«Saber de ciencia también es cultura general»

Desde el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), el sevillano Eteban Veiga trabaja en immunobiología y microbiología para combatir el cáncer

20 ene 2018 / 21:57 h - Actualizado: 20 ene 2018 / 22:18 h.
"Entrevista","Sevilla también es ciencia"
  • Esteban Veiga, en primer término, con su equipo. / CNB
    Esteban Veiga, en primer término, con su equipo. / CNB

Onubense de 1974, Esteban Veiga estudió Biología en Sevilla. Ingresó en el CSIC en 1997 para hacer su tesis, y desde hace ocho años tiene plaza como investigador en el Centro Nacional de Biotecnología, desde donde combate el cáncer.

—De niño, ¿sabía ya que se dedicaría a esto?

—Nunca. Solo en la carrera empecé a enfocarme hacia la Biología Molecular.

—Investigar en España, ¿sigue siendo llorar?

—Más que nunca. Tenemos problemas muy serios de financiación, y este año es el que menos dinero hay en ciencia desde la crisis.

—¿Cómo se manifiesta esa carencia en el día a día?

—La ciencia es una competición en la que lo importante es publicar primero, y para eso hacen falta medios. En comparación con los alemanes, los franceses o los americanos, tenemos menos personal, y peor pagado.

—¿Es por eso por lo que se marchan tantos investigadores al extranjero?

—El problema, más que los que se van, es que quienes quieren volver no pueden hacerlo. Si eres bueno en lo tuyo, lo que te pagan en España es ridículo en comparación con lo que te pueden ofrecer en Inglaterra, o en Alemania. No conozco a nadie que se quede en España por motivos profesionales. Si lo hacen, es por la familia o cualquier otra cuestión personal.

—No siempre es fácil convencer a la gente de a pie de la conveniencia de invertir en investigación. ¿Cómo lo haría usted?

—Es difícil, pero creo que me limitaría a mostrar un gráfico en el que se vea que los países con mayor renta per cápita son los que más invierten en ciencia. Es decir, si no queremos ser eternamente pobres, hay que invertir en investigación. Un ejemplo: si hubiera más investigación médica en España, no habría que pagar precios desorbitados como los 50.000 euros que cuesta un tratamiento contra la hepatitis C. Es de locos.

—¿Puede poner otros ejemplos?

—Claro, mira el láser: ahora se usa para todo, desde aplicaciones en medicina hasta para escuchar música en tu casa, pasando por la investigación espacial. Y es algo que surgió de dos tipos que simplemente querían estudiar el efecto de luz como onda.

—En todos estos años, ¿se ha encontrado con algún político al que poder explicarle esta situación?

—En mi vida. Tengo la impresión de que en general los políticos son super mediocres, no tienen formación. Y son un reflejo de una sociedad muy poco interesada por la ciencia.

—¿La iniciativa privada les ayuda?

—En España prácticamente no hay iniciativa privada. Está la Fundación LaCaixa, pero hace falta mucho más. La gente que tiene dinero tampoco cree que sea necesario invertir. Así tardaremos mucho en desarrollarnos.

—¿Aunque la investigación también tenga su retorno?

—Me parece un error pensar en el retorno del dinero más que en el conocimiento, pero si nos ponemos neoliberales creo que por cada euro invertido hay, en efecto, un retorno de seis.

—¿Y la educación, cómo va?

—Hay mucho desconocimiento. La gente no entiende que saber de ciencia es también cultura general. La mayoría no distingue un virus de una bacteria

—¿Qué estímulo tiene para seguir?

—Mi trabajo me encanta. Alguna vez he pensado en tirar la toalla, pero mi equipo está razonablemente bien. Lo más desesperante es la parte burocrática. A veces me planteo no ir a congresos, porque es alucinante todo lo que hay que rellenar.

—¿Un sueño?

—Que nuestro proyecto funcione. Sería maravilloso encontrar algo que pueda ayudar a la gente.