«Traigo un gran mensaje de esperanza para cuando la vida nos golpee»

Rafa Serna encarnará al Rey Baltasar en la Cabalgata. Su regalo para Sevilla es la esperanza

Manuel Pérez manpercor2 /
04 ene 2018 / 23:04 h - Actualizado: 05 ene 2018 / 07:30 h.
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  • Jesús Barrera
    Jesús Barrera

A Rafael González Serna, más conocido como Rafa Serna, solo le falta ser Giraldillo de Sevilla por un día para decir que lo ha sido todo, o casi todo, en esta ciudad. «¿A quién no le gustaría ser Rey Mago?», afirma orgulloso de su regio cometido. «Un sueño cumplido», como califica el cantante, porque «todos los sevillanos, chicos y mayores, hemos sentido envidia sana al paso del cortejo».

En varias ocasiones ha afirmado que viene «cortito de fuerzas, pero sobrao de ganas». Ganas que le permiten traer a Sevilla «un gran mensaje de esperanza y de fe», porque su majestad Baltasar de Oriente sabe bien de lo que habla cuando menciona a la esperanza. Esperanza que cuidará su caminar por las calles de Sevilla esta tarde y que será testigo de cuántos caramelos tirará cuando su carroza se plante ante el Arco de la Macarena. Para Serna, la esperanza y la fe es «el camino» que hay coger «cuando la vida nos golpee y nos coja desprevenidos».

El cantante conoce bien al sevillano. «Es muy intenso y muy jartible», explica, por eso aquí la Cabalgata se vive de una forma tan intensa. «Nos gusta mucho lo nuestro y vivirlo mucho con los nuestros», apostilla. Por esta razón, los primeros caramelos que Baltasar lance al cielo de Sevilla estarán dedicados a los sevillanos, en especial «a los que ya no están con nosotros y que estarán en los balcones del cielo mirando el paso del cortejo».

Si hay algo que un Rey Mago no debe perder nunca es el sentido de la niñez y es que Serna está «loco por beber de la fuente inagotable de la niñez». Para el cantante, es la propia Sevilla esa fuente inagotable que recrea en sus esquemas mentales la inocencia de aquel niño que fue y quedó grabado a fuego en sus sentimientos y recuerdos. «Todo lo que veo ahora es lo que me enseñó mi padre cuando era pequeño. Sigo viendo eso y sigo siendo el mismo niño cuando paso por esas calles, esas plazas...». La emoción con la que habla Serna de su niñez es la prueba irrefutable de alguien que tiene el real encargo de alegrar a miles de niños de toda Sevilla. «Solo tengo que mirar a Sevilla para ver al niño», añade.

Cuando la Cabalgata llegue a su fin, muchos se irán a la cama nerviosos por la llegada de sus majestades, pero estos Reyes Magos habrán de continuar con una segunda cabalgata mucho más íntima y personal. Para Rafa Serna, la visita al hospital es una experiencia que afronta «con todo el cariño del mundo» y afirma que en los pasillos del Virgen Macarena dará «lo mismo que hemos dado en la calle: mucha ilusión». No obstante, Serna reconoce que «habrá momentos y secuencias que serán duras y difíciles de afrontar». Pero, en la línea de lo que Baltasar quiere traer desde su carroza, el cantante lo asume y añade: «Como lo que voy a repartir es esperanza, pues esperanza llevaremos al hospital».

Y en esta Sevilla de la guasa y la gracia, el rey negro sabe que tiene una enorme responsabilidad, pues la primera cruz de guía ya le está pisando los talones. «Soy el rey más querido y, a la vez, el más odiado. Todo el mundo está deseando que llegue, pero a la vez está deseando que me vaya», reconoce Serna entre risas, quien no duda en afirmar que «yo seré el primero que mire hacia atrás».