Observatorio taurino

16 años: aborto libre sí; toros no...

El mundo del toro no es ajeno a la desquiciada situación sociopolítica que ha convertido a este país en una lamentable casa de locos irremediables

19 oct 2020 / 13:25 h - Actualizado: 19 oct 2020 / 13:31 h.
"Observatorio taurino"
  • Familias enteras llenan el ruedo de la Maestranza en un día de puertas abiertas. Foto: Toromedia
    Familias enteras llenan el ruedo de la Maestranza en un día de puertas abiertas. Foto: Toromedia

La dudosa moralidad podemita

No hay tregua ni respiro. Esta vieja piel de toro se despierta cada día reflejándose en su propio esperpento. Pero la táctica funciona. La capacidad de espanto se ha ensanchado tanto que ya nada sorprende. Importa más sobrevivir a este jinete del Apocalipsis –promesa de muerte, enfermedad y ruina- que se llama covid-19. Pero... ¿qué se puede esperar de un gobierno encabezado por un peligroso mentiroso compulsivo? ¿Qué puede ofrecer una panda que coquetea sin rubor con la mercancía ajada del más rancio comunismo?

Hay dos recientes ocurrencias que reflejan el dudoso paraíso que nos ofrece el señor Iglesias y su inefable consorte, caudillos de la tropa indeseable que apuntala este gobierno indigno. Ya saben que doña Irene –señorita Montero de soltera- aboga por liberalizar el aborto de forma salvaje, volando cualquier puente a la cordura y la decencia. En su propuesta se contempla que una chica de 16 años pueda acabar con la vida de su hijo nonato sin tener permiso de sus padres. De una sexualidad responsable y una educación en valores ya hablamos otro día... Pero a partir de ahí viene el desquicie. Con esa edad, si aplicáramos el código ético de esta caterva, tendrían prohibido asistir a un espectáculo taurino. Han leído bien...

Son noticias calentitas. Los podemitas han registrado una enmienda a la Ley de Protección a la Infancia que pretende impedir que los menores de 18 años asistan a las plazas de toros y hasta se puedan formar en las escuelas taurinas. De torear ni hablamos. Tela, sí; del telón. Ése es el concepto de libertad que maneja esta escoria, apoyado en un desplome absoluto de la moralidad. ¿Un orden nuevo? Puede ser, también perverso. No deja de ser un paso más para imponer la dictadura ideológica que anhelan. Es un metro menos hacia el abismo, a la voladura de los últimos reductos de libertad. No hace falta que pensemos ni elijamos. El padrecito Iglesias lo hará por nosotros. ¡Viva la revolución!

Uribes se suma a la fiesta

Pero como ya éramos pocos, la abuela se puso de parto. El diario El Mundo ha publicado una entrevista coral en la que el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, contesta una serie de preguntas formuladas por trece representantes de la sociedad, la cultura y el espectáculo entre los que se encontraban nombres tan dispares como el del actor Emilio Gutiérrez Caba, la escritora Espido Freire, la bailaora María Pagés o el cantante Loquillo además del matador de toros Pablo Aguado, que es el que nos interesa.

El joven diestro sevillano interpela al ministro con una larga pregunta que acaba dictando el titular de la peculiar entrevista y hasta la portada del diario. “¿Por qué la política del Gobierno excluye y margina la Tauromaquia de manera sistemática del ámbito cultural, tal y como ha sucedido en la última campaña institucional del ministerio de ‘Cultura segura’?” La respuesta anda corriendo por las redes: “Yo no debo fomentar ir a los toros; al teatro sí, es pacífico”.

Pues es su obligación, señor ministro. Lo dice la ley que declaró al toreo Patrimonio Histórico Cultural en noviembre de 2013. Fue la consecuencia de aquella ILP promovida –no se olvide- desde Cataluña. Consiguió más de medio millón de firmas para que la proposición fuera debatida, aprobada y publicada en el correspondiente BOE. ¿Papel mojado o política de hechos consumados? Pues de todo un poco. La pregunta de Aguado nos pone en la pista de lo que está pasando: la comisión de Cultura del Congreso de los Diputados ha rechazado el paquete de medidas al sector taurino mientras que el propio Uribes –una de cal y otra de arena- asegura que las cuadrillas están incluidas en los subsidios por inactividad. Pues en esas andamos...

Ha sido la gran sorpresa, estrictamente taurina, de los últimos días. Andrés Roca Rey ha escogido al veterano diestro vallisoletano Roberto Domínguez para que se haga cargo de sus asuntos profesionales. No ha habido nota de prensa o comunicado oficial; ni siquiera una filtración interesada a algún plumilla cercano. La noticia sólo ha trascendido a través de una fotografía aireada en el perfil que el peruano maneja personalmente en la red social Instagram. Ambos diestros –apoderado y poderdante- aparecen en amor y compaña y sonriendo al incierto futuro. “La decisión está tomada” es el único texto que acompaña a la imagen. Tampoco hacía falta más...

La foto, en cualquier caso, echa por tierra la rumorología que acercaba al astro limeño al entorno de Martín Arranz y Joselito, que se habían dejado regalar los oídos por algunos cantos de sirena que han acabado perdidos entre la bruma. ¿Hubo algún acercamiento anterior entre las partes? Pues eso parece, a tenor de las palabras de Joselito Arroyo, comentadas en el anterior Observatorio Taurino.

Todo eso importa poco ahora. Roca, que había ido rompiendo todas las amarras de su anterior etapa profesional –Campuzano, Valencia y los mexicanos de Casa Toreros, que gestionaban su temporada americana- ha tomado su propia decisión. Ha tenido mucho tiempo para ello. El prestigio personal y profesional de Roberto, que ya había ejercido de apoderado de El Juli, es indudable. Pero el veterano matador vallisoletano se pone al timón de la carrera del peruano en medio de una crisis global que ha azotado singularmente el mundo taurino. Roca lleva sin torear en España desde los sanfermines de 2019. Primero fueron las secuelas de aquel volteretón con el sobrero del Conde de Mayalde en Madrid y después, el infausto bichito que llegó para quedarse y pulverizar el mundo que habíamos conocido.

¿Qué va a pasar con el toreo en 2021? La situación sanitaria va a cambiar poco, poquísimo, con respecto a este año nefasto que ya encara su desembocadura. Hay que asumirlo pero también hay que contemplar modelos de transición que permitan la reanudación del espectáculo. Las plazas de Sevilla, Valencia, Madrid o Bilbao no pueden permitirse el lujo de permanecer cerradas un año más. Ya lo hemos dicho en otro momento: el concurso de la TV puede ser vital para sostener el asunto. Pues ya veremos...

Posdata gallista

Nos vamos marchando, pero antes tenemos que hacer una mención especialísima del faenón de Juan Ortega en la feria de San Lucas de Jaén que, con o sin los festejos de “reconstrucción” alentados por la Fundación del Toro de Lidia implica el cierre más o menos oficial de esta extraña temporada. Por cierto, en esas corridas de la FTL no participan ni Ortega ni Roca... Per hay más. Les recordamos que este mismo martes se reanudan los ‘Mano a Mano’ de Cajasol de la mano de Paco Ureña y Jesús Álvarez. El miércoles habrá un nuevo recordatorio a la figura de Gallito en torno a la mesa organizada por la ‘Casa de los Poetas y las Letras’ en el antiguo convento –lo de espacio es un horror- de Santa Clara. Pero hay más: la hermandad de la Macarena y la cátedra Sánchez Mejías dan un nuevo pistoletazo de salida a los actos organizados en torno al centenario de Joselito con la mesa redonda organizada el próximo jueves en la Caja Rural. Se hablará de la relación del coloso de Gelves con el campo bravo de su época. Y ya que hablamos de José hay que recordar que la inauguración del monumento alentado por la corporación de San Gil ya tiene fecha de inauguración: será el 26 de noviembre, delante de la basílica de la Esperanza. ¿Quién dice que el toro no forma parte de la cultura y la cotidianidad?