Por los que se quedan en Triana

Rocío. La filial más antigua de la capital hispalense protagonizó una bulliciosa despedida de la urbe tras iniciar por segundo año su camino desde la Catedral trianera

16 may 2018 / 15:58 h - Actualizado: 16 may 2018 / 22:19 h.
"Rocío","El Rocío 2018"
  • El Simpecado de Triana con unas calles abarrotadas en su partida hacia el barrio. / Manuel Gómez
    El Simpecado de Triana con unas calles abarrotadas en su partida hacia el barrio. / Manuel Gómez

Y tras una interminable letanía de vítores a la Blanca Paloma, al Pastorcito Divino, al Cristo de la Expiración, a la Virgen del Patrocinio y a la hermandad del Cachorro, el hermano mayor de la más antigua de las filiales rocieras de la capital se puso de pie sobre los estribos de su montura para, con el pecho henchido de emoción, empuñando en la diestra la vara dorada, gritar con fuerza a los cuatro vientos dos vivas consecutivos, dos, «por los rocieros que os quedáis en Triana». A esa hora –poco después de las once de la mañana– la carreta de plata de Armenta cubría a los pies del Dios del Zurraque su última parada urbana antes de despedirse de la ciudad y enfilar la A-49 camino de la empinada Cuesta del Caracol y de esa extensión aljarafeña del arrabal que es Castilleja de la Cuesta. Son 5.000 almas las que acompañan en esta 205 romería al restaurado Simpecado de Triana hasta la aldea almonteña, pero también se cuentan por centenares los rocieros que cada año –por cuestiones de salud, por impedimentos laborales, por la más dura de las promesas o por otras razones que sólo la vida entiende– deben quedarse en tierra y se contentan con despedir a la comitiva romera desde las aceras del camino. A todos los que este año no pisarán las rubias arenas de las marismas quiso la hermandad tenerlos muy presentes celebrando, por segundo año consecutivo, la misa de romeros en la parroquia de Santa Ana. «Se trataba de buscar un templo con capacidad suficiente como para que la gente que se queda en el barrio y no puede venir al Rocío pueda disfrutar al menos de la misa de romeros», explicaba José Román en el año de su despedida como hermano mayor de Triana.

Pero antes de que Mimoso y Pataleto, la pareja de toros de raza retinta de la ganadería de Ignacio Sánchez Ibargüen, pegara el primer arreón de la carreta del Simpecado para enfilar la calle Vázquez de Leca, la mañana del miércoles en Triana había tenido un prólogo de lo más hermoso. Pasadas las siete y media de la mañana, el Simpecado «verde musgo» con la Virgen Chiquita era trasladado a mano en rosario de la aurora desde su capilla de la calle Evangelista hasta la Catedral trianera entre los rezos de los devotos. Un traslado que, por mor de las obras de acondicionamiento que se realizan en el barrio, deparó imágenes inéditas de gran belleza y hondo intimismo, como la del Simpecado discurriendo por el angosto callejón de la calle Cisne, cuya anchura se había medido previamente para evitar sorpresas. «Creo que es la primera vez que por esta calle pasa una imagen», bisbiseaba el prioste, Ignacio Sabater, en medio de la devota comitiva.

Con una iglesia de Señá Santa Ana abarrotada de batas rocieras, flores en pelo y varas de peregrinos, el director espiritual de la hermandad, Manuel Sánchez Sánchez, invitó a los peregrinos a vivir un «camino lleno de alegría, no de chabacanería» y a la vez «generoso», en el que todos sean «responsables, todos servidores, todos atentos al otro, porque el otro es mi hermano aunque no sepa su nombre». Para agradecer la «hospitalidad» de la parroquia de Santa Ana, la hermandad de Triana dedicó la colecta de su misa deromeros a sufragar el nuevo mecanismo de una de las campanas de la torre de la iglesia. «La campana ya tiene nombre, pero el nuevo mecanismo sí se podrá denominar Rocío de Triana», advertía desde el altar un hermano vestido de corto.

Mientras en las naves de la Catedral trianera se repartía la comunión, en la puerta del templo unas azafatas vestidas de farales y con rebeca obsequiaban a los otros feligreses que aguardaban a las puertas del bar Santa Ana con catavinos de Canasta para endulzar el paladar.

Luego, finalizada la eucaristía, llegarían los emocionados vítores del prioste Ignacio Sabater desde lo alto de la carreta, una vez hubo completado el siempre laborioso proceso de entronización del Simpecado. No faltaron vivas a la parroquia de Santa y a la Abuela de Dios.

Hermoseada con rosas, tulipanes, clavellinas y hortensias en tonos coral y marfil, la carreta de plata de Armenta iniciaba desde la plazuela de Santa Ana, poco después de las nueve de la mañana, un apoteósico recorrido a través de esa imaginaria línea recta que conecta la calle Pureza con la antigua capilla del Patrocinio, un itinerario de poco más de dos horas de duración con paradas ante la capilla de los Marineros –donde la banda amateur que acompañaba al Simpecado atacó los sones de Esperanza de Triana Coronada–, la parroquia de la O y la Basílica del Cachorro.

En el respiradero delantero de la carreta, a los pies de la miniatura de la Virgen de los Reyes que figura en la entrecalle de los candelabros, un lazo negro anudado a dos espigas de trigo recuerda el reciente fallecimiento del que fuera hermano mayor de Triana Julio Aguado Sainz de la Maza. «Él siempre regalaba los racimos de espigas que lleva la carreta». También su medalla de hermano va prendida al fajín que se anuda al asta del Simpecado.

Ya suman 42 los Rocíos que los toros de la ganadería de Ignacio Sánchez Ibargüen llevan la carreta de plata de Triana ante la Patrona de Almonte, un motivo de orgullo para este hermano mayor honorario que a sus 85 años nunca falta a esta cita.

Entre continuos vivas a la Virgen del Rocío, rodeada de una multitud alegre y festiva que no cesa de bailar ante los bueyes de la carreta, el barrio de Triana despide a la hermandad que nació en la Cava. El brillo de la plata de Armenta aún no ha sido atenuado por la fina capa de polvo de los caminos, pero sobre los lomos de los toros que guían el caminar de la Virgen Chiquita ya descansa la huella multicolor de las continuas petaladas que despiden a la comitiva romera.. ~