Sevilla está lejos de Babel

Demografía. Siete de cada diez personas que abandonaron la capital en el último lustro eran extranjeros. La comunidad magrebí sigue liderando frente al empuje chino

Iñaki Alonso @alonsopons /
18 ene 2018 / 23:58 h - Actualizado: 19 ene 2018 / 08:28 h.
"Demografía","Sevilla se queda sin inmigrantes"
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Sevilla no solo certifica su caída en picado en el padrón, sino que encuentra unos síntomas más que evidentes de su enfermedad demográfica. Ya no se trata de una cuestión exclusiva de esa ecuación natural de nacimientos frente a defunciones, que hace una década espoleó a la capital por encima de los 700.000 habitantes. Ni siquiera esa manida fuga de cerebros que se ha esgrimido en la cresta de la crisis y que, en los últimos tiempos, se ha amortiguado. La nueva regla, que añade más picante a la sangría demográfica de la ciudad, es la de la cuota foránea. Los extranjeros nunca representaron un peso escandaloso en la población empadronada de Sevilla –la flotante, la no inscrita en el padrón, que es difícilmente calculable– como sí afecta en Madrid o Barcelona, pero ha descendido de manera notable hasta situarse, según el padrón continuo publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a fecha de 1 de enero de 2017, en 30.343 habitantes. La caída del último año ha sido del 1,34 por ciento, pero en el último lustro fue de un 22,8 por ciento. Es decir, de 2012 a 2017 perdieron 9.008 empadronados de nacionalidad extranjera, en un periodo en el que la capital hispalense se dejó por el camino casi 13.000 sevillanos. Y eso ofrece un dato demoledor de pura aritmética: siete de cada diez habitantes que perdió Sevilla eran inmigrantes que decidieron echar raíces en otra ciudad.

La capital así encuentra la justificación a su pérdida de población. Pero, ¿de dónde? Hay comunidades que en los últimos cinco años han visto reducida a la mitad su cuota en la capital hispalense. Eso ocurre sobre todo en los empadronados procedentes de otros países de la Unión Europea (UE), caso de naciones que han sido motores económicos durante la crisis como Alemania (-46,9 por ciento) o Francia (-46,63 por ciento). Eso sí, hay otras nacionalidades europeas que han perdido peso en Sevilla como Portugal (-46,3 por ciento), Polonia (-38,02 por ciento) o Bulgaría (-36,95 por ciento).

El otro frente donde se ha sufrido un retroceso forastero histórico es en América y, especialmente, la latina, que ha sufrido un retroceso en los últimos cinco años de un 37,79 por ciento. La comunidad boliviana, otrora una de las que más número de habitantes aportaba a la ciudad, ha visto reducida su participación en cinco años en casi dos tercios (-64,34 por ciento). En ese tiempo, Colombia redujo su cuota a la mitad, al igual que Chile y Argentina.

Frente a ese declive, los únicos que ven con buenos ojos el destino Sevilla –para vivir, no para visitar, que turísticamente se bate récord tras récord– son los que vienen del Lejano Oriente. La comunidad asiática ha experimentado un crecimiento en el último lustro del 30 por ciento y ya rozan los 5.000 sevillanos –por su condición de empadronados–. De ahí destaca el gigante asiático, China, cuyos habitantes echan raíces en forma de negocios en la capital y que ya representan 3.679 personas, un 26 por ciento más que en 2012. De hecho, se ha erigido en la segunda nacionalidad con mayor representación en la ciudad, solamente superado por un clásicos en Sevilla: la comunidad magrebí, que sigue siendo liderando el ránking, con 3.944 empadronados pero con claros signos de decadencia: un descenso del 4 por ciento en un año y un acumulado en un lustro de más de un 11,4 por ciento de caída. Tras los dos competidores, los rumanos se mantienen en tercer lugar, con un global de 2.129 personas.

La radiografía dibujada en el INE no sólo se circunscribe a la población foránea, que representa el 4,4 por ciento del total del padrón sevillano, sino a múltiples factores. Entre ellos, que más de dos tercios de la población nació en Sevilla –11 puntos menos que hace cinco años–. O que los menores de 16 años representan un 16,09 por ciento (110.961), dos puntos menos que la media provincia. También se muestra la cuota de sevillano en edad de jubilación, que ya suman 130.169 personas (18,88 por ciento).