Observatorio taurino

Capítulos cancelados

La elección del cartelista o el pregonero de la Feria de Abril anticipaban en estas fechas la temporada taurina que estaba a punto de fraguarse en los despachos de Pagés

07 dic 2020 / 12:56 h - Actualizado: 07 dic 2020 / 13:05 h.
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  • Hace justo un año se presentaba el cartel de Albert Oehlen para anunciar una temporada que no se celebró. / Jesús Barrera
    Hace justo un año se presentaba el cartel de Albert Oehlen para anunciar una temporada que no se celebró. / Jesús Barrera

La Purísima marcaba en otro tiempo la frontera de la Navidad. En la mayoría de las casas se esperaba a estos gozos entonados en blanco y celeste para empezar a sacar las figuritas del Nacimiento y esos metros de espumillón que anticipaban las fiestas más familiares del año. A siete de diciembre, en vísperas de la Inmaculada, seguimos sin saber a ciencia cierta qué haremos con nosotros y los nuestros en esos días que casi todos tenemos ligados a un lugar, unos sabores, un calor y unos afectos concretos. Cosas del coronavirus, que también se ha llevado por delante –qué les voy a contar- esa larga lista de cargas sentimentales que sirven para convertir el año en algo más que una sucesión de días y obligaciones.

¿Por qué le contamos todo esto? El horizonte de estas pascuas tristes y la bisagra de un nuevo año siguen sin ofrecer demasiadas certezas. Ya sabemos, a falta de confirmación oficial de ambos cabildos, que no habrá cofradías en la calle ni casetas en el Real de los Gordales. Pero la pregunta es... ¿Podrá haber toros de una manera u otra? Entre bastidores se siguen manejando porcentajes –el 50% del aforo es la frontera decisiva- para asegurar la apertura de, entre otras, la plaza de la Maestranza.

Algo parecido ocurre en las ferias levantinas de Castellón y Valencia, las primeras citas de la gran temporada. Después de quedarse el pasado año anunciadas y sin celebrar podrían marcar el modelo a seguir en los balbuceos de una campaña que seguirá pendiente de la evolución de la pandemia y los plazos de una vacunación. que también está por ver. En esa tesitura, en Sevilla cada vez se especula con más fuerza la posibilidad de alargar el ciclo de San Miguel si no fuera posible hacer nada en Primavera. Es una de las primeras ideas que se barajaron el pasado mes de marzo cuando el dichoso bichito nos pilló a todos con el pie cambiado. Ese ciclo ampliado estuvo a punto de ponerse en marcha en agosto pero, sin haber llegado a ser anunciado oficialmente, se terminó por desestimar después del cambio de actitud de la Junta de Andalucía en torno al aforo de las plazas de toros.

Del pregón y el cartel

Hay capítulos conocidos que, de alguna manera, marcan el calendario de las vísperas. Sevilla no se puede entender sin ese gozo por los previos. Dos de ellos son la presentación del cartel de la temporada –con sus habituales dimes, diretes y artículo de ordenanza del maestro Burgos- y el anuncio del pregonero que cantará, glosará o disertará sobre el toreo en la mañana del Domingo de Resurrección. La Real Maestranza de Caballería, que cataliza ambas iniciativas siguiendo la senda que marcó en su día el recordado pintor y caballero maestrante Juan Maestre de León, suele escoger estas fechas decembrinas para desvelar los nombres del pintor y pregonero.

El 3 de diciembre de 2019, sin ir más lejos, ya sabíamos que el creador alemán Albert Oehlen había sido el encargado de pintar el cartel de una temporada que no se celebraría. Una semana después se presentaba con el habitual protocolo en el Salón de los Carteles de la plaza de la Maestranza alumbrando, seguramente, la obra más rompedora de la extensa colección de arte contemporáneo que ha servido para anunciar las temporadas sevillanas desde que Luis Manuel Fernández iniciara la serie en 1994.

Pocos días después, el día 21 de diciembre, supimos que el escritor y académico catalán Félix de Azúa tenía que haber sido el encargado de subirse al atril del Lope de Vega en la mañana –presuntamente luminosa- del 12 de abril después de ser presentado, nada más y nada menos, que por el escritor peruano Mario Vargas Llosa, que ya ofició de pregonero en un año, el 2000, en el que todavía nos creíamos felices y casi invulnerables.

En esos días, a las preguntas de los chicos de la prensa, Ramón Valencia también tiraba de tradición para responder invariablemente que la empresa Pagés espera que la carroza de Baltasar vuelva a perderse entre las brumas de la ilusión para empezar a poner nombre y apellidos a los casilleros de los carteles de la Feria de Abril. Todo eso sigue pulverizado, guardado en un cajón, como ese mes de abril –Sabina cantó- que nos robaron. ¿Qué pasará en 2021? Pues sabe Dios...

Capítulos cancelados
La cofradía del Baratillo convocó a la familia del toro para dar gracias a la Virgen de la Caridad.

Adiós a Tito de San Bernardo

El pasado miércoles, la Hermandad del Baratillo celebró la tradicional eucaristía de acción de gracias que en el anterior Observatorio Taurino creíamos suspendida. No fue así, la cofradía del Arenal volvió a convocar a la familia del toro para dar gracias –a pesar de todo- por el año que se fue y pedir por el que vendrá a las plantas de la Virgen de la Caridad que este año no ha podido recibir los besos de sus devotos en el estreno del Adviento.

La lista de intenciones que se leyó en el ofertorio iba a verse engrosada sólo unas horas después por el fallecimiento de Manuel Rodríguez ‘Tito de San Bernardo’, uno de los hombres de plata más importantes del frondoso árbol del toreo sevillano. Tito era, además, uno de los últimos eslabones de esas dinastías ligadas a la carne y los alamares que hunden sus raíces en pleno siglo XVIII sin perder de vista el marco geográfico en el que pulularon: el barrio de San Bernardo y el antiguo matadero de la Puerta de la Carne. Tito de San Bernardo siempre toreó a la orden de los más grandes haciendo del perdido capeo a una mano un monumento de la mejor brega. Su nombre se inscribe con letras de oro junto a una impresionante baraja de banderilleros nacidos en ambas orillas del Guadalquivir y engrosa la impresionante baraja de subalternos sevillanos de la segunda mitad del siglo XX.

Del monumento a Joselito

Nos marchamos por esta semana, con la tienda abierta a pesar del puente y el virus. Pero antes debemos aclarar que la inauguración del monumento a Joselito El Gallo sigue pendiente de fijar fecha definitiva. Vericuetos burocráticos y administrativos que no vienen al caso han ralentizado algunos preparativos fundamentales para preparar el pedestal y elevar en tiempo y forma la escultura que ha modelado Manuel Martín Nieto en la plaza de la Esperanza Macarena, frente al busto de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, muy cerca de la Virgen que tanto quiso.

Casi se da por hecho que no podrá ser el próximo sabádo y se apuesta por el domingo 27 de diciembre aunque, si éste tampoco fuera factible, se retrasaría al día 30. El objetivo pasa por inaugurar la estatua dentro del año del centenario de su trágica muerte en Talavera de la Reina. En cualquier caso, la conmemoración del año de Joselito –alentada por la Hermandad de la Macarena y la Cátedra Sánchez Mejías- no terminará ahí. Habrá un 100+1.