Observatorio taurino

Discriminación en fase 3

Las medidas de ‘desescalada’ propuestas por el gobierno han vuelto a dejar en la estacada a un sector, el taurino, que aún no adivina la fecha de puesta en marcha del espectáculo

04 may 2020 / 13:54 h - Actualizado: 04 may 2020 / 13:57 h.
"Observatorio taurino"
  • Discriminación en fase 3

Costumbres aplazadas

Ayer tenía que haberse arrastrado el último toro de Miura y con él, toda esa Feria de Abril que quedó congelada en los carteles. Hoy mismo, sin solución de continuidad, tendrían que haberse fallado los principales premios del ciclo. El Corte Inglés habría reunido a mediodía a su jurado para poner nombre a esos trofeos ‘Puerta del Príncipe’ que, en sólo una semana más, habrían convertido el Patio de la Montería en ese esperado y lujoso ‘meeting’ taurino que mima año a año Fernando Murube Ricart, que no deja de ser hijo del cuerpo. Esta misma tarde, con la seriedad y la clase que el cuerpo nobiliario imprime a todas sus acciones, se habrían votado los tradicionales premios de la Real Maestranza, los más prestigiosos que se conceden en esta ciudad que ya tendría que haber entregado el trofeo que lleva su nombre al filósofo Fernando Savater y al programa Tendido Cero de RTVE. Son actos, lances, escenas, personas, historias y situaciones que forman parte de nuestra cotidianidad y han quedado completamente pulverizados mientras aguardamos la llegada de esa “nueva normalidad” que sólo es una promesa de libertades amarradas. Pero detrás del derribo inapelable de ese retablo de costumbres emerge la tremenda ruina económica de un sector que se ha encontrado de bruces con la enésima zancadilla de un gobierno indisimuladamente antitaurino.

Nueve metros cuadrados

Ya les contamos la noticia: el famoso plan de ‘desescalada’ –uno de los nefastos neologismos acuñados para entretener la pandemia- incluye la hipotética reanudación de los festejos taurinos en esa fase tres que debería comenzar el 3 de junio. Pero el asunto lleva una apostilla envenenada dado que limita el aforo de las plazas de toros a una única persona ¡cada nueve metros cuadrados! El asunto es estrafalario y sería para echarse a reír si no fuera por todo lo que está en juego. Algunas empresas ya han tirado de cinta métrica y calculadora para comprobar que no cabrían ni los areneros. Los empresarios consultados coinciden en una cosa: habría sido mejor seguir prohibiendo la celebración de festejos taurinos que entretener con estos caramelos envenenados. Pero el enfado global del sector sube de tono al constatar que en la fase dos ya se podrán abrir teatros y cines a un tercio de su aforo que podría elevarse a la mitad de los asientos disponibles en esa cacareada fase tres que condena sin sentido el espectáculo taurino. Los promotores no dejan de hacerse la misma pregunta ¿no tiene más garantías un espectáculo celebrado al aire libre que otro que exige un espacio cerrado? La lógica no tiene espacio en este debate envenenado que sólo sirve para sacar la misma conclusión de siempre: el aficionado taurino está doblemente apestado, no sólo por los tentáculos del coronavirus. También lo está por esa muerte civil que impone la dictadura de lo políticamente correcto que permanece especialmente activa y vigilante en estos tiempos de confinamiento. A pesar de todo sigue habiendo resquicios para la esperanza. Ramón Valencia, sin disimular su escepticismo, lo ha confirmado a El Correo: “Si más adelante se dan los condicionantes necesarios, nosotros estaremos ahí para organizar una feria en torno a San Miguel”. Pero el panorama sigue siendo azaroso y confuso. Nadie ha aclarado a nadie cuánto dura o cuando se levantaría la veda de esos famosos nueve metros cuadrados que en la práctica sólo sirven para prohibir el espectáculo.

37 medidas y sucedáneos televisados

Mientras seguimos tentándonos la ropa, algunos aficionados podrían consolarse con las distintas iniciativas puestas en marcha para retransmitir algunas faenas camperas. La reanudación de los tentaderos abre una puerta para que los toreros retomen el tacto de capotes y muletas pero, sobre todo, el pulso de las embestidas mientras se aguarda la reanudación de la actividad, a la que no podemos adivinar fecha. La más llamativa de estas experiencias de directos y ‘straming’ se celebrará en la ganadería de El Pilar bajo el llamativo título ‘En casa de Moisés, haciendo la luna’. Juan Mora y Diego Urdiales lidiarán dos toros cada uno en días consecutivos –el 7 y 8 de mayo- en la modalidad de ppv. No podemos atisbar el recorrido de ésta y el resto de iniciativas, como la cacareada retransmisión de corridas sin público que fue enfriada rápidamente por las primeras figras. Cada uno tiene su opinión y la nuestra es bastante escéptica. Mientras no se recupere el verdadero hilo de las ferias y las plazas seguiremos nadando en agua de borrajas. La Fundación del Toro de Lidia ha debido entenderlo así al redactar esas famosas 37 medidas que pretenden vincular e interpelar al ministerio de Cultura para apuntalar esta peculiar industria que ya tenía anchas vías de agua cuando se rompieron todos los diques del coronavirus. Se habla de reestructurar por completo el sector dejando a un lado los intereses sectoriales de este peculiar planeta, casi siempre invertebrado. Ojo: si se aprovechara el maremágnum para que cada uno intentara colar su pijadita particular estaríamos en las mismas. Lo dejamos aquí hoy pero no nos marchamos sin enviar un fuerte abrazo a Jaime Ostos, ese torero ‘Corazón de León’ que se faja ahora con el coronavirus. Suerte matador.