Las aristas de la convivencia entre los peatones y ciclistas

Circular a más velocidad de la permitida y usando auriculares y el teléfono son las infracciones más habituales. Las multas oscilan entre los 100 y 500 euros

06 sep 2017 / 15:30 h - Actualizado: 07 sep 2017 / 08:30 h.
"Movilidad","Bicicleta","Peatones y ciclistas, ¿quién lleva razón?"
  • Ciclistas y peatones cruzan por un paso de cebra en la capital sevillana. Las quejas de un colectivo hacia otro son continuas desde que se instauró el carril bici. / Paco Cazalla
    Ciclistas y peatones cruzan por un paso de cebra en la capital sevillana. Las quejas de un colectivo hacia otro son continuas desde que se instauró el carril bici. / Paco Cazalla
  • Dos ciclistas cruzando por delante del tranvía. / El Correo
    Dos ciclistas cruzando por delante del tranvía. / El Correo
  • Una mujer camina por el carril bici mientras habla por teléfono. / Antonio Acedo
    Una mujer camina por el carril bici mientras habla por teléfono. / Antonio Acedo

Once años después de que se implantara el carril bici en Sevilla, después de muchos años de reivindicaciones por parte del colectivo de ciclistas, la convivencia entre quienes circulan sobre dos ruedas y los peatones continúa presentando muchas aristas y numerosas discusiones a lo largo de cada día.

Desde las dos partes se critica a la contraria. Es decir, los peatones denuncian que los ciclistas circulan por encima de la velocidad permitida, que a menudo es fácil verlos usar el teléfono móvil o que no respetan, por ejemplos, los ceda el paso para peatones que están pintados en el propio carril bici. Por contra, los ciclistas se quejan de que muchos peatones caminan por el carril bici como si fuera una acera convencional y que muchos los cruzan sin mirar a uno o otro lado, generando una situación de peligro que en ocasiones termina en accidente.

«Hay que reconocer que desde unos años atrás los sevillanos han tomado conciencia y de forma instintiva se mira tanto a la derecha o a la izquierda a la hora de cruzar por un carril bici. Exactamente igual que si se fuera a cruzar una calle por la que pasan coches», explica María Dolores Jiménez, una sevillana que aunque no usa bicicleta sí reconoce que le parece un buen vehículo para desplazarse porque no contamino y es bueno para la salud. Empero, lamenta que en muchas ocasiones los ciclistas se creen «los amos del carril» y creen que tienen derecho sobre todas las personas. «Van muy rápidos, a veces incluso van por la calzada a pesar de que hay un carril bici, y es normal que vayan con auriculares y y usando el teléfono móvil».

En ese sentido, la ordenanza municipal que regula el uso de bicicletas es muy clara. Así, en su artículo 36 y basándose en el artículo 18.2 del Reglamento General de Circulación dice textualmente que «no se podrá conducir bicicleta, ni ningún otro vehículo, utilizando cascos o auriculares conectados a aparatos receptores o reproductores de sonido, ni conducir utilizando manualmente el teléfono móvil o cualquier otro dispositivo incompatible con la obligatoria atención permanente a la conducción».

La norma es clara y aunque muchos tengan la percepción de que la Policía Local no pone mucho empeño, fuentes de este cuerpo aseguran que se ponen muchas sanciones a ciclistas. «Sí se sanciona a los ciclistas. Habitualmente son leves y tienen un importe de 100 euros. Las graves son de 200 euros y las muy graves suponen 500 euros de sanción». Entre las graves, precisaron que una de las más habituales es no respetar los semáforos en rojo, lo cual es sancionado con 200 euros de multa, mientras que «las muy graves no se aplica normalmente a los ciclistas».

Buena parte de los conflictos entre ciclistas y peatones aparecen en la calle San Fernando y en la avenida de la Constitución. Aunque la mayoría de los ciudadanos crean lo contrario, en estos dos grandes vía no hay carril bici sino una zona delimitada con tachuelas en el suelo que, según los carteles informativos que hay en sus extremos son «itinerarios ciclistas con prioridad de paso peatonal». Esto quiere decir que «el peatón tiene preferencia sobre el ciclista», explican fuentes de la Policía Local sevillana. A este respecto, el artículo 40 dice: «La circulación en bicicleta por los itinerarios marcados deberá realizarse dentro de las bandas señalizadas, si las hubiere, manteniendo una velocidad moderada por debajo de los 10 km/h aproximadamente y respetando en todo caso la prioridad de los peatones». Y en contra de la creencia general, los ciclistas sí pueden ir por las aceras en caso de que no hubiera carril bici, pero siempre que ésta de más de cinco metros de ancho y tres de ellos estén expeditos. En este caso, deberán circulara por debajo de los diez kilómetros por hora y respetar «en todo momento la prioridad de los peatones».

Otro punto de discordia entre peatones y ciclistas está en el estacionamiento de los vehículos, ya que a veces ocupan parte de la acera. En la ordenanza se precisa que en el caso de que «en un radio de 50 metros» no exista un aparcamiento específico de bicicletas estas podrán ser amarradas a elementos de mobiliario urbano «respetando lo establecido en la ordenanza municipal de medidas para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana en los espacios públicos de Sevilla, y siempre que no obstaculicen el tránsito peatonal no la circulación de vehículos». Y en cualquier caso, matiza la ordenanza, «no podrán estacionarse bicicletas en aceras con anchura total a 1,5 metros».

Desde el Ayuntamiento de Sevilla, por su parte, fuentes oficiales explican que la unidad ciclista de la Policía Local que se dedicará exclusivamente a esta campo está prevista en la nueva relación de puestos de trabajo aprobada el pasado mes de julio y que fue la primera en más de dos décadas. La creación de esta unidad se enmarca en el proyecto de reestructuración del cuerpo policial «para adaptar a las necesidades prioritarias de la ciudad». Concretamente, los policías se encargarán sobre bicicletas de cubrir toda la orografía de la superficie municipal. Así, «los agentes intensificarán las labores propias de la policía de proximidad, potenciando las relaciones con la comunidad y el tejido asociativo y comercial de la comunidad educativa». Entre sus actividades, continuaron las fuentes oficiales, estarán «la vigilancia de espacios públicos, la protección de alumnos y la aplicación de la ordenanza de circulación, con mención especial para controlar que los ciclistas respeten la normativa y la utilización adecuada de los carriles bici. Así mismo, serán los encargados de realizar informes de las deficiencias observadas en estos».

Desde el Ayuntamiento de Sevilla han explicado que de cara a mejorar la convivencia entre peatones y ciclistas se ha implantado señalización de reducción de velocidad en las principales vías peatones y en algunas de ellas se obliga al ciclista a bajar del vehículo durante determinadas horas. Las fuentes oficiales también recordaron que se han realizado campañas de concienciación y sensibilización «con acciones específicas de sanciones en determinadas zonas». Además, «se ha establecido una nueva señalización en los entornos de los centros educativos para la reducción de velocidad así como una nueva señalización en los accesos al casco histórico con prioridad para ciclistas y peatones y reducción de la velocidad a 20 kilómetros por hora.

Patinetes eléctricos

Otro punto que se ha regulado han sido los patinetes eléctricos de dos ruedas, o con su manillar, ya que cada vez proliferan más en las ciudad y tienen normalmente potencia para ir a una velocidad considerable.

Para que estos vehículos puedan circular por los carriles bici deben contar una autorización de la delegación de Movilidad del Ayuntamiento de Sevilla. Y si circularan por una zona peatonal sin carril bici, siempre deberán ir a la velocidad del peatón. A la hora de conceder la autorización y considerarlo un ciclo, el técnico deberá revisar que la potencia del motor sea igual o inferior a 0,25 kw, el ancho no supere los 0,80 metros y el peso en vacío no sea mayor de 120 kilos.