¿Es un abuso no cobrar por hacer prácticas?

El anuncio de la casa de Alba de acoger universitarios gratis desató un vendaval en las redes, pero el 99 por ciento de las prácticas no se pagan

13 mar 2018 / 18:23 h - Actualizado: 13 mar 2018 / 21:43 h.
"Los becarios y las prácticas"
  • Botánicos y estudiantes de prácticas trabajan conjuntamente en esta imagen de archivo del herbario de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla. / Paco Cazalla
    Botánicos y estudiantes de prácticas trabajan conjuntamente en esta imagen de archivo del herbario de la Facultad de Biología de la Universidad de Sevilla. / Paco Cazalla

El escándalo saltó hace unas semanas, cuando la Casa de Alba anunció su propósito de acoger a estudiantes en prácticas no remunerados para remodelar el jardín del Palacio de Dueñas. ¡Una de las mayores fortunas de Europa, sirviéndose de la Universidad para explotar a los chavales gratis!, exclamaron muchos. Pero todo se explica mejor si se conoce el funcionamiento de estos programas y su propósito.

Para empezar, desde el Secretariado de Prácticas de la Universidad de Sevilla, conviene usar el término estudiantes en prácticas, y no becarios, puesto que no todos los primeros disfrutan de beca. Y no es un contrato en prácticas, que establece una relación laboral concreta, sujeta al rendimiento del contratado y la satisfacción y necesidades del contratante.

Acto seguido, saber que hay dos tipos de prácticas, «las curriculares, que son asignaturas que según la titulación pueden ser obligatorias u optativas, e incluso hay titulaciones que ni siquiera las contemplan; y las extracurriculares, voluntarias», comenta Alberto Barroso Caro, director del citado Secretariado. «En la US hay unas 10.000 curriculares y unas 2.000 extracurriculares. Pero el 99 por ciento de esas 10.000 no son remuneradas», agrega.

La razón es sencilla: «Son un compromiso, una simbiosis entre la entidad colaboradora y la universidad. Dicho de otro modo, un favor que nos hacen. Las prácticas en esas entidades son un primer proceso que forma a los estudiantes y ayuda a formar una bolsa de potenciales trabajadores ya formados», comenta la misma fuente.

«No podemos exigir, por ejemplo, a la Consejería de Educación, que pone 400 colegios a disposición de la US para hacer prácticas, que encima les paguen. O al Consejo general del Poder judicial, encima de que colapsamos los juzgados con estudiantes en prácticas», afirma Barroso.

No obstante, el tema de las titulaciones va por barrios. Así, hay titulaciones que están tan demandadas que «son las propias entidades las que remuneran a los alumnos para asegurarse de que pueden contar con los mejores alumnos», prosigue Barroso. Cabe recordar, además, que la Escuela de Ingeniería, Informártica, Arquitectura e Ingeniería agronómica tienen la facultad de gestionar ellos mismos sus prácticas extracurriculares, ya que «históricamente han tenido más trato con las empresas de sus respectivos sectores, las conocen muy bien y tienen los contactos».

Uno de los equívocos que suelen propiciar la polémica es dar por sentado que un estudiante es, de por sí, casi un profesional plenamente formado. «Queremos dejar claro que no se trata nunca de una relación laboral, sino que en todo momento hablamos de estudiantes tutelados. Otra cosa es que haya empresas que intenten aprovecharse del sistema, pero a esos alumnos les decimos que que no deben hacer nada fuera de los límites estipulados», explican desde el Secretariado de la US.

«La realidad es que muchos estudiantes no han salido del aula a lo largo de la carrera, y necesitan un contacto con el mercado. Y no cabe duda de que los estudiantes que han tenido alguna experiencia laboral previa al egreso tiene más facilidad para la inserción laboral: uno de cada tres contratos se le hace a un estudiante que ha hecho prácticas. Pero entiendo que sea un tema delicado preguntarse si 12.000 estudiantes en prácticas no quitan puestos de trabajo».

«Las prácticas voluntarias son actividades académicas, periodos formativos para el alumno. están pensados para que el alumno tenga una primera inmersión en el mercado laboral, que vayan conociendo las empresas y las empresas puedan conocerlos a ellos», explica Barroso. Según el director del Secretariado, la Hipalense tiene «una de las normativas más restrictivas de la universidad española en materia de prácticas», de tal suerte que se permiten las no remuneradas «pero por un periodo máximo de seis meses, precisamente para evitar que las empresas llamen todos los años al mismo estuidiante, y por un máximo de cinco horas al día. Por otro lado, si al estudiante no le quedan asignaturas y solo tiene pendiente el trabajo de fin de grado, puede acceder previa solicitud a una duración diaria mayor; por ejemplo, eso puede ocurrir con las prácticas de julio y agosto, cuando no interfieren con su actividad académica», apunta.

Por otra parte, «en las prácticas extracurriculares, el porcentaje de prácticas remuneradas y no remuneradas se invierte. Aunque el Real Decreto que regula este apartado permite las prácticas no remuneradas, si se pagan, mejor. Porque en este caso se pide más al alumno, sobre todo que haya pasado con el 50 por ciento de su carrera terminada. Por eso, un 75 por ciento de las que se hacen con nuestros alumnos son remuneradas, y el 25 por ciento no. La normativa nos permitiría sacar prácticas extracurriculares no remuneradas, pero no lo hacemos».

En cuanto a la Casa de Alba y su polémica convocatoria para que los estudiantes trabajaran en los jardines del palacio de Dueñas, «fue un caso singular, porque esa práctica se iba a quedar desierta, ya que los estudiantes a los que iba dirigida estaban ya colocados en otras prácticas. Pero la posibilidad de trabajar en uno de los mayores patrimonios de Andalucía, con un jardín botánico espectacular y a coste cero, nos animó a extender esa bolsa a la modalidad voluntaria, de práctica extracurricular», recuerda Barroso.

«Ahí estuvo la polémica: esas prácticas voluntarias, que suelen venir todas con bolsas de ayuda, se sacó en una oferta a cero euros. Fue un caso excepcional, pero la prioridad la tienen siempre las prácticas remuneradas», concluye el director del Secretariado de Prácticas de la Hipalense.