«No estamos en contra de perder privacidad si nos dan algo a cambio»

Directivo en Capgemini, empresa de servicios de consultoría, tecnología y outsourcing con unos ingresos anuales de 12.800 millones de euros, Diego García tiene claro que la inteligencia artificial es, más que ninguna otra cosa, una enorme oportunidad

19 jun 2018 / 00:01 h - Actualizado: 19 jun 2018 / 08:25 h.
"Temas de portada","Vivir con la inteligencia artificial"
  • Diego García, directivo de la empresa Capgemini. / El Correo
    Diego García, directivo de la empresa Capgemini. / El Correo

{La inteligencia artificial tiene todo lo bueno y todo lo malo de las grandes oportunidades. Los expertos en el asunto no pueden ocultar su entusiasmo ante las posibilidades que se abren. Desde Capgemini, su directivo Diego García describe el panorama actual y deja claro, con otras palabras, que es absurdo valorar la ética de la tecnología: si acaso, lo que hay que valorar es la ética de quien la usa.

—La inteligencia artificial ha llegado sin hacer ruido.

—Lleva bastante tiempo con nosotros prestándonos servicios personalizados y no nos damos cuenta. Esto se comprende mejor con ejemplos, como el reconocimiento de imágenes: tú vas a un parking y el lector de matrículas te reconoce la matrícula y te abre la barrera. Si tienes Facebook, si tienes Google, ya están aplicando desde hace tiempo algoritmos de reconocimiento de imágenes, siendo capaces de identificar qué personas están en tu foto o incluso de agruparte las fotos de una misma persona en tu dispositivo. Ejemplos un poquito más complejos: sistemas de vídeo que hay en los aeropuertos. De hecho, hace poco he leído una noticia en la que una aerolínea ha utilizado sistemas de reconocimiento facial para el embarque, consiguiendo embarcar a unas 350 personas en veinte minutos. Y si ya nos vamos a ejemplos mucho más complejos de cosas que ya existen, pues se están utilizando algoritmos de detección de enfermedades, tratamiento de cánceres, y a través del genoma incluso para identificar el tratamiento personalizado más indicado para el paciente. Si hablamos de cómo nos afecta a nuestra vida diaria, bueno, todos tenemos Siri, todos tenemos Cortana, incluso Alexa, que nos ayudan con nuestro propio dispositivo a pedir una pizza, enviar una transferencia o incluso llamar a tal persona. Eso ya está ocurriendo y no nos damos cuenta. Incluso voy a otros ejemplos un poco más mundanos: te llama tu agente del banco para ofrecerte no sé qué producto; lo que hay por detrás de ahí son algoritmos que lo que hacen es que a través de los datos que tienen del cliente, identifican cuál es el producto que mejor se adapta a sus necesidades y te llaman para ofrecértelo. Esto ya lleva tiempo ocurriendo.

—¿Hasta dónde es razonable perder la privacidad por esto?

—Los usuarios como tales no estamos en contra de perder cierta privacidad. Siempre que nos den algo a cambio. Nosotros utilizamos WhatsApp, que es algo gratuito; lo hacemos día a día y está superpopularizado, a cambio de que tengan información nuestra. Hay detractores, es verdad que hay gente que dice que pierde privacidad, pero creo que el problema no radica ahí, sino en cómo las compañías utilizan estos datos. Sinceramente, la inteligencia artificial y las demás tecnologías al final de por sí no son buenas ni malas, depende un poco del uso que las personas hagan de ellas. Hay ejemplos donde estas tecnologías se ponen al servicio de los usuarios. Siempre hay dos caras de una misma moneda. De hecho, ya han salido compañías a las que les preocupa la utilización de estas tecnologías en hechos ilícitos e incluso inmorales. Google acaba de publicar sus siete principios éticos. En mi opinión, las compañías obviamente tienen parte en esto, pero tiene que haber un marco revocatorio. Al final, tiene que haber alguien que defina cuál es el camino y qué no se puede hacer.

—¿Es sincera esta preocupación ética de las empresas?

—No sé es si es una estrategia de marketing o es algo intrínseco. Parece que igual es algo que llevan en el ADN. Los siete principios de Google por lo que abogan es por un mundo un poco más justo, respetar los derechos de los usuarios, y creo que las empresas van a ir por ahí, siendo ellas las impulsoras de estos decálogos o a través de un marco revocatorio.

—¿Cuál será, al final, el trueque?

—Principalmente, creo que la inteligencia artificial nos va a librar de todas esas tareas repetitivas, monótonas o incluso rutinarias que ahora mismo estamos cansados de hacer o preferimos que hagan por nosotros. A cambio, nos va a dar tiempo para que podamos emplearlo en tareas de mayor valor que estas de las que hablábamos. Te pongo un ejemplo para hacerlo tangible: los asistentes virtuales o conversacionales nos van a ayudar con tareas tan sencillas como hacer la compra, buscar nuestro destino de vacaciones y ese tipo de tareas que nos hacen la vida más sencilla. Es verdad que por aquí detrás se abre un debate de que la inteligencia artificial nos va a quitar trabajo. A ver: pueden tener razón, es verdad que tareas que tradicionalmente hacen humanos las hará una máquina, pero eso ha pasado a lo largo de toda nuestra historia. Al final lo que hemos ido redirigiendo es a las personas para que hagan tareas de más valor. Hace cien años, arábamos con bueyes y ahora lo hacen máquinas, y eso no quiere decir que hayamos perdido puestos de trabajo sino que hemos redirigido a estas personas a otro tipo de trabajos o de puestos de valor.

—Y ahora, ¿qué hacemos?

—Si yo tuviera que orientar a mi hijo en cómo actualizarse o formarse en este tipo de tecnologías, yo lo orientaría a dos grandes áreas: un área es el big data y otro es la inteligencia artificial. Al final, la inteligencia artificial no deja de ser técnicas y algoritmos que se basan en el trabajo con datos, el análisis de nuestros datos. Yo orientaría a la gente a ahondar en su formación en ese tipo de áreas y sobre todo que vean esto como una oportunidad de mejorar más que como un riesgo de perder su trabajo.

—Desde Capgemini, qué datos tenéis acerca de cómo se está implantando en España la inteligencia artificial? ¿Hay algún sector que esté haciendo especialmente bien los deberes?

—Yo creo que en todos los sectores tenemos casos de éxito, de que se está haciendo bien. Te puedo hablar del sector seguros, por ejemplo. Están avanzando mucho en datos para mejorar la vida de las personas. Te pongo un ejemplo: el coche autónomo y la monitorización del comportamiento de las personas. Ahora mismo ya hay compañías de seguros que están monitorizando cómo conduce la gente, obviamente con su permiso, por supuesto, para adaptar la prima del seguro al comportamiento y al modo de conducción de las personas. Otros ejemplos: yo creo que el área de gran consumo es un sector donde más se está avanzando y mejor se están haciendo las cosas, nos conocen como usuarios, nos conocen como consumidores, y van a ir adaptando la oferta o el servicio a los usuarios. Pero en general, yo creo que todos los sectores, incluso la industria de defensa, que lleva mucho tiempo utilizando ese tipo de algoritmos y de inteligencia artificial (bueno, esto también abre un debate un poco ético y moral) llevan mucho tiempo desarrollando este tipo de tecnologías. Yo diría que todos los sectores están haciendo sus pinitos.