Ese eterno objeto de deseo llamado Metro

Los presupuestos pasan por la capital hispalense de largo un año tras otro como si de un día de la marmota se tratase. Tanto es así que a nadie le extraña ya que el Gobierno de la nación no destine partidas para algunos proyectos que ya se han eternizado en Sevilla como la ampliación del Cercanías, la comisaría del Polígono Sur o la mejora del Museo de Bellas Artes o el Arqueológico.

Pero si hay una infraestructura que la ciudad reclama, y necesita a la vista de la situación que vive en materia de movilidad, es la ampliación del Metro. Ese ya eterno objeto de deseo para los sevillanos, sobre todo de la periferia, que sueñan con no tener que invertir una hora de su tiempo para desplazarse por la ciudad desde sus barrios. El Ayuntamiento ha puesto en marcha algunas medidas para mejorar los servicios de transporte público y tiene en cartera algunas otras más pero los vecinos lo tienen claro: «son parches, lo que de verdad sería una solución es la ampliación del Metro. Es la alternativa más viable, ágil y eficaz para conectar el barrio con Sevilla», explicaba recientemente a este periódico Antonio Muñoz, presidente de la Federación de Asociaciones de Sevilla Este (FAES). Bien es verdad que para que el proyecto saliese adelante sería necesaria también una inversión autonómica, que también ha dado esquinazo a la capital hispalense en 2017. Si bien, también es cierto que el hecho de que el Estado decidiera invertir en esta infraestructura para Sevilla, como ha hecho con el resto de ciudades españolas, desbloquearía el proyecto estancado desde hace ya demasiado tiempo.

La ampliación de la red de Cercanías es otra de las deudas históricas del Gobierno con la capital hispalense. Los últimos presupuestos aprobados por Mariano Rajoy antes de que comenzaran los 315 días que el país ha estado en modo provisional, asignaban para esta red ferroviaria 100.000 euros. Esta exigua cuantía dejaba una vez más el proyecto para unir la Isla de la Cartuja con Torre Triana y Blas Infante, y, por tanto, con el Metro, otro año más en saco roto. En el mismo donde se encuentra la comisaría de Policía Nacional del Polígono Sur. Más de 30 años llevan los vecinos del barrio más degradado de Sevilla pidiendo que se instalen unas dependencias policiales en la zona. La comisionada para la regeneración del barrio, María del Mar González, pidió por escrito a la Delegación del Gobierno que la construcción de la comisaría se incluyera en los Presupuestos Generales del Estado de 2016. Sus súplicas fueron poco atendidas, puesto que en las últimas cuentas aprobadas se destinaban tan solo 255.000 euros a las comisarías de la Policía Nacional en la provincia de Sevilla. Cuantía que se antoja escasa para poner en marcha un proyecto arquitectónico y desbloquear los trámites que lastran esta dependencia policial desde hace años. En la evolución plurianual, Interior destacaba que se invertirán 1.020.000 euros en cuatro años. Teniendo en cuenta que una comisaría de Policía suele costar unos cuatro millones, faltaría todavía bastante para que el proyecto anhelado por los vecinos del Polígono Sur sea una realidad en los próximos años. Y si poca inversión hay para este proyecto, la destinada a otros como el soterramiento de las vías del tren por este mismo barrio o las pantallas acústicas en la SE-30 a su paso por las barriadas de Amate ni aparecieron.

Mención aparte para el Museo de Bellas Artes y el Arqueológico, protagonistas (por su ausencia) desde hace años en los presupuestos estatales. Mientras ambos aguardan la partida que permita su ampliación, en el primer caso, y su reforma, en el segundo, el Gobierno asignó más de nueve millones en su último presupuesto en los centros museísticos madrileños. En el caso del Bellas Artes, la segunda pinacoteca del país, el proyecto permitiría mostrar su colección permanente algo que hasta ahora, según el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, solo hace en un 20 por ciento.