El final del bloqueo institucional amenaza con convertirse para Mariano Rajoy en el principio del bloqueo parlamentario. El candidato del PP obtuvo ayer el apoyo suficiente para ser investido presidente del Gobierno después de 315 días de liderar un Ejecutivo en funciones. La abstención anunciada por el PSOE cedió el paso al líder popular en una sesión que preludió las trincheras y zanjas con las que se va a encontrar cada vez que trate de obtener el apoyo del Congreso a alguna de sus propuestas.
Obtuvo 170 votos a favor (PP, C’s, Coalición Canarias, Foro y UPN), 68 abstenciones socialistas (15 diputados rompieron la disciplina de voto y se mantuvieron en el no) y 111 votos en contra: 67 de Unidos Podemos, 9 de ERC, 5 de PNV, 15 del grupo mixto y otros 15 del grupo socialista. El Rey Felipe VI firmará hoy el decreto de nombramiento, justo el día en el que expiraba el plazo legal antes de convocar nuevas elecciones. No hay confirmación oficial de cuándo será la jura de Rajoy ante el monarca, pero fuentes del Gobierno apuntaron a que ese trámite se cumplirá mañana. El próximo jueves anunciará la composición de su nuevo Ejecutivo.
La sesión estuvo protagonizada por las insistentes solicitudes de Mariano Rajoy para que le dejen gobernar con algo de margen y los reproches de los partidos de izquierda al PSOE por su decisión de facilitar a la derecha su vuelta al poder. «Espero que puedan facilitar el trabajo y no dejen a este Gobierno en el desamparo. Hemos sobrevivido a 300 días de gobierno en funciones, pero no podríamos sobrevivir a un gobierno que no gobierne porque le faltaran apoyos o le sobraran obstáculos», pidió el nuevo presidente antes de la votación. Rajoy consideró contradictorio las peticiones de que España necesita un gobierno y luego no facilitar su trabajo. El dirigente del PP se mostró dispuesto al diálogo, aunque advirtió que no va a estar dispuesto a desmantelar los puntales de su programa reformista de la pasada legislatura. Sólo Ciudadanos recogió el guante del mensaje del presidente, Albert Rivera, líder de C’s, partido con el que el PP firmó su acuerdo de investidura le dio un poco de oxígeno: «No tenga miedo. Si cumple con las exigencias de Ciudadanos va a salir bien», le dijo.
De los dos grandes partidos de la oposición no obtuvo la misma bondad. Antonio Hernando, portavoz del PSOE, fue el encargado de justificar «por responsabilidad» la abstención de la mayor parte de su grupo parlamentario para a partir de entonces curtir el trabajo en la oposición que llevarán a cabo los socialistas: «Señor Rajoy, sabe que ni usted, ni su proyecto cuentan con nuestra confianza. No es el presidente que España merece, pero muchos menos unas terceras elecciones». Pablo Iglesias, líder de Podemos, calificó el periodo que se abre como «el epílogo del PP» y auguró la pronta victoria electoral de su formación. «Hay una España que no tiene miedo pero que sufre por el paro, la precariedad laboral, los desahucios o tener que emigrar». El dirigente de la formación morada no hizo mención alguna en su intervención a la abstención del PSOE. Los mensajes de Gabriel Rufián (ERC) sí fueron muy duras contra la decisión socialista: «¿No les da vergüenza doblegarse a los designios de una cacique que gobierna la Comunidad Autónoma con una de las tasas de paro y fracaso escolar más altas?», dijo en alusión a la presidenta andaluza Susana Díaz. El portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, reprochó en las redes sociales las palabras del político catalán. El propio Antonio Hernando pidió a Rufíán que rectificara, cosa que no se produjo. La intervención del portavoz socialista fue aplaudida por PP y C’s. Por su parte, el portavoz de Bildu, Óscar Matute, hizo referencia de nuevo a la «cal viva» y a los GAL.
Ruptura en el PSOE
Ya en la votación, 15 diputados socialistas rompieron la disciplina de voto y mantuvieron su no a la investidura de Mariano Rajoy. Los siete diputados del PSC, dos de Baleares, uno de Castilla-León, Aragón, Galicia, Odón Elorza de los socialistas vascos y las independientes Margarita Robles y Zaida Cantera desobedecieron el mandato de la gestora. Ninguno de estos tiene cargo orgánico, a excepción de María Luz Martínez Seijo que es la secretaria de Acción Política y Ciudadanía del PSOE de Castilla y León. «Ha sido durísimo y muy desgarrador, pero tenía que dar respuesta a lo que me pedía la gente, al mandato de la Comisión Ejecutiva Autonómica y a las asambleas de Palencia, que unánimemente optaron por el no», aseguró. Adriana Lastra y María González, cercanas a Pedro Sánchez, votaron abstención «por imperativo». Mientras, Margarita Robles reiteró su compromiso con el no «sean cuáles sean las consecuencias. Mi compromiso con los que me votaron es lo más importante para mí». «Me siento muy bien en cuanto al voto y muy mal por como se han producido las circunstancias», reconoció la también independiente Zaida Cantera.
Desde la gestora que dirige el PSOE se informó de que después de la decisión del PSC se hace «absolutamente indispensable» revisar las relaciones entre los dos partidos, según admitió el portavoz de la gestora Mario Jiménez. Ni sobre los siete parlamentarios del PSC ni sobre los dos independientes tiene jurisdicción el partido para imponer sanciones, por lo que sólo serían seis los diputados del PSOE sobre los que podría tomar medidas la formación.