- El hermano mayor del Rocío de Triana y el presidente de Alalá recogen el cheque simbólico. Foto: Rodríguez de la Vega
205.560 euros. Es la abultada cifra que ha recaudado el festival taurino celebrado el pasado 15 de octubre en la plaza de la Maestranza, la más alta registrada hasta ahora. El destino de esos beneficios no es otro que engrosar los fondos de las obras sociales y asistenciales de la Hermandad del Rocío de Triana y la Fundación Alalá siguiendo la estela marcada por la Hermandad de la Macarena, pionera en la nueva orientación taurina de la emblemática fecha de clausura de la temporada sevillana –este año mudada del 12 al 15 por conveniencia de Morante, estrella inicial de un cartel en el que brilló su inevitable ausencia- que ha encontrado una vocación solidaria sin perder su tradicional fachada taurina.
El hermano mayor de la corporación rociera, Federico Flores, y el presidente de la Fundación Alalá, José María Pacheco, fueron los encargados de recibir la recaudación final de ese festejo en un sencillo acto celebrado en la Casa de la Real Maestranza a mediodía de este lunes. Ambos posaron con el teniente de Hermano Mayor del cuerpo nobiliario, Santiago de León, y el gerente de la empresa Pagés, Ramón Valencia Pastor, para mostrar un inmenso cheque simbólico que, de alguna manera, realza esa cifra –los más de 205.000 euros del ala- que supondrá un importante revulsivo en la acción social de ambas entidades.
También estuvieron presentes, entre otras personalidades, el diputado de plaza en la junta de gobierno de la Real Maestranza, Luis Manuel Halcón Guardiola, además de la directora general de Alalá, Blanca Parejo, y el diestro Francisco Rivera Ordóñez, patrono de dicha entidad. Tampoco faltó el humorista César Cadaval, estrechamente vinculado a la organización de un evento que fue posible gracias a las gestiones y el empeño de Miguel Báez Litri –presente en el acto- y el ganadero y rejoneador Fermín Bohórquez.
Santiago de León, que presidió el breve acto, se deshizo en agradecimientos a la participación desinteresada de todos los actores del empeño –especialmente a los toreros y los ganaderos- además de desvelar, apuntado por Ramón Valencia, los beneficiarios del festival del próximo año: la Hermandad de los Gitanos y la Fundación Nuevo Futuro.
Valencia recordó, a modo de anécdota, que el festival del pasado día 15 hacía el número 140 de los festejos benéficos organizados por Pagés desde 1959, año de la entrada del recordado Diodoro Canorea, su suegro, a los mandos de la empresa. “Estamos orgullosos de que el mundo del toro colabore con toda la sociedad”, remachó.
El hermano mayor del Rocío de Triana, por su parte, recalcó el clima de cordialidad que ha acompañado la gestación de este evento. “Nos hemos sentido como en casa”, señaló Flores dando paso a José María Pacheco que, en su turno, recordó la filiación taurina de la Fundación Alalá y destacó que los fondos obtenidos irán destinados “a los 400 niños que tenemos en las distintas escuelas de las 3.000 viviendas, para desarrollar un proyecto sociocultural, musical y deportivo en el barrio”.
Un nuevo éxito organizativo
El festejo gestado por Fermín Bohórquez y Miguel Báez ‘Litri’ con la colaboración inestimable de la Empresa Pagés –que fue anunciado con un cartel de la creadora Adriana Torres- volvió a mostrar la fortaleza de esta iniciativa para colgar el cartel de ‘No hay billetes’ en las taquillas del coso sevillano. No podía ser menos... El propio Fermín Bohórquez, que reapareció puntualmente para la ocasión, y los matadores de toros José María Manzanares, Alejandro Talavante, Borja Jiménez, Pablo Aguado y Alfonso Cadaval además del novillero sevillano Mariscal Ruiz actuaron desinteresadamente para lidiar reses donadas por los hierros del propio Fermín Bohórquez, El Pilar, Garcigrande, Domingo Hernández y Santiago Domecq.
La dimensión, la calidad y la trascendencia de la labor del novillero de Mairena del Aljarafe, que actuó sin haber debutado aún con picadores, fue lo más trascendente de un festejo en el que también brilló el excelente momento de Borja Jiménez o sorprendió el arrojo de Alejandro Talavante. La apuesta no era fácil, enfrentándose al utrero y anunciado con matadores de toros. Pero la moneda salió cara.
Antecedentes
El evento ha venido a reforzar la nueva orientación de esta jornada en el calendario taurino sevillano. Se trata de una fecha que había estado relacionada muchos años con la corrida que se montaba para la Cruz Roja Española. El festejo ya se convirtió en un festival de figuras en el año 2013 en el que la Cruz Roja compartió los beneficios con el Banco de Alimentos. Al año siguiente llegaría la encerrona de Lama de Góngora y en 2015 se celebró la última corrida de toros con Nazaré, Miguel Ángel Delgado y Esaú Fernández en el cartel. En 2016 se había organizado un festival a beneficio del malogrado banderillero algabeño José Manuel Soto que sentenció la lluvia...
En 2017 se creyó cerrada la historia taurina de esta emblemática fecha con la organización de un espectáculo ecuestre pero la Hermandad de la Macarena apostó fuerte en 2018 organizando un lujoso festival que sirvió, de paso, para reivindicar sin ningún tipo de complejo, la rica historia taurina de la corporación de San Gil. Los beneficios obtenidos se sumaron al presupuesto del ambicioso programa social y asistencial de la corporación de San Gil. Se había marcado la senda a seguir: en 2019 llegó el turno a las cofradías de la Esperanza de Triana y el Baratillo bajo el impulso del abogado Joaquín Moeckel. El resultado económico, una vez más, iba a cumplir las mismas expectativas rebasadas por el Gran Poder en 2022. Los Gitanos y Nuevo Futuro esperan ahora su turno.