Los trucos de Movilidad para evitar un accidente

La Policía Local tocó a arrebato a final de año para tratar de evitar unas navidades sin lamentos en la capital hispalense. No se puede evitar todo –en diciembre y enero, de hecho, se han producido dos fallecimientos de motoristas por salidas de vía y chocarse contra un árbol en Avenida de María Luisa y Recadero–, pero su sola presencia a través de controles y vigilancia orienta a los conductores hacia las buenas prácticas. Se vio en Nochevieja, que se libró de accidentes con heridos y, además, solo se registraron cinco positivos de 236 pruebas de alcoholemia.

No es fruto de una noche. La Policía Local maneja unos datos de finales de noviembre en el que se constata un aumento del 50 por ciento de las pruebas de alcohol al volante y un descenso de más del 30 por ciento en los positivos. A su vez, los accidentes con heridos en el casco urbano se ha reducido en un 33,08 por ciento. Y eso se traduce en las víctimas: un 57,1 por ciento menos de fallecidos en accidentes de tráfico, un 17,5 por ciento menos de heridos graves y un 56 por ciento menos de leves.

Las buenas cifras no son imputables en exclusiva a la labor policial. También aporta su granito de arena la Delegación de Movilidad que, desde su centro de La Ranilla, se estruja los sesos para articular mil y un trucos que rebajen la siniestralidad vial. Algunos imperceptibles como sustituir las lámparas tradicionales por led, que «no solo gastan menos, sino que no se funden por completo, sino que, en todo caso, se daña un puntito led y, por tanto, el semáforo sigue en servicio sin problemas», detalla el director de Movilidad del Consistorio de Sevilla, José Santiago Lorenzo.

Movilidad tiene una estrategia de seguridad que atiende a cada tipo de vehículos, incluso para bicicletas y motos. La primera acción ha sido la supresión de giros a la izquierda peligrosos, que se inició a raíz del siniestro en el que murieron dos jóvenes motoristas en el cruce entre Luis Montoto y la avenida de la Cruz del Campo. A la mayoría de esos cruces se les ha eliminado la opción del ámbar intermitente, porque generaba «accidentes por indecisión o distracción». Se reduce al juego de rojo y verde.

También se ha retirado el ámbar, al menos tres o cuatro segundos, en los giros a la derecha. Tiempo suficiente para que el coche para y evitar posibles atropellos a peatones y ciclistas. Pese a ello, no son los únicos con restricciones. Movilidad está modificando los carriles bici antes de cruces de vía. Antes de entrar, los ciclistas se topan con una doble curva «para que se vean obligados a reducir la velocidad antes de llegar a estos pasos».

Así se intenta no dejar nada al azar. Los pasos de peatones, por ejemplo, usan una pintura con un componente que reduce los deslizamientos –pensando en las motos– y, además, los pasos regulados por semáforos se trata de suplir las líneas blancas por «el formato a dados», con menos pintura en el asfalto. En el trabajo de repintado también hay una labor preventiva: un inventario de marcas viales que se revisarán de manera trimestral y cuyo diagnóstico se incluirá en un software para saber en qué momento hay que volver a pintar, si el componente utilizado hasta ahora era bueno o malo o el tipo de vía –si es adoquín, hormigón,...–.

También está concebido para la seguridad de los motoristas el espacio reservado Solo motos. «La moto cuando arranca es inestable y se le da una posición estratégica, pero también dejar este espacio facilita que el conductor del coche pueda ver el semáforo sin que se lo tape a la derecha un autobús o un cambio de reparto», explica.

Carriles conflictivos

Movilidad también tiene un catálogo detrás de carriles conflictivos. Está el que llaman carril fantasma de Torneo, a la altura de la gasolinera, con una reducción que desde hace un año se ha hecho más visible con marcas en el suelo y un ceda el paso que marca la prioridad. «No se ha producido un solo accidente grave desde entonces», remarca. Otro lunar subsanado es en el cruce de Montes Sierra (Sevilla Este) con la SE-30, con carriles de giro a la izquierda que han provocado más de un tapón. Y simplemente ha sido con una mejor señalización de los carriles de espera para giro y una «leve curva» que redirecciona a los que circulan de frente en dirección al centro comercial Los Arcos.

Junto a ello, se trabaja con la velocidad, donde entra el concepto de onda verde. Este método consiste en premiar con varios semáforos en verde a los que circulen por debajo del límite de 50 kilómetros por hora de la vía, algo que se aplica en Kansas City y avenida de la Paz. «Es cuestión de que los conductores se acostumbren», indica Lorenzo. Otra medida para reducir la velocidad es la zona 30 en el Casco Antiguo, bajo la premisa de que a menos velocidad menos grave es el accidente. Movilidad piensa en la bici como aliada. La zona 30 permite al ciclista circular por el centro –la estrechez de las calles impide adelantamientos reglamentarios–. Eso supone un freno para los turismos.

Pero, la medida más efectiva para reducir la siniestralidad, según Movilidad, es la labor que ejecuta el parque infantil de Tráfico de la avenida de la Borbolla. «No hay nada más convincente que un hijo diciéndole a su padre que lo está haciendo mal al volante», indica Lorenzo.