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Luque ha sido uno de los toreros más destacados del abono sevillano. Foto: Arjona-Pagés
Daniel Luque volverá a la cancha, recuperado al cien por cien, el próximo mes de enero en el ruedo colombiano de Manizales. Así lo ha confirmado el entorno del matador de Gerena asegurando que Daniel “continúa cumpliendo las pautas y plazos de recuperación” de la gravísima lesión que se produjo en su tobillo izquierdo en la plaza del Puerto de Santa María. El percance obligó a un mes inicial de parón y, tras algunas idas y venidas, al corte definitivo de la temporada después de actuar –y triunfar por todo lo alto- el uno de octubre en el tercer y último festejo de la feria de San Miguel, el mismo día que El Juli dijo adiós al toreo en la plaza de la Real Maestranza de Sevilla.
“Hasta entonces seguirá en manos de los fisios y los equipos médicos que le atienden y dirigen todo el proceso de rehabilitación y puesta a punto”, señala la misma información que asegura que el torero no soltará la mano de Juan Bautista Jalabert, su apoderado desde hace un año exacto y director de una campaña crucial para el matador sevillano que mantendrá a su lado al mismo equipo: Juan Contreras, Iván García y Jesús Arruga a pie y Javier García Jabato y El Patilla a caballo. Las espadas las seguirá sirviendo Sergio Durán ayudado por Alberto Pérez.
Fractura de peroné e intestinos eviscerados
Daniel Luque resultó cogido el 11 de agosto en el Puerto cuando trataba de pasar al sexto de la tarde al natural, un toro marcado con el hierro de Montalvo que no obedeció el toque de la muleta alcanzándolo de lleno y empitonándolo por el bajo vientre. El doctor Carabot, que le operó en la enfermería de la plaza, explicó que el torero de Gerena había llegado a la mesa de operaciones “con los intestinos fuera de la piel” además de unas fuertes molestias en el tobillo izquierdo que acabarían siendo diagnosticadas como fractura de peroné.
Luque fue intervenido de nuevo en el Hospital Virgen Macarena de Sevilla para reducir dicha fractura iniciando un intensivo proceso de rehabilitación que le permitió volver a la palestra apenas un mes después del percance. La recuperación era incompleta y obligo a nuevas idas y venidas antes de reaparecer en Sevilla donde volvió a resentirse de forma severa en el cierre de San Miguel. El torero, que cortó dos orejas y estuvo cerca de abrir la Puerta del Príncipe abandonó la plaza cojeando visiblemente antes de anunciar que no podría cumplir con los compromisos que aún tenía en la agenda.
