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La muerte va por barrios

Plan local de Salud. Los barrios pobres son los de menor esperanza de vida, más mortandad y más enfermedades. La diferencia entre Carretera Carmona y Polígono Sur: 8,8 años de vida

Iñaki Alonso @alonsopons /
25 jul 2017 / 06:18 h - Actualizado: 25 jul 2017 / 08:38 h.
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  • Vista aérea de la zona de Las Letanías y Polígono Sur, que son algunos de los barrios pobres y con menor esperanza de vida. / Antonio Acedo
    Vista aérea de la zona de Las Letanías y Polígono Sur, que son algunos de los barrios pobres y con menor esperanza de vida. / Antonio Acedo

Sevilla tiene una brecha social que afecta peligrosamente a su salud. Tanto que los barrios con las rentas más bajas son los que tienen un cuadro médico peor: son más proclives a contraer enfermedades, la tasa de mortandad es mayor y, por ende, su esperanza de vida se reduce drásticamente. Esa realidad se ha concretado en datos en un minucioso informe elaborado por el equipo de la Delegación de Bienestar Social que servirá de «base» para el futuro Plan municipal de Salud, una hoja de ruta que señalará las amenazas que sufre la capital y los mecanismos posibles de «prevención y promoción de la salud», según explicó el delegado municipal del ramo, Juan Manuel Flores.

El informe hace una radiografía de los peligros para la salud de la capital desde todos los prismas: el cambio de la pirámide poblacional –de la Sevilla joven de los 80 a la actual, mucho más envejecida–, el parque de viviendas, la calidad del aire o los hábitos del sevillano –desde la actividad física y la alimentación hasta la sexualidad–. De todas esas patas, destaca sobremanera cómo afecta la brecha social a la salud. Flores es tajante al recordar que, al igual que la pobreza en Sevilla está localizada por barrios, el «potencial de vida» también. Y cita, entre ellos, el distrito Cerro-Amate –que dirige– y que sufre un «problema estructural» con su repercusión social. Una brecha con la que, insiste, hay que luchar desde todos los frentes y con estrategias a largo plazo.

«La distribución de la mortalidad sigue un patrón de desigualdad social, es decir, las mayores desigualdades en parámetros de salud se corresponden con zonas de mayor desigualdad social», concluye el informe, que detecta coincidencias en esperanza de vida, mortalidad y en los grandes grupos de causas de fallecimiento –como las patologías circulatorias–.

Polígono Sur, Las Letanías, Avenida de la Paz, Torreblanca, Los Pajaritos, Amate, Aeropuerto Viejo, Polígono Norte, La Bachillera y Valdezorras figuran en la lista de barrios con peores cifras de mortalidad. Guardan similitud con los criterios de renta per capita y demanda social. Una teoría que gana enteros al ver el otro lado de la balanza. El Juncal, La Oliva, Nervión, Huerta del Pilar, Los Remedios, Tablada, Polígono Aeropuerto, El Porvenir y Pineda tiene indicadores mucho más favorables.

No es sólo este factor. La mortalidad precoz, es decir, las defunciones entre los 35 y los 64 años, también es mayor en distritos como Cerro, Sur y Macarena. Mientras, las tasas más bajas se detectan en Nervión, Bellavista-La Palmera y Los Remedios.

La realidad es machacona en todas sus vertientes. Así, Sur fue el distrito con mayor mortalidad infantil, con 6,26 defunciones por cada mil nacidos. Eso es el doble que la tasa de la ciudad (3,8 defunciones) y el triple que en Los Remedios, que fue el distrito que en el periodo analizado –2011 a 2014– lamentó menos muertes infantiles.

Los desniveles también se ven por centros de salud. En mujeres, el centro de Valdezorras presenta un 76 por ciento más de mortalidad que la media frente al de Bellavista, que está a las antípodas con un 20 por ciento menos de la media. En hombres, los extremos están entre el centro de salud del Polígono Sur, con un 57 por ciento más, y el Fuensanta Pérez Quirós (Sevilla Este) con un 127 por ciento menos.

Evidentemente, estas estadísticas repercuten en la esperanza de vida que, aunque sigue aumentando en la ciudad (84,5 años de las mujeres y 78,4 años en los hombres), también se ve cómo influye el escalón económico y de zonas con décadas situadas por debajo del umbral de la pobreza. Así, el vecino de Cerro Amate tiene una media de cuatro años de vida menos en los hombres y tres en las mujeres que, por ejemplo, Nervión. La brecha se agrava si el análisis se ciñe por barrios. La diferencia entre la zona con más esperanza de vida (San Matías-Carretera Carmona y Parque Atlántico) y la de menor (Polígono Sur) es de 8,8 años.

Otro indicativo son la proliferación de enfermedades. Así, el informe indica que se ha producido «un incremento de las infecciones de transmisión sexual, así como la persistencia en el número de casos de tuberculosis, relacionados con la desigualdad social y la crisis de estos últimos años».