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Toros

Esaú Fernández sale a hombros en su encerrona solidaria

El diestro camero, que dio una sólida dimensión como torero, llenó la plaza instalada para la ocasión y se sobrepuso a las dificultades de los astados

01 mar 2020 / 11:47 h - Actualizado: 01 mar 2020 / 11:50 h.
"Toros"
  • Imagen del diestro tras la faena. Fotos: Prensa-Esaú Fernández.
    Imagen del diestro tras la faena. Fotos: Prensa-Esaú Fernández.

El matador camero Esaú Fernández concluyó con un rotundo éxito y, especialmente, el reconocimiento de los muchos profesionales congregados, su gesto de encerrarse con seis toros de distintas ganaderías este 29 de febrero. Pero, más allá de esa variedad de hierros habría que subrayar la de los encastes elegidos. No sólo se trataba de escenificar un triunfo más o menos amable a las puertas de Sevilla o reivindicarse como torero de ferias. El reto iba más allá. El objetivo era poner a prueba su definitiva capacidad como lidiador, su auténtico fondo torero. Ese reto, a pesar de las dificultades puntuales que pudieron plantear los astados elegidos, se consiguió de sobra.

Es importante subrayar otro dato. El gesto del camero, que había cuidado especialmente todos los detalles de la organización del evento, tenía un fin solidario. Se trataba de recabar fondos para Cáritas Parroquial de Camas en estos tiempos difíciles de pan llevar. La amplia y capaz plaza portátil instalada para la explanada de la Feria. Era otra prueba superada...

Y salió el toro. El primero fue un ejemplar de Baltasar Ibán que sumó su buena condición inicial -el camero cuajó buenos lances con el capote- a la cortedad de su motor que le llevó a defenderse en el tercio final. Esaú muleteó con solvencia y calentó la máquina. Ya había caído la primera oreja. El segundo, marcado con el hierro de Buenavista, acabaría rompiendo con picante en el segundo tercio. El torero tuvo que emplearse a fondo para exprimir y domeñar esas exigentes embestidas. Una estocada validaría el segundo trofeo.

Esaú Fernández sale a hombros en su encerrona solidaria

Y salió el tercero, un imponente y esperado ejemplar de Victorino Martín que iba a poner a prueba todos sus recursos desde que traspasó la puerta de chiqueros. Fernández brindó a su compañero Juan José Padilla y tuvo que echar toda la carne en el asador para dominar y templar una embestida con muchas teclas que tocar. Esaú llegó a sentirse con la mano izquierda pero la espada emborronó el tono de su labor dejando todo en una ovación.

El torero, vestido con un terno inspirado en la ropa que usaba Antonio Ordóñez en la Goyesca de Ronda, llegó a cortar los máximos trofeos al flojo ejemplar de El Pilar que saltó en cuarto lugar. Toreó bien a la verónica en el recibo y el quite posterior y se explayó en una faena bien hecha y bien dicha, generosa en el metraje y concluida entre los pitones que rubricó de un estoconazo. Le dieron el rabo. A 'Liebre', el ejemplar de la familia Fraile le otorgaron la vuelta al ruedo póstuma.

En cualquier caso, lo más destacado de la tarde llegó con el toro de La Ventana, al que recibió a portagayola y banderilleó personalmente antes de brindar a Espartaco padre, El Almendro, Tomás Campuzano y Antonio Muñoz. Lo toreó a los sones de la marcha 'Caridad del Guadalquivir' en una faena entonada, templada y muy entregada. El camero arrastró la muleta por el suelo y llegó a formar un lío por luquecinas. La espada, ay, lo empañó todo. Aún quedaba un sexto de Daniel Ruiz que quedó maltrecho tras dos porrazos. Había poco que hacer...

Se lidiaron, por este orden, seis toros de los hierros de Baltasar Ibán, Buenavista, Victorino Martín, El Pilar, La Ventana de San Lorenzo y Daniel Ruiz, desiguales de presentación y juego. Destacaron por su juego el de Ventana de San Lorenzo y el de El Pilar, que recibió los honores de la vuelta al ruedo.

Esaú Fernández, que actuó en solitario, cosechó el siguiente balance: oreja, oreja, ovación, dos orejas y rabo, ovación y ovación.

La plaza portátil instalada para la ocasión se llenó por completo. El día resultó frío, nublado y ventoso.