«En el aula de la experiencia se hace vida de universitario»

Más de dos mil mayores de 50 años se mantienen activos y conocen gente en esta actividad docente

29 may 2018 / 17:13 h - Actualizado: 30 may 2018 / 11:51 h.
"Salud","Educación","Pensiones","Los hábitos de la tercera edad"
  • Imagen de archivo de alumnas del Aula de la Experiencia. / El Correo
    Imagen de archivo de alumnas del Aula de la Experiencia. / El Correo

Van a clase con sus tablets de lunes a jueves y ese día, tras las lecciones, salen todos más o menos juntos a tomar algo. Es la descripción de cualquier universitario, y también de los 2.168 alumnos del Aula de la Experiencia de la Universidad de Sevilla. Su director, Jesús Domínguez, expone que no solo estudian como un veinteañero. Estos mayores de entre 50 y 85 años viven una segunda juventud.

Repartidos en 12 sedes entre la capital y poblaciones estratégicas de la provincia, con un 60 por ciento de alumnado femenino, el perfil ha ido cambiando en los 21 años de vida de esta institución, que expide títulos con valor académico, y que nadie quiere abandonar y hay incluso una promoción que lleva 15 años repitiendo curso tras curso. Los primeros años, explica su director, las alumnas eran de forma abrumadora madres monoparentales sin estudios o muy básicos.

Hoy abundan prejubilados de la banca, la sanidad o técnicos, muchos de ellos con un título universitario obtenido tres o cuatro décadas atrás. «Y muchas veces tienen obligaciones familiares: hijos mayores, nietos y también progenitores: el 85 por ciento de los mayores de 55 años tiene al menos a uno de sus padres vivo», añade el director.

Además, por las estadísticas que maneja, «y como ocurre en toda Europa», considera que las mujeres viven 19 años de forma activa tras su jubilación.

De ahí que junto a las clases del Aula de la Experiencia proliferen viajes culturales y las actuaciones de un grupo de teatro o de flamenco. Este año 90 personas se han quedado fuera de la nueva promoción, con 210 plazas.

«Evidentemente, mucho mayor solo, separado o viudo conoce a más gente. Esto es como una gran familia, una piña. Y a veces nacen relaciones», explica el director. Ligado al Aula de la Experiencia también funciona el programa universitario Cohabitación, por el que pueden compartir vivienda jóvenes estudiantes y mayores. Y por supuesto, la Asociación de Amigos del Aula de la Experiencia, que se encarga de las actividades culturales complementarias.

Un profesor del Aula de la Experiencia en Los Palacios y Villafranca, Álvaro Romero, abunda en uno de los aspectos que destaca su jefe: conviven mayores de generaciones distintas: en el Aula hay gente a partir de 50 años, que hoy no es más que una edad madura, pero también hay alumnos de más de 70... Y todos han evolucionado hacia la independencia en un sentido integral. Es verdad que existe mucha diversidad entre el alumnado, porque hay desde amas de casa hasta gente licenciada y jubilada de los más variados quehaceres, pero el proyecto les sirve para encontrarse a sí mismos ahora que tienen más tiempo».

De hecho, muchas alumnas «se animan a emprender este nuevo proyecto cuando sus hijos empiezan a necesitarlas menos»,

Más allá de los tres cursos reglados existe un curso llamado de Formación Continua que es un bucle sin fin por el aprendizaje y la socialización cultural. Son muy pocos los que se aburren.

Algunas sedes, como la de Mairena del Aljarafe o la de Los Palacios, tienen 200 alumnos, que se dice pronto. Este año abrirá la de Coria del Río. «En estos pueblos constituye el fenómeno cultural más decisivo que se recuerda, por la implicación que tienen estos alumnos en el contexto social de sus localidades», expone Romero.

De los alumnos el profesor asegura que han entrado «en la mejor edad: han pasado los complejos y las vergüenzas de juventud, y por lo tanto son muy prácticos y a la vez muy respetuosos. Se dan relaciones de todo tipo: desde amistades que llegan a ser profundísimas, reveladoras e incluso salvadoras para gente que tenía un horizonte chatísimo de expectativas, hasta las propias relaciones amorosas, claro que sí».