Historia íntima de un vestido de torear

El pintor sevillano Ricardo Suárez se ha inspirado en la ornamentación barroca de la iglesia del Salvador para diseñar el traje que el novillero Rafa Serna lucirá en su alternativa este domingo

20 sep 2017 / 08:40 h - Actualizado: 20 sep 2017 / 08:42 h.
"Rafa Serna"
  • El sastre Pedro Algaba explica los avatares técnicos de la confección del vestido a su diseñador, Ricardo Suárez, y al futuro matador, Rafa Serna. / Reportaje gráfico: Rodríguez de la Vega
    El sastre Pedro Algaba explica los avatares técnicos de la confección del vestido a su diseñador, Ricardo Suárez, y al futuro matador, Rafa Serna. / Reportaje gráfico: Rodríguez de la Vega
  • Suárez se ha basado en la ornamentación de Leonardo de Figueroa.
    Suárez se ha basado en la ornamentación de Leonardo de Figueroa.

El resultado final está vedado al fotógrafo pero el vestido de la alternativa de Rafa Serna ya es una realidad. Ayer se hicieron las últimas pruebas en la intimidad familiar: el torero, el diseñador, el sastre, sus padres, algún periodista... Se lo ha diseñado el pintor Ricardo Suárez y se ha bordado, cosido y montado en el obrador de los sastres Pedro y Justo Algaba. El domingo verá la luz. Luego saldrá el toro...

Ricardo se ha basado en la estrecha vinculación de la familia Serna–Lirola con la iglesia del Salvador para poner en pie este traje único. El pintor evoca otros lugares comunes, como la concurrida bodeguita de los soportales de la plaza –fue en otro tiempo la zapatería familiar de Las 3 B– o los tiempos en que Pepín Lirola, abuelo materno del futuro matador, empuñó la vara dorada de la hermandad del Rocío de Sevilla. «Es que Rafa, padre e hijo, han convivido con la arquitectura de la iglesia», explica Ricardo recordando un pasaje del pregón de la Semana Santa del músico sevillano. Pero el propio diseñador del vestido se ha sumergido en su vinculación personal con el templo –su madre está enterrada en una de sus criptas– para alumbrar este diseño que bebe de las fuentes ornamentales de la ciudad. «La piedra angular del vestido son esos rosetones que se encuentran bajo la cúpula y en los extremos de las naves laterales».

Los ha ubicado en las bandas de bordado que cubren las piernas, los brazos y la espaldilla de la chaquetilla vertebrándose en torno a la arquitectura prestada por los pilares cuadrangulares que sustentan la iglesia del Salvador, que debe sus trazas al arquitecto dieciochesco Leonardo de Figueroa. «No deja de ser una actualización del discurso del último barroco que tuvo éxito en Sevilla», precisa Suárez, que un día prometió a Rafael González Serna pintarle la portada de su pregón y diseñarle el vestido de la alternativa de su hijo Rafa. La pedrería verde, de alguna manera, evoca aquella breve estancia de la Esperanza de la Macarena en el templo colegial. Fue en la Madrugá de 2013. Aquella mañana lluviosa de Viernes Santo bajó la rampa un nazareno que está a punto de ser matador. Algún tiempo antes se había gastado 50 euros furtivos en la misma sastrería para comprar su primera espada de ayuda.

Pedro Algaba, el sastre, ha mostrado un entusiasmo especial en este empeño. «Este es el vestido en el que más alma hemos echado en cuarenta años de profesión y sabíamos que iba a salir una cosa especial», afirma el alfayate explicando que se ha empleado hilo fino y canutillos de oro para redondear esta obra artesanal que verá la luz este domingo cuando Rafa Serna abandone el hotel camino de su cita en la plaza de la Real Maestranza.

«Este vestido me ha gustado desde el primer momento», reconoce el novillero sin dejar de ocultar su ilusión en la prueba definitiva. «No quería que el traje fuera blanco; quería un color especial y al ver ese tono me recordó la túnica de lana de merino de los nazarenos de la Macarena».