Observatorio taurino

Farolillos en la memoria y luto en las banderas

La Feria de Abril que no ha podido ser abre algunas puertas a la melancolía mientras seguimos preguntándonos cómo será el día después

27 abr 2020 / 13:13 h - Actualizado: 27 abr 2020 / 13:15 h.
"Observatorio taurino"
  • Farolillos en la memoria y luto en las banderas

Días de nada

Ya deberían haberse encendido esos farolillos que sí lucieron virtualmente en la alegría íntima, necesaria y natural de tantas y tantas casas que no dejaron de brindar por lo más sagrado: la vida. Es la misma alegría que debemos transmitir a los más pequeños, víctimas colaterales de esta pandemia que ha llegado para cuestionar tantas cosas, también en lo taurino. Los carteles impresos y el programa de mano de la empresa Pagés marcaban una cita de lujo para este antiguo Lunes de Alumbrado: nada menos que El Juli, Talavante y Roca Rey anunciados con la corrida de Victoriano del Río. Pero ya se tenían que haber celebrado otras citas de lujo por las que habrían desfilado los nombres de Morante, Pablo Aguado, Manzanares... Nada podrá ser como se preparó y los sueños de recuperar en septiembre están más que disipados. Ya no pensamos en recoger los platos rotos de este nefasto 2020 que se sabe irremisiblemente perdido. Pero las dudas empiezan a asaltar en torno a 2021: ¿Qué pasará con los espectáculos de masas? De ser cierto lo que avanzan algunos presuntos especialistas nos podemos encontrar con un complejo panorama que obligaría a profundos cambios estructurales a un sector que, hasta ahora, no ha sabido revocar algunas inercias seculares. La administración pública también tendrá que estar a la altura de las circunstancias. El afán recaudador debería dar paso a una tutela cultural. ¿Quién le pone el cascabel a este gato?

San Isidro y San Fermín: otros dos santos sin toros

Era más que sabido pero ahora ya es oficial: no habrá toros en San Isidro. Las últimas negociaciones para poner a punto el larguísimo serial madrileño habían quedado varadas en vía muerta en coincidencia con el comienzo de este horrendo fregado. Las distintas ferias y eventos taurinos han ido cayendo uno tras otro, como en un efecto dominó, dejando el negocio y a sus actores metidos en el congelador y tiritando. Hablar de Madrid y su plaza de Las Ventas implica hacerlo, inevitablemente, de la figura de Gallito a punto de cumplirse el centenario de su trágica muerte en Talavera. El coloso de Gelves fue el verdadero inspirador de la Monumental madrileña, poniendo su enciclopédico conocimiento de la Fiesta al servicio del arquitecto que firmó los planos: José Espeliú. Ni uno ni otro pudieron verla. El coso sería concluido bajo la dirección de otro arquitecto, Manuel Muñoz Monasterio, que años más tarde dirigiría las obras del primitivo estadio Santiago Bernabéu. La plaza se estrenó precariamente en 1931 aunque la inauguración oficial no llegaría hasta 1934 bajo la efímera bandera tricolor. Eso sí: el trascendental coso venteño encontraría su definitivo lugar en el mundo en la temporada de 1947 con la creación de la Feria de San Isidro. Desde entonces –cinco tardes en la temporada inaugural, más de un mes de toros previsto para 2020- no se había suspendido...

Pero hay un ciclo, el pamplonica de San Fermín, que marca un punto de no retorno por su propia resonancia internacional. La cancelación de la Feria del Toro, de su jarana y de los universales encierros matutinos marca un antes y un después y sirve de señuelo de los riesgos que permanecen. No habrá toros en Pamplona en 2020 pero las dudas siguen latentes. Se habla de una nueva normalidad, de un mundo distinto al que conocíamos... ¿Tendrá cabida en ese lamentable universo profiláctico la Feria de Abril, San Fermín, la Semana Santa, nuestras corridas de toros, todo ese retablo sentimental y costumbrista tal y como lo hemos conocido? El tiempo y la ciencia tendrán la palabra pero el asunto empieza a estremecer. Mucho...

Cartas iban y venían...

La magnitud del desastre se puede simbolizar en la drástica reducción de algunas ganaderías de referencia. Ahí está el caso de Fuente Ymbro. Ricardo Gallardo, su propietario, ya ha decidido reducir a la mitad su vacada. Hablamos de 700 cabezas de ganado que irán derechitas al matadero, dejando 300 vacas de vientre y reduciendo la plantilla de 62 a 25 sementales. No queda otra. El criador de San José del Valle ponía números a esta hecatombe: en los mataderos se están pagando 325 euros por reses que se llevan casi 5.000 para poder estar ‘puestas’ en una plaza grande. Pues así está el panorama. Gallardo, por cierto, ha sido una de las víctimas del coronavirus. Dice que lo cogió, como su íntimo y difunto Borja Domecq, en no sé qué evento de Jerez. Él si ha podido contarlo.

Pero hay más cosas que contar, como la reciente reunión de los principales estamentos del toreo con dos subalternos del ministro Rodríguez Uribes, que brilló por su ausencia en el encuentro telemático. Le representaron, decimos, el secretario general del Ministerio de Cultura, un tal Javier García Fernández, que se hizo acompañar del director general de Bellas Artes, Román Fernández Baca, muy conocido en el ambiente cultural y cofrade de Andalucía en su anterior faceta de director del IAPH. La reunión virtual contó con la participación de sendos representantes innominados de ANOET, la Fundación del Toro de Lidia, la Unión de Criadores de Toros de Lidia, la Unión de Toreros y la Unión Nacional de picadores y banderilleros de España.

Según el comunicado emitido por la Fundación, el sector taurino tendría el compromiso del Ministerio para “trabajar en las medidas que se puedan aplicar para cubrir las lagunas en la protección de los profesionales del sector, la inclusión de la tauromaquia en las medidas que se vayan aplicando a las industrias culturales, así como a valorar medidas específicas para la tauromaquia”. Pues muy bien. Pero una cosa es predicar y otra, bien distinta, dar trigo. Eso sí, hay que agradecer que el ministerio haya reconocido la importancia de la Tauromaquia “no sólo como patrimonio cultural sino por su conexión con la ecología, el medio ambiente y su importancia también en la fijación de población en el medio rural”. El Ministerio de Cultura, prosigue el mismo comunicado, ha agradecido en nombre del Ministro la “lealtad y paciencia del mundo del toro en estos momentos tan difíciles y duros para todos”. Paciencia sí que va a hacer falta. Mucha... La imagen de la Real Maestranza, simbolizando el luto de la nación sobre la balaustrada de su Casa, sirve para materializar estos días sin rumbo. La imagen, por cierto, es de un antiguo aspirante a novillero que, degenerando como el banderillero de Belmonte, mutó en concejal. Nos vemos en siete días, estrenando el florido mayo.