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Vitolo provoca una crisis en el Sevilla

Del Nido Carrasco renuncia como vicepresidente y José Castro, «indignado», desvela que irá a por todas contra el jugador

12 jul 2017 / 23:24 h - Actualizado: 15 jul 2017 / 22:41 h.
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  • De izquierda a derecha, José María del Nido Carrasco, vicepresidente del Sevilla, junto a José Castro, presidente, y José María Cruz, director general de la entidad nervionense, en la última junta de accionistas. / Manuel Gómez
    De izquierda a derecha, José María del Nido Carrasco, vicepresidente del Sevilla, junto a José Castro, presidente, y José María Cruz, director general de la entidad nervionense, en la última junta de accionistas. / Manuel Gómez

El Sevilla sigue gestionando como puede la resaca provocada por la salida de Vitolo, uno de sus jugadores franquicia. El acuerdo al que llegó el club con sus representantes para la renovación del jugador y que no rubricó éste con su firma ha indignado sobre manera al Sevilla, que ayer recibió la comunicación de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) acerca del depósito en su sede de un cheque por el importe de los 35,7 millones de euros que el anterior contrato de Vitolo fijaba como indemnización para rescindirlo unilateralmente. Vitolo y un representante del Atlético de Madrid se personaron pasado el mediodía en las oficinas de la LFP y anunciaron seguidamente el compromiso del internacional con el club colchonero hasta 2022. Igualmente, Las Palmas publicó que Vitolo jugará de amarillo hasta enero para así evitar que se quede parado debido a la prohibición que tiene el Atlético de inscribir jugadores hasta esa fecha. El capítulo final parecía estar escrito, pero el asunto ha zarandeado las estructuras del Sevilla, hasta el punto de que por la tarde el vicepresidente José María del Nido Carrasco presentaba su dimisión irrevocable y el presidente, José Castro, expresaba en la radio del club su relato de los acontecimientos.


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Para el máximo mandatario nervionense «el Atlético y el jugador han depositado la cantidad que ellos entienden que es su cláusula. Nosotros ejerceremos nuestros derechos y estudiaremos toda la documentación para defender los intereses del Sevilla. Hay un hecho objetivo: alcanzamos un acuerdo con sus representantes, hay una aceptación por escrito de las nuevas condiciones del contrato. Tenemos que estudiar qué pasos dar y llegar hasta donde sea necesario, siempre en consonancia con lo que diga nuestro departamento jurídico». El asunto no está claro, ya que el Atlético, Las Palmas y Vitolo entienden que si no hay firma del jugador el compromiso carece de validez. Por contra, el Sevilla es conocedor de que existe suficiente jurisprudencia que señala como perfectamente válida esa aceptación por escrito que formularon tanto el padre de Vitolo como Bahía, la empresa que lo representa y que tiene poderes del canario. El Tribunal Supremo ha explicado en casos muy parecidos que «en la vida del contrato existen tres fases o momentos principales, que son la generación, la perfección y la consumación, comprendiendo la primera los tratos, negociaciones o conversaciones preliminares. Cuando la voluntad, consciente y libremente emitida, es aceptada por la persona a quien se dirige dicha declaración, se produce la perfección del contrato, el nacimiento de ésta a la vida jurídica. Esa perfección surge de la simple concurrencia del consentimiento, de la coincidencia de las dos declaraciones de voluntad...».

La traición

El Sevilla irá a por todas porque cree tener la razón. Si triunfa en vía administrativa o judicial, la salida de Vitolo le reportaría 15 millones más, pues el nuevo contrato fijaba una cláusula de rescisión de 50 y no de 35,7. El Sevilla, más allá del dinero, se juega su prestigio y su dignidad, puesta en duda en la figura de José Castro, que se defendía desvelando los detalles de la negociación con Vitolo: «No me arrepiento de haberlo anunciado. Vitolo me escribió y me llamó para pedirme que resolviéramos el problema porque no quería volver a Sevilla, y que quería que aceptáramos lo que ofrecía el Atlético. Le dije que eso era imposible, que era una falta de respeto, que la cláusula al contado en la LFP o nada. Me insistió y le dije otra vez que no. Ese mismo día siguió llamando a todo el que pudo en el club y se le ofreció una mejora en su ficha cercana a lo que le ofrecía el Atlético. Quedamos en unas cantidades, él estaba satisfecho y me lo transmitió por mensajes, pidiendo que lo defendiera ante la afición. Me dio su palabra de honor de que jugaría con nosotros el año que viene con ese contrato y que habláramos con sus agentes para preparar el contrato. Ese acuerdo hablado se plasmó en unos documentos a los que los agentes y el padre, que también lleva sus asuntos, dieron el OK por escrito. Sólo faltaba la firma de Vitolo, quien me dio permiso para anunciarlo. Aun así no lo hicimos hasta que tuvimos la aceptación formal y por escrito de sus representantes».

La imagen de Vitolo queda dañada incluso más que la del presidente, que mostraba su enfado y se defendía así: «No ha cumplido su palabra con un club que le ha dado todo y que hizo un enorme esfuerzo para que continuara aquí. No hay enfado, hay indignación. Nos ha usado para que el Atlético le dé más dinero y nos ha hecho quedar mal. Le ha fallado al Sevilla y a su afición como persona, nos suplicaba que le arregláramos el problema que tenía y nos ha creado otro a nosotros. Al Sevilla hay que respetarlo». Tampoco entiende Castro el proceder de Atlético y Las Palmas, clubes con los que la relación «queda muy deteriorada».

Es la guerra

El caso Vitolo ha vuelto a encender la mecha de la guerra interna por el poder en el Sevilla, pues Del Nido Carrasco presentó su dimisión por lo que entiende es una gestión inaceptable de Castro, al que desde muchos sectores apoyan en estos momentos duros ya que parece evidente que, más allá de la prisa por anunciar el acuerdo, ha sido traicionado de una manera inesperada por Vitolo. Del error de Castro, sea más o menos justificable, se quiere desmarcar Del Nido Carrasco, quien a partir de ahora actuará junto a su padre, el expresidente Del Nido Benavente, desde fuera. El capítulo final de esta guerra no ha hecho más que comenzar. «Para mí es una sorpresa, una decisión personal de la que no tenía conocimiento. Hay que respetarla y tener tranquilidad porque el club seguirá funcionando como un reloj sin él».

El Sevilla anunciará en las próximas fechas de qué manera se cubre la baja de Del Nido Carrasco tanto en el consejo de administración como en el comité ejecutivo de la entidad, donde Castro vive sus peores días como presidente y sabe qu