La solidaridad puede ir más allá de la propia vida y las ONG se han dado cuenta desde hace unos años que es una fuente de ingresos para sus causas que siempre ha existido y cuanto más se conoce y promueve, más personas están dispuestas a contribuir. De hecho, 23 asociaciones se unieron hace unos años para promover el llamado Legado solidario que según explican desde una de ellas, Unicef, ha dado muy buenos resultados. Cáritas es la entidad que más hereda pero también son cada vez más los ingresos que reciben por esta vía asociaciones como Médicos sin Frontera o Unicef.
Silvia Llorens es la responsable de Herencias y Legados de Unicef, una ONG que comenzó a promocionar esta posibilidad en España a partir de 2010 al ver que en otros países tenía grandes resultados. Los resultados son evidentes. Sólo en Andalucía, el año pasado, once personas incluyeron a Unicef en su testamento (en 2014 fueron dos). Los ingresos por esta vía en 2016 ascendieron a 60.000 euros de cinco andaluces fallecidos que habían formalizado su legado solidario, en dos casos murieron el año pasado y fue rápido porque legaron dinero en efectivo o productos financieros y en otros tres casos se vendieron bienes de personas fallecidas en años anteriores. Los fallecidos eran de Almería, Granada, Córdoba y Málaga. En el caso de Unicef, Andalucía es la tercera comunidad que más ingresos aporta a la ONG por herencias tras Cataluña y Madrid y las provincias de Almería y Granada los territorios donde más extendida está esta práctica. No obstante, la actual sede de Unicef es Sevilla, en la calle San Isidoro, es un inmueble heredado de un donante que dejó escrito que la entidad no podía venderlo sino que debía ser destinado a su sede.
Sólo el 40 por ciento de las personas que dejan parte de su herencia a Unicef son socios de la entidad previamente y aunque hay un 75 de los testadores que no tienen descendientes, un 25 por ciento sí tiene hijos y decide deja parte a éstos y parte a la ONG, algo que lejos de provocar recelos en las familias «hace que se sientan orgullosos», explica Llorens. Se han dado caso en entidades en las que el testador ha dejado el dinero de una cuenta que al fallecer ya no tenía fondos y los hijos han hecho una donación a la asociación para cumplir la voluntad de su padre. Alrededor de la mitad de los legados son efectivo o acciones y otros productos financieros (el seguro de vida o restos de fondos de pensiones no cobrado). La otra mitad son bienes que van desde pisos y terrenos a joyas y obras de arte. Los primeros son vendidos a través de un despacho jurídico especializado y los segundos subastados en casas oficiales. En muchos casos la vivienda heredada incluye muebles, ropa y objetos que Unicef o bien devuelve a la familia si su valor es más sentimental que material o ceden a otras asociaciones como Cáritas, en el caso de la ropa, o Reto en el caso de los muebles. Cofradías
Las hermandades y cofradías de Sevilla también suelen recibir de forma ocasional alguna herencia. Sí es conocido que la hermandad de la Santa Caridad tiene un buen número de propiedades, urbanas y rústicas, que han sido legadas por sus hermanos. De hecho, siempre tienen una bolsa de pisos en alquiler que no son más que herencias que han recibido. Otra hermandad con mucho tirón en la ciudad, el Gran Poder, recibió hace pocos años una herencia de una señora francesa que legó una importante cantidad de dinero –por encima de los 100.000 euros– a la hermandad. De hecho, tras resolver algunos asuntos burocráticos con la Hacienda gala, el hermano mayor y un oficial de la junta de gobierno tuvieron que viajar a París para cerrar los trámites y recibir la importante partida económica. La hermandad de San Lorenzo también ha recibido como legado una casa en un pueblo y hace ya algunas décadas una vivienda legada sirvió de residencia para el sacerdote en el barrio de San Gonzalo.
En la hermandad del Museo, por su parte, han recibido la herencia de Ramón Pérez de los Santos, veterano hermano y conocido vendedor de cupones del barrio. Éste declaró a la hermandad del Museo como heredera universal y le dejó una vivienda en la collación y un dinero en la cuenta corriente. La hermandad decidió, siendo hermano mayor Javier Sobrino, que para su perpetua memoria se restaurara por completo la sacristía así como sus obras de arte, lo cual ya se ha terminado. Ahora, tras superar la crisis se ha logrado vender la vivienda, por lo que la junta de dotar a la sacristía de su mobiliario así como emplear el sobrante en otro fin que cumpla la voluntad del hermano fallecido.