua, pues los químicos pueden provocar afecciones gástricas. Además, es necesario respetar las normas de seguridad y cuidar las medidas de higiene básicas.

Conducta PAS: Proteger, Avisar y Socorrer

Si durante estos días de verano se encuentra con alguna situación de ahogamiento o peligro en espacios acuáticos, procure respetar siempre la conducta PAS: Proteger, Avisar, Socorrer. En primer lugar, ha de protegerse la zona señalizando el peligro detectado y hacerla segura para que otros . Además, es necesario recoger toda la información posible de lo ocurrido. Posteriormente, hay que avisar a los servicios de emergencias llamando al 112, a quienes hay que informar claramente del suceso. Tras el aviso, llega el momento de socorrer al accidentado. En primer lugar, hay que controlar las funciones vitales de la víctima, evitarle movimientos bruscos, asegurar que está consciente y comprobar que respira.