Ciberdelincuencia de género: el nuevo maltrato silencioso

Acoso. El machismo ha encontrado en las redes sociales una herramienta de control e incluso vejatoria para las víctimas, muchas de ellas menores

25 nov 2017 / 06:53 h - Actualizado: 24 nov 2017 / 20:29 h.
"Violencia de género","Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer","Peligro en las redes"
  • Todas las menores que son víctimas de violencia de género lo han sido a través de redes sociales. El control del móvil y de sus aplicaciones es uno de los indicativos. / El Correo
    Todas las menores que son víctimas de violencia de género lo han sido a través de redes sociales. El control del móvil y de sus aplicaciones es uno de los indicativos. / El Correo
  • Las adolescentes no consideran el control una forma de violencia. / El Correo
    Las adolescentes no consideran el control una forma de violencia. / El Correo

Los expertos la denominan ciberdelincuencia de género y se está convirtiendo en la nueva forma de maltrato que afecta principalmente a chicas jóvenes y hasta menores. Las nuevas tecnologías y las redes sociales son nuevas herramientas en las que el machismo ha encontrado una forma de control e incluso de humillación y vejación de las mujeres. Lo más preocupante es que las propias víctimas no son en la gran mayoría de los casos conscientes de ello y, por otro lado, es un fenómeno presente en todos los casos en los que la maltratada es una adolescente.

El dato lo aporta el Instituto Andaluz de la Mujer, que así lo pudo constatar en el año 2016 en las 125 adolescentes que fueron atendidas dentro del Programa de Atención Psicológica a las Mujeres Menores de Edad Víctimas de Violencia de Género en Andalucía, que desarrolla la institución dependiente de la Consejería de Igualdad y Asuntos Sociales. De hecho, el IAM puso en marcha en octubre de 2015 un protocolo específico que recoge las pautas que deben seguir sus técnicos ante este tipo de situaciones y que fue pionero en toda España.

«Es un fenómeno que se va extendiendo entre los adolescentes y nos lo encontramos como una herramienta más, no es la única en todo el proceso de violencia», señala el asesor técnico del Gabinete de Estudios y Programas del IAM, Juan Ignacio Paz Rodríguez. Paz recuerda en este sentido que la violencia machista a través de las denominadas TICs es una situación que cada vez se repite cada vez más en los episodios de malos tratos en distintas franjas de edades, pero lo cierto es que al ser un sector en el que se mueven prácticamente la totalidad de los adolescentes, es en esta franja donde se hace más evidente, ya que «las redes sociales son sus canales habituales de comunicación».

«Las parejas utilizan las redes para controlarlas, les piden que estén geolocalizadas para saber en todo momento dónde están, o que todos los días antes de acostarse les envíen un selfie en la cama para comprobar que están en casa. Otra forma de controlarlas es solicitarle las contraseñas de sus perfiles en Instagram y otras redes como prueba de amor», explica el asesor técnico. Otra de las redes a través de la que se produce este control de la mujer es WhatsApp, donde «están pendientes si están conectadas o a qué hora fue la última vez que entró, discusiones por saber con quién están hablando o por la foto de perfil», añade.

El problema de estas situaciones es que las chicas tienden a verlo como «algo normal», como «esa prueba de amor» o simplemente porque consideran que su pareja es muy celosa. «Estamos detectando que las redes sociales están contribuyendo en este sentido a perpetuar roles machistas», destaca la directora general de Violencia de Género de la Junta de Andalucía, María de los Ángeles Sepúlveda. «No gusta decir que estamos dando pasos atrás porque no es así, pero sí es cierto que algunas actitudes se están perpetuando en las redes sociales que son los nuevos escenarios en los que se comunican y educan los jóvenes», puntualiza. «En los juguetes, internet, publicidad se transmiten una serie de valores, una forma de relacionarse basada en la cosificación de género», lamenta Sepúlveda.

Estas son las pautas que se detectan durante la relación, pero cuando se produce la ruptura de la misma comienza «la desvalorización» de la chica, con chantajes a través de las redes sociales, amenazas e incluso la publicación de fotografías de carácter íntimo. En este sentido, el jefe de Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional en Sevilla, José Félix Romero, coincide con la percepción que narran desde el IAM, ya que cada vez reciben más denuncias de esas mujeres que «se sienten coaccionadas y amenazadas a través de la red» y mayor el número de denuncias que reciben por estas situaciones.

«Hoy en día van unidas las redes y nuestra vida real, y en los móviles llevamos toda nuestra vida», indica el jefe policial, quien añade que se han encontrado casos en los que el maltratador ha llegado a utilizar aplicaciones espías, además de las cada vez más habituales «suplantaciones de identidad». Cuando llega la ruptura las víctimas se ven sometidas «a vejaciones, chantajes, insultos y amenazas hasta el punto de que se ven obligadas a dejar la red social». Por ello, su consejo es que en los casos en los que una relación haya terminado de forma conflictiva «se adopten una serie de medidas de seguridad» sencillas como «puede ser formatear un móvil o cambiar las contraseñas de los perfiles en las diferentes redes sociales».

El protocolo de trabajo del IAM, que entre otros aspectos, ha supuesto la formación del personal que atiende a las víctimas, estudia las redes sociales en las que intervienen la víctima y el agresor, para evaluar el posible impacto en la vida de la víctima e incluso de familia. Mientras tanto, se completa la atención con el apoyo psicológico y una valoración de las consecuencias psicológicas. Con todos los datos se elabora una planificación para la intervención y las pautas de seguridad a seguir. Igualmente, el IAM se encarga de ayudar a la víctima en la recopilación de todas las pruebas que pueda servir en un posible proceso judicial.