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Todos los sectores del agro se han unido en la histórica protesta de este domingo. / Foto: Joaquín Turán
¿Quién dijo que era imposible poner puertas al campo? El campo ha señalado nítidamente que tiene una. Es la de la salida del peor presidente de la democracia española y de la panda de incapaces sectarios que le amparan. La situación es tan insostenible que sólo queda una opción: liar el petate. Todos los sectores del mundo agrario se han unido en esa masiva manifestación –ignorada por el poder- que simboliza un rotundo ¡basta allá! que va más allá del propio mundo rural. Esa manifestación también servía de espejo para la España de los pequeños y medianos autónomos, para esos transportistas a los que el gobierno ha querido colgar la etiqueta de fascistas mientras los sindicatos mayoritarios –otra casta política puesta a pacer- contempla la escena lavándose las manos como Pilatos y recontando sus prebendas.
La protesta ha reunido a la gente que se ensucia las manos de tierra, la que conoce el tacto de las bestias, el frío de las amanecidas o los terrones secos por falta de lluvia. No, nada tenía que ver con ese ridículo ecologismo de moqueta ni con el alucinante animalismo que quiere convertir a las mascotas en personas alumbrando esa nefasta ley de bienestar animal que sólo es una derrota más para la humanidad, una mercancía averiada que compra la nueva izquierda.
Un punto de no retorno
El mundo del toro estaba ahí: está sometido a una insoportable presión sanitaria, a unos costes inasumibles para la mayoría de esos criadores que distan mucho, muchísimo de ser los señoritos que algunos quieren pintar. No, la gente del campo, los cazadores, los ganaderos, los agricultores, los pescadores, los vaqueros, los mayorales y conocedores, los tractoristas, los transportistas, los porqueros, los pastores, rehaleros, caballistas, jinetes... no son esa panda de fachas que quiere insinuar un gobierno déspota que no debemos soportar ni un segundo más.
Pero la realidad está ahí: la huelga de los pequeños transportistas –los que son propietarios de su camión y se pagan su propio y carísimo gasoil- se ha sumado a esa masiva protesta en las calles de Madrid que ha unido a todos los sectores del agro: de la agricultura a la ganadería, pasando por la pesca, la caza y el universo del toro bravo. Todo ha llegado a un punto de no retorno. El mundo del agro y la España de los autónomos han enseñado a Pedro Sánchez la puerta de la calle.
Antonio Bañuelos, presidente de Unión de Criadores de Toros de Lidia resumió la situación: “a nosotros no nos subvencionan por chiringuitos ecoverdes, alejados del campo; nosotros los criadores de bravo venimos realizando un ecologismo real en silencio desde hace siglos manteniendo una raza autóctona y conservando espacios de alto valor natural. En la misma línea, el presidente de Alianza Rural, Fermín Bohórquez, declaró que si había una ‘marca España’ ésa era la del campo. “Debemos sentir orgullo de la excelencia de nuestros productos, de nuestros paisajes, de lo que somos” destacó el ganadero y rejoneador. Ni más ni menos.
Matilla y Valencia cabalgan juntos
El compañero Álvaro Acevedo adelantó la noticia: Antonio Matilla y Ramón Valencia se habían unido para concursar por la plaza de Las Ventas. Pero conviene poner el asunto en situación. El concurso del trascendental ruedo madrileño ha quedado en suspenso a raíz de no sé qué peripecia jurídica advertida a raíz de la impugnación de otra de las empresas concursantes, la que comanda José Montes. El caso es que hay que rehacer el pliego de condiciones volviendo a poner todo a cero. Cambian las condiciones y las opciones de otras empresas que podrían ponerse en la línea de salida. El proceso, en el que ya se contaba con las ofertas de la actual gestora –Garrido y Casas bajo el nombre de Plaza 1- junto al tándem Bailleres-Chopera vuelve a la casilla inicial. ¿Habrá alguna más? ¿Cambiarán las intenciones del dúo Matilla-Valencia?
La sociedad ya está más que conformada. Se llama Plaza Ventas 237 S.L. y según señala el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME) había fijado el comienzo de sus operaciones el 3 de noviembre de 2021. No caben demasiadas dudas: los dos administradores mancomunados son Ramón Valencia y Antonio García Jiménez, Matilla, y el objeto de la sociedad es, entre otros negocios taurinos, “la gestión y explotación de plazas de toros”. Está domiciliada en Sevilla, frente a unos hermosos jardines. No sabemos qué deparará el futuro...
De Morón a Córdoba, pasando por Aznalcóllar
Dejamos sobre la mesa alguna noticia más para ir cerrando la tienda hasta el próximo lunes. Hacemos acuse de recibo de la presentación de la novillada picada que se celebrará en Aznalcóllar el próximo 9 de abril, víspera del Domingo de Ramos. La estrella del cartel es Calerito, que tomará la alternativa en Sevilla por San Miguel. Estará acompañado del sevillano Daniel de la Fuente y el sanluqueño El Melli para estoquear reses de Hermanos Collado Ruiz. La temporada sevillana sigue animándose...
Pero hay un festejo más inmediato. Es la novillada matinal que ha organizado José María Garzón el próximo domingo en la plaza de Morón de la Frontera para dar la bienvenida a la primavera. El cartel reúne los nombres de tres debutantes a tener muy en cuenta: Diego Bastos, Joselito Sánchez y Marcos Linares. Pero más allá de ese interesante argumento taurino, el empresario sevillano dotará al evento de un novedoso carácter social y familiar. Cuando termine el festejo el ruedo se convertirá en un inmenso recinto lúdico en el que se podrán compartir viandas, tomar una copa, escuchar la música ambiente y hasta dar un capotazo al aire o sentir el tacto de las riendas de un caballo de picar. Y hablando de Garzón, este miércoles se presentan los carteles que ha cocinado para la Feria de la Salud de Córdoba. Las combinaciones son tan ajustadas como macizas aunque no le va a faltar algún dolor de cabeza. Será pasajero. Ya se lo contaremos.