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En la agenda del gobierno de Espadas

La ciudad cuenta con una veintena de plazas y calles cerradas al tráfico. Los últimos, la céntrica Mateos Gago y la plaza de la Macarena

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
27 abr 2018 / 21:38 h - Actualizado: 28 abr 2018 / 09:29 h.
"Ayuntamiento de Sevilla","20 propuestas para Sevilla"
  • La explanada de la basílica de la Macarena se ha convertido hace un mes en una plaza peatonal. / Jesús Barrera
    La explanada de la basílica de la Macarena se ha convertido hace un mes en una plaza peatonal. / Jesús Barrera
  • En la agenda del gobierno de Espadas

¿Apoyaría la vuelta de los coches a las calles O`Donnell, San Fernando o Asunción? ¿Quién quitaría hoy en día una peatonalización? Pese a haber tenido una historia controvertida –sobre todo, en sus inicios, protagonizando encarnizadas batallas entre comercios, taxistas, vecinos y el gobierno municipal de turno–, el tiempo ha despejado cualquier duda y ha demostrado, con creces, que los proyectos de peatonalizaciones tienen más beneficios que perjuicios. Solo un dato: el metro cuadrado se revaloriza hasta un 80% en Plaza Nueva y la Avenida de la Constitución, según un informe del Sector Inmobiliario Terciario de Sevilla elaborado por la consultoría Inerzia. La ciudad cuenta en estos momentos con una veintena de plazas y calles cerradas al tráfico. El actual gobierno local siempre ha mostrado su predisposición de recuperar espacios para el peatón, aunque desde el consenso: «Abordaremos con los vecinos y los comerciantes la posibilidad de nuevas peatonalizaciones», ha insistido siempre el delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Carlos Cabrera.

Como referencia se toman las grandes peatonalizaciones de los últimos años del gobierno de Sánchez Monteseirín (PSOE), donde se llevaron a cabo actuaciones radicales y muy vistosas, como los casos de Asunción, San Jacinto; el eje San Fernando-Avenida-Plaza Nueva con la construcción del tranvía; o las plazas del Salvador, la Alfalfa, la Pescadería y el Pan dentro del denominado proyecto de La piel sensible, que diseñó el arquitecto Carlos Mariña Luis en 2007. Acciones que, si bien en un primer momento provocaron el rechazo de vecinos y comerciantes, han acabado convirtiendo a Sevilla en referente en cuanto a peatonalizaciones del casco histórico de grandes ciudades, equiparándose al nivel de Málaga, con la calle Larios.

Incluso partidos políticos que, en un principio rechazaron frontalmente estos proyectos, han acabado por sumarse y, en el caso del PP, por ejemplo, han llegado a proponer nuevas conquistas para el peatón con el cierre al tráfico del resto de la calle Asunción, en concreto, del tramo final que va hasta la portada de la Feria de Abril.

Ahora, después de cuatro años en blanco del gobierno de Zoido, la vuelta de otro gobierno socialista, el de Juan Espadas, plantea la recuperación de estos proyectos, aunque, eso sí, más de palabras que de hechos. A punto de cumplirse tres años de gobierno, sólo se ha llevado a cabo en su totalidad el entorno de la Basílica de la Macarena, una reivindicación histórica que quedó inaugurada la pasada Cuaresma y en la que se ha eliminado totalmente el tráfico rodado de la zona. El resto han sido semipeatonalizaciones o restricciones parciales de la circulación (dejando paso a vehículos de residentes acreditados) en casos como el tramo final de Baños (de San Vicente a la plaza de la Gavidia) y en Mateos Gago. Esta última se ha llevado a cabo hace sólo unas semanas y no termina de cuajar por las quejas vecinales que siguen reclamando zonas de aparcamientos para residentes en las mismas condiciones (y no compartidas con la carga y descarga en el Paseo de Catalina de Rivera) a las eliminadas en la céntrica calle. Por último, uno de los proyectos más emblemáticos de peatonalización del equipo de Espadas, el de la calle Betis, no está aún resuelto. De momento, sólo cierra al tráfico los domingos hasta las 20 horas. Su puesta en marcha está supeditada, entre otras cosas, a la reordenación del tráfico en toda la zona histórica del arrabal trianero.

Igualmente, aprovechando el plan especial de Navidad, en los últimos años se ha llegado a probar la peatonalización de la zona que va de la plaza de la Campana a las Setas de la Encarnación, para ganar este espacio público, especialmente en los días de mayor afluencia de público en fechas señaladas y de más actividad comercial. Sin embargo, este posible caso no se ha llegado a concretar aún, más allá del experimento navideño.

UN ESTUDIO AVALA EL AUMENTO DE LAS VISITAS DE LOS VECINOS

Un estudio del grupo de investigación Applied Economics & Management de la Universidad de Sevilla ha analizado el grado de satisfacción de los ciudadanos y sus determinantes respecto de los procesos de peatonalización fuera del casco histórico de Sevilla. Concretamente, en las calles Asunción y San Jacinto. Ambas actuaciones fueron, especialmente la primera, precedidas de una significativa conflictividad social.

El trabajo publicado por la revista Habitat International, de referencia de las Naciones Unidas para estudios urbanos, se basa en la aplicación de modelos microeconométricos a los datos procedentes de tres campañas de encuestas ad hoc, entre los peatones en dichas calles. En general, los más satisfechos son los ciudadanos con mayor nivel educativo y con una visión global sostenible de la ciudad ya que la satisfacción estaba correlacionada con una visión positiva de las peatonalizaciones en el casco histórico y con las políticas de promoción de la bicicleta. Además, tras la peatonalización, dicen, aumentó en un 26,5 por ciento la frecuencia de visita a las calles por los encuestados.

En este sentido, un aspecto interesante también es el análisis de los cambios de hábitos de consumo. Se comprueba cómo aumenta la probabilidad de que los viandantes hagan una compra y un consumo en los bares de la zona, concretamente un 47 por ciento y un 55 por ciento, respectivamente. Para estos investigadores, «el concepto de ocio urbano ha cambiado, está íntimamente ligado al consumo en tiendas y bares». Por ello, según el profesor Castillo Manzano, no es casualidad que, tras las peatonalizaciones, se observe un efecto sustitución de los establecimientos tradicionales por los franquiciados, tan presentes en los centros comerciales. ~