La mejoría de las carreteras va al ralentí

La Junta reactivó en 2014 las obras en la red viaria, pero nunca ha alcanzado el vigor de los años de bonanza

Iñaki Alonso @alonsopons /
05 mar 2018 / 23:49 h - Actualizado: 06 mar 2018 / 08:14 h.
"Infraestructuras","Carreteras","Las carencias de los transportes"
  • La zona de Barranco Hondo, entre Burguillos y Castilblanco, se someterá a obras este año. / F.J.D.
    La zona de Barranco Hondo, entre Burguillos y Castilblanco, se someterá a obras este año. / F.J.D.

Verano de 2014. Tras más de dos años de obra pública parada y sin nada de alquitrán nuevo que echar salvo el justo para conservar varios kilómetros de carretera vieja, la Consejería de Fomento y Vivienda volvía a engrasar la maquinaria con la reanudación del segundo tramo de la autovía de Acceso Norte, que abriría año y medio después. Devolvían así las constantes vitales a un arreglo de la red de transportes de Sevilla que ya en tiempos de bonanza económica arrastraban más de un bache en eso de mantener una conexión no solo con la capital hispalense, sino entre municipios sevillanos.

La inversión pública autonómica ha despertado, pero al ralentí. Hay tantos frentes abiertos tras dos años de paralización de la obra por culpa de la crisis económica que las demandas se han convertido en históricas y, sobre todo, numerosas. A sabiendas de que los brotes verdes no han devuelto el vigor de antaño a las arcas de la Administración autonómica, tocaba priorizada. Ahí figuran las obras ya acabadas como la de la autovía Sevilla-Málaga (A-92) en su tramo por el término de La Puebla de Cazalla. Otras están en fase de finalización, como la carretera Arahal-Morón, a la que le queda una última capa de rodadura para ese lavado de cara que aspira a minimizar sus altas cotas de siniestralidad. Y, en ejecución, brillan –por las veces que se ha citado el desarrollo de las mismas– el desdoble de la A-392, que conecta Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra y que se prevé que su puesta en funcionamiento ante de que finalice el año; y la Ronda Urbana Sur de Mairena del Aljarafe, que aspira a poblarse de coches en este 2018.

En la lista de tareas pendientes para este año, al menos en las de trazo grueso aparecen en los presupuestos iniciar demandas históricas como la construcción de un carril para vehículos lentos en la zona de Barranco Hondo, que conecta por carretera Castilblanco de los Arroyos y Burguillos y que recibirá una inversión en este curso de 700.000 euros. A su vez, se destinarán algo más de dos millones al viaducto de Pago de Enmedio, que permitirá por fin dar utilidad a una autovía de Acceso Norte que contará, cuando esté a pleno rendimiento, con una intensidad media de más 16.000 vehículos al día.

Todo esto figura aparte de las tareas habituales de mantenimiento. De hecho, el último lote que ha sacado a licitación se anunció este pasado fin de semana, cuando la Junta anunció 1,75 millones para arreglar el firme en la red de carreteras en la provincia de Sevilla durante dos años.

Desde Fomento no hablan de vaso medio lleno. Es más, cuando se le preguntan por inversiones en infraestructuras, se alegran de la reactivación, pero sin sacar pecho, conocedores de que difícilmente regresen los tiempos de vino y rosa en los que se podían destinar decenas de millones casi sin pestañear en ampliar la red viaria. Eso se acabó y buena prueba de ello está en que otras administraciones de mayor rango –y, en teoría, con más disponibilidad económica–, como el Ministerio de Fomento, también se las ven canutas para saldar las deudas pendientes con Sevilla en materia de carreteras, como la ampliación del tercer carril de la autopista A-49 hasta Huévar, el desdoble de la N-IV no solo a Los Palacios sino hasta Jerez, la remodelación del nudo de la Pañoleta o, la más importante, la finalización de los 77 kilómetros de la futura ronda de circunvalación SE-40. Todas ellas están en ejecución o planificada, pero ninguna ha terminado por falta de cash.

Sin embargo, la escasez de fondos para carreteras no excluye la crítica por su estado. Desde la oposición, hay partidos como el PP que incluso tienen visualizada hasta 20 demandas históricas de los sevillanos en materia viaria. Algunas de ellas están planificadas, como la actuación en Barranco Hondo y la carretera Arahal-Morón, aunque «ahí se ha hecho un apaño en vez de un desdoble». La apreciación la aporta el parlamentario popular Jaime Raynaud, que contabiliza déficits como la no ejecución de la autovía del Aljarafe –o de los dólmenes– que habría descongestionado la A-49; el soterramiento de la autovía de Utrera en Montequinto; o los desdobles de El Viso-Carmona (A-398), Utrera-Los Palacios (A-362) o Osuna-Écija (A-351). Raynaud también recuerda la falta de continuidad de la autovía del Olivar hasta Estepa, que «se recoge en los planes de la Junta desde 1997»; la conexión prometida entre Cádiz y Huelva a través de Villamanrique de la Condesa y Lebrija; o la petición para que se amplíe la vía junto al Riopudio (Palomares-Almensilla-Mairena).

El PP cita en sus quejas la falta de billete único como sí existe en Madrid o Valencia, que promueva la intermodalidad. La demanda es compartida con la Junta, que ya ha adaptado su tarjeta a todos los modos de transporte salvo Renfe. El ente estatal choca, como pasa con las carreteras, con la ausencia de dinero. Para habilitar el billete único urge invertir en equipamiento (tornos) en las estaciones, algo que es, hoy por hoy, demasiado costoso.