(Mal)viviendo entre ratas

La proliferación de roedores se ha convertido en un problema para los sevillanos. En Ciudad Jardín una vecina se ha visto obligada a tirar los muebles donde habían anidado

09 ago 2017 / 20:56 h - Actualizado: 09 ago 2017 / 21:39 h.
"Barrios","La plaga de ratas va a más"
  • La presencia de ratas se ha convertido en una constante en la ciudad. En la calle Avión Cuatro Vientos (izquierda) y en Ciudad Jardín (derecha) los vecinos han tirado de ingenio para hacerles frente. / Pepo Herrera / J.A.F.
    La presencia de ratas se ha convertido en una constante en la ciudad. En la calle Avión Cuatro Vientos (izquierda) y en Ciudad Jardín (derecha) los vecinos han tirado de ingenio para hacerles frente. / Pepo Herrera / J.A.F.
  • Hace unas semanas se dio caza a un roedor en la Plaza Nueva, junto a la fachada del Ayuntamiento. / El Correo.
    Hace unas semanas se dio caza a un roedor en la Plaza Nueva, junto a la fachada del Ayuntamiento. / El Correo.
  • Los vecinos de la calle San Vicente, en el Casco Antiguo, denunciaron la presencia de ratas en julio. / El Correo
    Los vecinos de la calle San Vicente, en el Casco Antiguo, denunciaron la presencia de ratas en julio. / El Correo
  • (Mal)viviendo entre ratas

El déficit de limpieza que denuncian en muchos barrios y las decenas de árboles sin podar, cuyas ramas invaden las terrazas y viviendas, han acabado generando un efecto llamada para la proliferación de ratas en buena parte de las calles de la ciudad. Un escenario insalubre, convertido en algo habitual cada año con la llegada del verano, y que ha acabado por cronificarse en estas últimas semanas. Una situación que ha llevado a los vecinos afectados a agudizar el ingenio para hacer frente a una plaga con la que aseguran que «es muy complicado vivir».

Distritos como Macarena, Nervión o Triana, espacios públicos como la Plaza Nueva, frecuentado a diario por decenas de turistas, parques como el de la torre de los Perdigones o calles céntricas como San Vicente son tan solo algunos de los ejemplos en los que estos roedores llevan semanas campando a sus anchas. Frente a esta problemática, algunos de los vecinos afectados han acabado por alertar de la inoperancia y falta de actuación por parte del gobierno municipal, lo que ha provocado que muchos de ellos tengan que improvisar diferentes soluciones caseras para hacer frente a la situación que denuncian.

Uno de los casos más críticos es el de Emi Doñora, una vecina de la calle Avión Cuatro Vientos, en el barrio del Plantinar, que lleva desde el pasado mes de julio conviviendo con las roedores. «Tengo una terraza que ha sido invadida por las ramas de los árboles, que no solo me han rajado el toldo sino que encima la usan las ratas para meterse en mi casa». Una tesitura que la obligó a colocar una especie de mosquitera en la puerta que une la terraza con su habitación para poder abrirla por las noches y refrescar su dormitorio. «Soy asmática y no puedo dormir con el aire acondicionado encendido ni tampoco cerrar las ventas porque no se puede soportar el calor. ¿Qué hago entonces?», explica. De momento, además de colocar esta malla, ha optado por trasladarse a una casa de su propiedad en la sierra de Huelva, un exilio obligado que tampoco puede prolongar en exceso por una dolencia de su marido.

Emi achaca esta plaga a los árboles que invaden su casa y con los que lleva meses lidiando. «Llevo desde marzo advirtiéndolo en Parques y Jardines y nadie me ha hecho caso. Solo pedía que cortaran la rama». Mientras lo recuerda, no puede evitar emocionarse y soltar alguna lágrima de impotencia. «No me recibían y por aquí no se pasaba nadie». Tal fue la pasividad que acabó recurriendo al personal de mantenimiento de los jardines de su barriada para que subieran a su terraza a cortar las ramas. «Este señor avisó al Ayuntamiento y le dijeron que cortara la rama, pero claro hizo lo que pudo y está volviendo a crecer», señala.

Ahora su temor es que las ratas vuelvan a aparecer en su vivienda. «Me da miedo salir a la terraza. Hasta he tenido que retirar las macetas de la pared porque cada vez que las regaba con la manguera temía que me volviera a salir alguna. Así no se puede vivir». Por ello pide al Ayuntamiento que actúe y solucione esta problemática, ya que «es la primera vez» que ve roedores merodeando por su vivienda. Algo que ha acabado por afectar también a los vecinos de su bloque.

Pero su caso no es el único que se ha venido denunciado estos días. Los vecinos de Ciudad Jardín, en el distrito Nervión, han tenido que tirar de ingenio para hacer frente a la plaga de ratas que les ha afectado en las últimas semanas. Para evitar que los roedores sigan saliendo por sus alcantarillas de forma habitual han colocado sobre ellas una especie de planchas de madera que las taponan, con piedras que las fijan con fuerza al asfalto. Un método casero pero que, por el momento y hasta que las autoridades municipales les den una solución definitiva, les está resultando efectivo.

Reyes Mora es una de estas vecinas de Ciudad Jardín que ha denunciado la presencia de los roedores. «Estaba con mi marido, era de noche y teníamos la puerta del patio abierta. Escuché como un ruido, un chispazo, y cuando fui a desenchufar el móvil se cayó el ratón», recuerda. No ha sido ésta su única experiencia pues «a la noche siguiente volvió a aparecer el ratón». Una situación que incluso le ha llevado a ver a los roedores, que «aquí son grandes como gatos», por las calles y a plena luz del día, y que afecta también a otros vecinos de este barrio.

Así llevan «por lo menos 20 días» y esperan que pronto se les pueda dar una solución. En su caso y, especialmente, en el de la familia de la casa contigua a su vivienda. «Tiene dos niños pequeños, de tres y seis años, y ha tenido que tirar todos los muebles del salón porque le han anidado las ratas». Según cuenta, a dos de ellas le ha podido dar caza, «llamando a su padre porque a ella le dan pánico», y está a la espera de que los técnicos le desraticen su hogar. «Ahora no se atreve a comprar muebles nuevos hasta que no le aseguran que ya no hay ratas. Tiene a sus dos hijos pequeños sentados en un puf y los adultos se tienen que sentar en sillas».

Una situación que el grupo municipal del PP lleva semanas denunciando sin que desde el gobierno de Espadas se reconozca la problemática. El pasado fin de semana, la concejal Evelia Rincón también alertaba de esta «proliferación de ratas» en otro barrios como Pío XII, Pino Montano, El Tardón o los parques de Miraflores y Los Príncipes. Un escenario que achacaba al hecho de que «Lipasam ha reducido los servicios de limpieza, de baldeo y de recogida de muebles» y a que «los contenedores soterrados están estropeados». Motivos por los que pedía al alcalde que tomara «medidas urgentes» ante esta «insalubridad en los barrios».

En este sentido, durante el pasado mes de julio, los populares ya denunciaron la intención del Consistorio de «externalizar los servicios del Zoosanitario, en vez de emplear los recursos y optimizarlos». De hecho avisaban de que «desde el mes de diciembre hay cientos de avisos por desratización sin atender, colegios y parques sin desratizar y desinsectar, ni personal suficiente ni se cumple con las medidas de seguridad y prevención de riesgos laborales». Además advertían del peligro de que solo hubiera «un equipo operativo durante los meses de verano».

Refuerzo para el verano

Coincidiendo con este aumento de denuncias, el gobierno local anunciaba este miércoles la licitación de un contrato «puntual» en el Zoosanitario para el refuerzo del control de plagas, dotado con 17.000 euros y de un mes de duración. «Un servicio para el verano debido a la imposibilidad de realizar nuevas contrataciones de momento, una vez exploradas las diferentes», indicó el delegado de Bienestar Social, Juan Manuel Flores.

Con ello, el Ayuntamiento confía en reducir «el tiempo de espera» en las actuaciones de desratización, desinsectación y desinfección (DDD), «siguiendo los principios de eficacia y buen servicio que debe regir la administración para garantizar un servicio de interés general tan importante como es el control de los vectores de incidencia sanitaria en un entorno urbano».

Desde el Consistorio también destacaron que en los últimos dos años el Zoosanitario ha incrementado en un 36 por ciento su presupuesto. Según indicaron, en 2014 el importe destinado a estos servicios era de 609.233 euros, una cantidad que en el año 2016 subió hasta los 829.759 euros. Esto permitió que el número de actuaciones pasara de los 5.855 casos a los 7.158.