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Daniel de la Fuente, en la Venta de Antequera. Foto: Jesús Barrera
Daniel de la Fuente, Liqui para los íntimos, ha colgado el traje de luces. El novillero sevillano ha tomado esta drástica decisión en un año agridulce en el que ha sufrido una extensa y dolorosa cornada en Talamanca del Jarama y en el que, también, ha podido cortar una oreja en la plaza de la Maestranza, el escenario que le lanzó cuando sólo era un novillero sin picadores. Así se lo ha hecho saber –avanza Mundotoro- a sus apoderados, Antonio Garzón y José Blanco, además de su asesor artístico José Antonio Galdón ‘Niño de Belén’.
De la Fuente pertenece a una familia –los Rufino-Martín-Moreno-Santamaría- íntimamente ligada al campo bravo sevillano desde hace más de siglo y medio. Vinculado en sus inicios a los grupos de aficionados prácticos que lidera Eduardo Dávila Miura, su nombre se daría a conocer para el gran público a raíz de su participación en el Ciclo de Promoción de Nuevos valores celebrado en el verano de 2017 en el coso del Baratillo, imponiéndose en la final después de cortar dos orejas a un novillo de La Peregrina.
El debut con picadores, en la propia plaza de la Maestranza, se verificaría al año siguiente compartiendo cartel con Carlos Ochoa y García Navarrete para lidiar un encierro de López Gibaja. Logró dar una vuelta al ruedo. Volvió a estar anunciado en Sevilla en 2019 sin lograr demasiado relieve con un complejo envío de Fuente Ymbro. Finalmente ha toreado su última novillada, también en Sevilla, el pasado 16 de junio cortando el único trofeo del festejo. En la temporada 2022 ha pisado escenarios de la trascendencia de Bayona o Córdoba y tenía apalabrados en torno a la veintena de contratos.