El Juli: pero sigo siendo el rey....

El maestro madrileño ha conseguido –ahora sí– marcar un nuevo camino en su larga trayectoria. La diferencia se marcó a través de media docena de faenas reveladoras

09 nov 2015 / 23:04 h - Actualizado: 09 nov 2015 / 23:06 h.
"Toros","El Juli"
  • El Juli: pero sigo siendo el rey....

sevilla{¿Quién es el verdadero triunfador de la temporada? ¿Han cambiado las jerarquías del oficio en este convulso 2015? ¿Ha pasado de mano el cetro del toreo? ¿Podemos afirmar que estamos en sede vacante? Ya hablamos la semana pasada del toreo que viene y del posible relevo que está destinado a apretar las tuercas a los de arriba. En cualquier caso, con o sin el cerco de los novísimos, las figuras –no suman más de cinco– han mantenido cierta fortaleza aunque también una escasísima capacidad de renuncia para preparar el escenario que debe preparar el futuro.

El caso es que el propio Juli, en un arranque de sinceridad que es de agradecer, marcaba las últimas claves del año que se fue –también del que está por venir– en una reciente entrevista. El torero reconocía que la tarde de mayor rivalidad de toda su temporada se produjo aquel día albaceteño en el que hizo el paseíllo junto al emergente diestro madrileño López Simón y el flamante matador extremeño José Garrido. Se trataba de recomponer los platos rotos que había dejado la terrible cogida de Miguel Ángel Perera, que tenía que haber actuado mano a mano con El Juli en el ruedo manchego. «Aparte de la competitividad entre nosotros, la tenía la gente, que se sentía dentro de la batalla», se sinceraba el propio maestro remachando un clavo que debe servir para señalar el camino a seguir en 2016: «fue la tarde que vi disfrutar más al público de toda la temporada». Pues eso. No hay más.

El caso es que el torero había escogido una cuidada temporada de escasa competencia en busca del renovado concepto taurino que venía preconizando desde años atrás. Pero, en busca de esa identidad interior, se olvido de la guerra. La rivalidad siempre fue uno de los motores del toreo, aunque los coletudos suelen eludir la cuestión argumentando que salen al ruedo a competir consigo mismos. En esa tesitura, y asumiendo el inevitable desgaste del propio matador, no es de extrañar que escogiera compañeros que difícilmente podían inquietarle, incluyendo a los habituales Morante, Perera o Talavante –con Manzanares se cruzó fugazmente, confirmando la escasa sintonía entre ambos– pero también carteles de escaso interés para el aficionado como los recurrentes manos a mano con rejoneador –con Ventura alternó en Zaragoza y Nimes– o las mixtas con jinete por delante para evitar abrir plaza. Hubo escasas concesiones a la galería y la presencia de Garrido –por poner un ejemplo válido– sólo se materializó gracias a las sustituciones. Finalmente el propio Juli pudo ver, y reconocer, por dónde llegaba la regeneración del espectáculo: dando sitio a los que llegan arreando de verdad. En Logroño, alternando con Roca Rey, pudo comprobarlo in situ.

Hay que volver a la misma y reveladora entrevista, publicada en ABC, en la que el torero volvía a sincerarse al evocar, sin nombrarla, una de las circunstancias que han marcado su carrera a fuego. Se trata de la tremenda cornada sufrida en Sevilla en abril de 2013 que cambió tantas cosas en el ánimo y el afán del matador, pero también en el futuro inmediato de la propia profesión. «Algunas tardes no he tenido la capacidad de jugarme la vida; cuando no me he encontrado a gusto y no veía posible sacar mi toreo no he estado bien», reconocía Julián.

Era la consecuencia de esa fatídica fecha en la que surgió la peor versión de El Juli, defendida con vehemencia por el propio torero para justificar las tardes en las que no lo veía claro tirando de un toreo de trazo forzado, toques violentos y figura descompuesta que no retrata, ni de lejos, su auténtica alma taurina. Pero en medio de este Juli irregular surgió el gran torero en una sucesión de actuaciones y faenas que podrían marcar su definitivo papel –su última etapa en los ruedos– en el mapa del toreo alejado de guerras y guerrillas. Hablamos de su paso por plazas como Valencia, Cáceres, Dax, Cuenca, Bilbao, la competencia de Albacete y la antología de Zaragoza. Mientras tanto, sí queda aún una incógnita por desvelar: ¿Estará El Juli en la puerta de cuadrillas de la plaza de la Maestranza en 2016?. ~