- Ortega, Aguado y Morante en el túnel de cuadrillas de la plaza de la Maestranza. Foto: Arjona-Pagés
La actualidad taurina continúa pendiente del hilo -más o menos enmarañado- que presta el cambio de modelo televisivo. Son hechos consumados: la pasada semana hablábamos de la posible salvación del ya extinto canal Toros de Movistar Plus. En realidad habíamos sucumbido a la ceremonia de confusión que siguió al primer gori gori. Se publicaron informaciones contrapuestas -que sí se cierra, que no se cierra- para acabar certificando lo irremediable: el muerto estaba difunto.
Lo hemos escrito en otras ocasiones y lo repetimos ahora. El problema no era, ni mucho menos, de calidad. Las estrategias de contratación de las distintas ferias -apretando las tuercas hasta el último segundo- no sólo ponía de los nervios a los empresarios sino que iba en contra de la fidelidad y la paciencia de los abonados -del pirateo mejor no hablamos- que ahora se preguntan qué, cómo y sobre todo cuánto habrá que aflojar al nuevo canal en espera de esa reveladora rueda de prensa convocada por sus responsables. Será el momento de responder a ésas y a otras preguntas en espera de la verdadera prueba del algodón: la retransmisión de la corrida del Domingo de Resurrección de Sevilla.
En el coro de condolencias -en España las alabanzas se guardan para el que palma- no ha faltado el lamento de los pesos pesados del empresariado taurino que, de una forma u otra, ha actuado como definitiva espoleta del cambio de modelo. Ésa es la verdad. También lo hemos mencionado en otras ocasiones pero hay que volver a incidir en el asunto: las empresas estaban esperando sentadas a los negociadores del Plus desde que contaron con la nueva oferta. Lo de las lentejas si las quieres o las dejas ya no valía. Los vectores de fuerza habían cambiado radicalmente de dirección. A partir de ahí estaba todo el pescado vendido.
A cuenta de El Cordobés
El reencuentro familiar, taurino y vital de Manuel Díaz y Manuel Benítez también ha ocupado no pocos titulares más allá del estricto ámbito de la información taurina. Tras la foto del abrazo -delante de todo un presidente de la Junta de Andalucía- se esconden dos historias humanas que también dibujan sendos momentos de la historia de dos Españas que ya ni existen. Si Benítez es el mito vivo de un país que pasaba de las grisallas de la última posguerra al colorín del desarrollismo, redimido social y personalmente gracias al toro, su hijo Manuel Díaz se hizo a sí mismo sabiendo quién era su padre. Su escuela de vida transcurrió en la sórdida trastienda de esos años 80 en los que hubo mucha más dureza de la que escribe la crónica oficial. Ha tenido que esperar a su madurez para, con 54 tacos en la talega y una envidiable capacidad de perdón, poder devolverle a su madre la suprema dignidad. Su padre, el Benítez, le dijo un día a su hermana, que le crió cómo una madre, que la vestiría de luto si no conseguía la fama y hacienda que logró vestido de luces. La historia, de una forma u otra, volvía a repetirse en su hijo Manuel Díaz. El reconocimiento de la paternidad y el posterior reencuentro escondía otras victorias. La historia no deja de ser emocionante.
A los toros en el día de Andalucía
El festival organizado en la plaza de toros de La Merced de Huelva a beneficio de las obras sociales y asistenciales de la Hermandad Matriz del Rocío ha despertado una gran expectación reforzando, de paso, la rica historia taurina del movimiento rociero. En una reciente charla celebrada en la Hermandad de Sevilla el investigador Luis Rufino Charlo -la historia de su familia es inseparable de la propia devoción rociera- desvelaba un valiosísimo dato que además adelanta la historia oficial de la corporación choquera al datar un festejo montado en su beneficio en 1879, un año antes del que se había datado la fundación de la propia Hermandad.
Siglo y medio después la misma ciudad vuelve a sumar el fervor por la Blanca Paloma y la afición a los toros para acoger este festejo en el que brilla con luz propia la trinidad del toreo sevillano con Morante en el vértice superior amparando a los paladines Pablo Aguado y Juan Ortega. Estaremos en las orillas de la Vega Larga para contárselo aunque la oferta es más amplia. Écija vuelve a dotar de significado taurino el día de Andalucía anunciando a Cayetano, Daniel Luque y el matador local, reparecido para la ocasión, Miguel Ángel Delgado. En Cantillana, además, harán el paseíllo Borja Jiménez, Rafa Serna y Lama de Góngora, que ha estado bien pachucho por culpa de una inoportuna neumonía. Pues hay donde elegir...
Los buenos aficionados también estarán muy pendientes de la presentación con picadores de un jovencísimo novillero que tiene revolucionado el dormido ambientillo taurino de Córdoba como hace décadas que no se veía. Manuel Román se llama el mozo que ha escogido el ruedo de Linares para saltar de escalafón. Está puesto en Sevilla el día de San Pedro pero antes se presentará ante sus paisanos, en el coso de Los Califas, despachando cuatro novillos en solitario. Ojo al torero...