La universidad no garantiza acceder al empleo, pero ayuda

Inserción laboral. De los 34.431 universitarios que finalizaron sus estudios en 2015, casi el 48 por ciento consiguió un puesto de trabajo durante el año posterior

Manuel Pérez manpercor2 /
26 feb 2018 / 07:42 h - Actualizado: 25 feb 2018 / 22:30 h.
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  • Para acceder a los estudios universitarios, los estudiantes deben pasar una serie de pruebas. / Jesús Barrera
    Para acceder a los estudios universitarios, los estudiantes deben pasar una serie de pruebas. / Jesús Barrera

Sanitarios e ingenieros casi desconocen la palabra desempleo. Las titulaciones que componen las Ciencias de la Salud y las Enseñanzas Técnicas son las que más empleo aseguran al universitario una vez que finaliza su formación superior. Los últimos datos disponibles son de 2017 y corresponden al Estudio de la situación laboral de las personas egresadas en enseñanzas universitarias en Andalucía, realizada por el Observatorio Argos de la Junta de Andalucía. Se trata de una minuciosa investigación de los estudiantes que abandonaron las universidades andaluzas en 2015 –34.431– y que analiza su situación laboral hasta octubre de 2016. En líneas generales, el 47,64 por ciento de los titulados consiguió un empleo durante el año posterior a su graduación.

En concreto, las inserción laboral de las ramas de Ciencias de la Salud y Enseñanzas Técnicas –que reúne las titulaciones relacionadas con las ingenierías y las arquitecturas– se sitúa en el 63,58 y el 59,26 por ciento respectivamente. Sin embargo, los graduados en Óptica y Optometría son los que mejor datos de empleabilidad arrojan con una tasa de inserción laboral del 95,71 por ciento. Una cifra que atestigua la nota de corte en selectividad de esta titulación que, en la Universidad de Sevilla, alcanzó la calificación de 9,28 el pasado año. Según los últimos datos disponibles de la Hispalense, un total de 231 personas ingresaron en la facultad de Farmacia para estudiar esta carrera en 2016.

Por el contrario, la titulación que peor empleabilidad ofrece a los estudiantes andaluces es el grado en Geografía e Historia. En concreto, la tasa de inserción solo alcanza el 4,76 por ciento. En la comunidad andaluza se puede cursar en las universidades de Jaén y Pablo de Olavide, en Sevilla. En este último centro universitario, la nota de corte de selectividad se situó el pasado 2017 en el cinco. Según los últimos datos disponibles de la UPO, un total de 63 personas ingresaron en la facultad de Humanidades para estudiar esta carrera en 2016.

Sin embargo, Óptica y Optometría y Geografía e Historia no son de las carreras que más alumnos titula al año, por lo que sus datos de incidencia en el mercado laboral son menores en comparación con otras titulaciones más numerosas. En concreto, el podio de los grados que más alumnos egresaron en 2015 según el estudio anteriormente citado son Educación Primaria, Enfermería y Educación Infantil, con 2.566 graduados, 1.500 y 1.420 respectivamente.

Por esta razón, el análisis se centra en estudiar la inserción laboral de estas titulaciones, pues son las que generan un mayor impacto en el mercado de trabajo. De las diez carreras que más estudiantes egresaron –Educación Primaria, Enfermería, Educación Infantil, Derecho, ADE, Psicología, Arquitectura, Medicina, Trabajo Social y Relaciones Laborales y Recursos Humanos–, solo Medicina, Administración y Dirección de Empresas (ADE), Relaciones Laborales y Recursos Humanos y Enfermería lograron superar la media andaluza del 47,64 por ciento.

Medicina sigue siendo la que más capacidad de absorción laboral presenta. De los 722 graduados en Medicina que salieron al mercado de trabajo en 2015, 577 lograron un puesto de empleo durante el año posterior al egreso. Esto comporta una tasa de inserción laboral del 79,95 por ciento. Actualmente, la Universidad de Sevilla tiene más de 2.000 alumnos matriculados en el grado en Medicina y, según los últimos datos disponibles, en 2016 se matricularon 294 alumnos nuevos, los cuales tuvieron que superar una nota de corte superior al 12,5.

Por su parte, ADE aportó al mercado laboral un total de 566 trabajadores de los 1.051 egresados, es decir, el 53,89 por ciento. Relaciones Laborales y Recursos Humanos, por su parte, aportó a Andalucía 532 titulados y el mercado laboral absorbió al 50,57 por ciento, unas 269 personas. Asimismo, 2015 cerró con unos 1.500 nuevos graduados en Enfermería, de los cuales el 49,01 por ciento consiguió un trabajo durante el año posterior del egreso.

En este sentido, el resto de titulaciones presenta ciertas carencias en lo que a inserción laboral se refiere. Es decir, se tratan de carreras que generan una población activa mucho mayor de la que el mercado de trabajo es capaz de absorber.

Demanda de empleo

De las 34.431 personas que egresaron en las universidades andaluzas en 2015, 16.403 consiguieron un empleo durante el año inmediantamente posterior. Sin embargo, el resto se repartió en diversas posibilidades. En concreto, 5.042 personas, el 14,64 por ciento, llevaban más de un mes inscritas como demandantes de empleo en el Servicio Andaluz de Empleo.

Las tasas más elevadas en este sentido se registraron en las titulaciones pertenecientes a las ramas de Enseñanzas Artísticas, cuyos egresados representan, según los datos del Observatorio Argos, un tercio de todos los titulados universitarios que demandaron empleo. Asimismo, las carreras de Magisterio arrojaron una tasa de demanda de empleo del 19,95 por ciento, lo que representa a un total de 863 personas. También preocupan los datos de las titulaciones de las Ciencias Sociales y Jurídicas. El 16,51 por ciento de los egresados –2.192 personas– de esta rama se registraron como demandantes de empleo.

El paro es otro de los posibles destinos de los egresados universitarios, si bien es el menos deseado. Según el informe del Observatorio Argos, 4.965 titulados universitarios –el 14,42 por ciento del total– pasaron a formar parte del paro durante el año posterior a su graduación. Las ramas que más desempleo registraron fueron las de Magisterio, con el 20,46 por ciento, y las Enseñanzas Artísticas, con el 20,51 por ciento. Por su parte, las que menos paro registraron fueron las Ciencias de la Salud, que alcanzó el 7,85 por ciento; las Enseñanzas Técnicas –10,85 por ciento– y, contra todo pronóstico, las Humanidades con una cifra muy similar a la media, un 14,20 por ciento.

Si se pone el foco sobre las titulaciones con mayor volumen de personas egresadas, Educación Infantil posee la mayor tasa de paro registrado, pues el 24,44 por ciento de los graduados en dicha carrera no encontró un trabajo. Como era de esperar, Medicina es la que menos paro registra con un pírrico 3,32 por ciento de sus más de 700 egresados según los últimos datos disponibles de la Hispalense.

Calidad del empleo

El informe que el Observatorio Argos publica en el estudio anteriormente citado también analiza la calidad del empleo de los que consiguieron un contrato durante el año posterior del egreso. Según el análisis, un empleo de calidad es aquel que, entre otros aspectos, se ajusta a la cualificación del trabajador.

En este sentido, los datos son desalentadores. En concreto, el 71,26 por ciento de los primeros contratos a los graduados son para desempeñar ocupaciones por debajo de las que les capacita su formación académica. Este fenómeno recibe el nombre de sobrecualificación, ya que el trabajador posee más cualificación de la que su puesto requiere.

Los mayores índices de sobrecualificación se dan en las Enseñanzas Artísticas, que registran un 90,91 por ciento de contratos de este tipo, así como las Ciencias Sociales y Jurídicas, con una tasa de sobrecualificación del 88,45 por ciento. Asimismo, las Ciencias de la Salud registran los mejores datos al respecto, ya que el 76,38 por ciento de los nuevos contratos son acordes a la formación académica. A pesar de que la calidad del contrato es mejor en Salud, esta rama necesita 160 días de media para formalizar el primer contrato, frente a los 137 de Magisterio. De media, un egresado universitario tarda unos 146 días para conseguir su primer empleo.

EL DETALLE

Las mujeres siguen por detrás de los hombres

Todas las cifras aportadas en estas páginas tienen su análisis en perspectiva de género. La conclusión es que la mujer sigue estando por detrás del hombre en casi todo, pese a que ellas representan el 57,82 por ciento de los egresos. Este dato no evita que ellos tengan una mejor inserción laboral. En concreto, de todos los egresados que se afiliaron a la Seguridad Social durante el año posterior a la graduación, el 45,66 por ciento representa a la mujer, frente al 50,37 del hombre. Esto refleja la dificultad de la mujer para acceder al mercado de trabajo. En lo que a inserción laboral se refiere, la mujer supera al hombre en Magisterio, Humanidades y las Ciencias Experimentales. Además, ellas registran una tasa de paro casi cinco puntos por encima del dato masculino. En concreto, el 16,42 por ciento de las egresadas estaban en paro, un dato que en los hombres supone el 11,68. Igualmente, ellas superan a ellos en la tasa de demanda de empleo: 16,39 por ciento frente al 12,26 respectivamente.