Un festival que saca la lengua al glamour del cine

Poco interés en el famoseo. Colin Farrell, Christopher Lee, Paz Vega y Antonio Banderas han sido de los pocos rostros populares que se han dejado ver en el certamen

04 nov 2016 / 20:30 h - Actualizado: 05 nov 2016 / 08:00 h.
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  • Paz Vega y Colin Farrell en la inauguración del Festival de Cine Europeo en 2009. Vinieron a presentar el filme ‘Triage’. / Antonio Acedo
    Paz Vega y Colin Farrell en la inauguración del Festival de Cine Europeo en 2009. Vinieron a presentar el filme ‘Triage’. / Antonio Acedo

Hubo una vez que un director de un gran certamen afirmó que «un festival de cine sin alfombra roja es como un cineclub de pueblo». No le fue del todo bien, sin embargo, al pronunciante de tal aserto. Con todo, no podremos negar que la imagen icónica de cualquier festival que se precie es una alfombra, unas estrellas y un aluvión de fotógrafos en busca del mejor posado. Es así en San Sebastián y en Málaga; en Venecia y en Toronto, en Sitges y en Locarno. Luego están las películas, la programación, que debe justificar toda esa feria de vanidades y parafernalia que se orquesta. Pero puede que sí, que un festival de cine sin estrellas sea como un cineclub de pueblo. En todo caso, el Festival de Cine Europeo (SEFF) está dispuesto, por imposición de su escueto presupuesto, o por voluntad de su actual responsable, José Luis Cienfuegos, a dejarnos por mentirosos.

«Encuentros de la importancia de los de Rotterdam o Valladolid tienen su propio concepto de alfombra roja y gozan de una salud excelente. Curiosamente toda esa gente que demanda la pasarela de estrellas que se consigue sólo a golpe de talonario son personas a las que el Festival de Cine Europeo les tiene sin cuidado», aseguró el responsable del SEFF a este periódico en 2014. Así la cosa, la alfombra roja se sigue extendiendo, aunque por ella no pasen más que actores locales, políticos invitados y algunos nombres de relevancia del cine español que tienen a bien dejarse ver en Sevilla. Por eso no se entendió demasiado que la alfombra mudara de color, del azul europeo que lo caracterizó al rojo glamour. Por ella pasarán en estos días actores y actrices de todo el continente, cineastas y gentes del mundo del cine. Nadie los parará por la calle ni buscará sus autógrafos pero sí, es cierto, ellos garantizan y sostienen la idea de que en el SEFF, al menos, se ven buenas películas y es el santo y seña del celuloide cocinado en la UE. Pues ya está.

Y si a Cienfuegos le parece más interesante contar con la proyección del último hit del cine rumano que invertir euros en tener en Sevilla a la protagonista de Personal shopper, Kristen Stewart (Crepúsculo, Café Society), que compite en sección oficial, no siempre esto fue así. A los anteriores directores del SEFF, Manolo Grosso (de 2004 a 2007) y Javier Martín Domínguez (de 2008 a 2011) les inquietó bastante más la presencia de estrellas que dieran brillantina al asunto. Si el primero consolidó el certamen, el segundo se empeñó en hacerlo parecer un festival de los de verdad, de los fetén. Fue en la inauguración de la edición de 2009 cuando se consiguió la que, hasta ahora, ha sido la fotografía con más relumbrón del festival.

Nunca se habían visto en los alrededores del Casino de la Exposición tantos fans prestos a cazar foto y autógrafo. El actor Colin Farrell se bajaba de un coche y, en modo torbellino, se daba un baño de multitudes a la hispalense. Venía acompañado por la actriz Paz Vega, sevillana, pero con el guión de superestrella bien aprendido. Vinieron a presentar Triage (Danis Tanovic, 2009), que resultó ser un fiasco de crítica y público, pero eso, visto en retrospectiva, fue lo de menos. Porque además, en aquella película estaba un titán del cine como Christopher Lee, el padre de todos los Dráculas. Y también él quiso venir a Sevilla en lo que constituyó una de sus últimas apariciones públicas antes de su deceso en 2015, pues pasaría retirado del foco mediático durante sus últimos años.

A Sir Ben Kingsley, aquel mismo año, se le otorgó el Giraldillo de Honor, una medida justificada por su valía y por ver si así hacía de efecto llamada a otras estrellas. Porque, aunque de chequera el SEFF siempre ha estado cortito, al menos sí que se les podía dar un pintoresco Giraldillo para poner en la vitrina. El célebre actor británico presentó su cinta 50 hombres muertos, que protagonizaba junto a otro peso pesado del cine ‘made in UK’, John Hurt.

El 27 de octubre de 2010 el Festival recibió una inusual visita. Fue con motivo del estreno del documental El viaje de Jane, biografía sobre la naturalista y primatóloga inglesa Jane Goodall. Esta participó en un debate en la Casa de la Ciencia propiciando uno de los momentos más recordados, por muchos, de la historia del SEFF, toda vez que Goodall, además de una investigadora de renombre internacional inspiró la célebre película, protagonizada por Sigourney Weaver, Gorilas en la niebla (Michael Apted, 1988). Saltando atrás en el tiempo, la visita del escritor Roberto Saviano en 2008 fue otro de los instantes más importantes del certamen en cuanto a su relato de célebres invitados. Perseguido por la mafia italiana a cuenta de su libro Gomorra, llegó a la ciudad para arropar la película homónima de Matteo Garrone. Antonio Banderas, que recibió el Premio de la RTVA en 2010, y nombres como los de Carmen Maura, Victoria Abril, Carmen Machi, Pepón Nieto e Ingrid García Jonsson han sido otras de las caras del SEFF.