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Los tres matadores acabarían abandonando la plaza a hombros con la noche cerrada. Foto: Eva Morales
La interminable corrida de toros celebrada en la tarde noche de ayer en el coso de La Mulata de Utrera con motivo de la feria de Nuestra Señora de Consolación se saldó con el indulto del toro 'Embriagado', un gran ejemplar de Fuente Ymbro que logró el perdón de su vida en manos de Esaú Fernández. El camero salió a hombros junto a Francisco de Manuel y Borja Jiménez, que volvió a revelar el grandioso momento que atraviesa y que le debe llevar a saltar de órbita en la próxima campaña.
La celebración del festejo peligró hasta mediodía debido al calamitoso estado del ruedo, completamente anegado por las fuertes lluvias que habían caído en Utrera -y toda España- desde mediodía. Los esfuerzos de los operarios de la empresa que comandan Carmelo García permitieron que el piso de plaza, remendado con serrín, estuviera dispuesto a la hora prevista mientras se sucedían, una a una, una larga lista de suspensiones en el resto de la geografía taurina.
Pero más allá del indulto, de la dimensión de Borja y del interés que despertó el madrileño Francisco de Manuel el festejo acabó pasando a la historia –y a la histeria de las redes- por el errático comportamiento del criador Ricardo Gallardo que acabaría siendo propuesto para sanción por asomarse al ruedo más allá de la tronera del burladero durante la lidia de ese ‘Embriagado’. Pero es que la euforia del momento le iba a jugar otra mala pasada en los micrófonos de Canal Sur, que retransmitía la corrida en directo. La reportera Noelia López pregunto al ganadero si estaba dispuesto a llevarse el toro al campo. “Al campo te llevaba a ti”, fue la respuesta. La caza de brujas, en los tiempos que corren, estaba servida...
El criador Ricardo Gallardo pisando el ruedo durante la lidia de ‘Embriagado’. Foto: Canal Sur.
A partir de ahí, ateniéndonos al estricto desarrollo taurino del festejo, hay que reseñar que el matador camero Esaú Fernández fue el encargado de despachar a ese ‘Embriagado’, un toro de seria presencia al que recibió con una larga a portagayola. El animal, que se empleó en el único puyazo que tomó, acusó en parte el estado del ruedo aunque anunció cosas buenas en su lidia. Esaú inició la faena con un péndulo en los medios que reveló la fijeza y la codicia del animal. El camero, muy templado, le tomó el aire sobre la mano derecha y tuvo que aguantar más sobre el izquierdo, pitón por el que acabó trazando muletazos largos y muy hondos, apurando la clase del toro de Ricardo Gallardo sin que faltara un arrimón que no sería el final.
Esaú tenía claro el objetivo y hasta amagó con matarlo sin cambiar la espada. El toro siguió embistiendo mientras se alentaba el indulto, sonaba un aviso y el ganadero se asomaba al ruedo. El camero siguió toreando, el toro embistiendo y la gente pidiendo el perdón de la vida del astado, llamado 'Embriagado', que se acabó marchando vivo a los corrales después de que asomara el pañuelo naranja.
El cuarto, un torazo que el ganadero había llegado a reseñar para Pamplona, caminó siempre a su aire y sin humillar, esperando en banderillas. Esaú Fernández, muy centrado, manejó bien esa embestida insulsa y remisa en una labor bien administrada y escenificada que culminó entre los pitones.
El gran momento de Borja
Borja Jiménez se enfrentó en primer lugar a un jabonero muy frío de salida que se acabó dejando en la muleta. El torero de Espartinas hizo las cosas muy bien desde el principio, por trazo, temple, colocación y compromiso revelando el excelente momento que atraviesa. Fue una labor maciza en el fondo, inteligente en el planteamiento y compuesta en la forma, muy por encima de la mediana calidad del animal al que acabó toreando encajado y relajado, especialmente con la mano izquierda. La espada entró al segundo encuentro y la cosa quedó en una única oreja.
Borja iba a lancear de forma excelente a un quinto de buen principio y ritmo en la lidia que iba a ir a menos en la muleta, echando el freno y esperando entre muletazo y muletazo del joven diestro de Espartinas, que se puso muy de verdad en una faena sincera y honda, muy por encima de los defectos que acabó desarollando su enemigo. La espada, una vez más, se iba a atascar.
Cerraba el cartel el diestro madrileño Francisco de Manuel, que tiró una larga desde el tercio a un tercero de amplia cuerna, muy distraído en los primeros tercios. La faena tuvo la virtud de sobreponerse a las miradas de un animal informal que no llegó a emplearse nunca, al que toreó muy bien al natural y mató de una gran estocada. El sexto, otro toraco de pavorosas defensas, acudió con alegría al caballo e hizo cosas buenas en la brega antes de que Francisco de Manuel tomara espada y muleta desde los medios. El toro, un punto rebrincado, tuvo teclas que tocar y muchos problemas que el madrileño resolvió en otro trasteo comprometido y solvente que remató de otro buen espadazo.
Ficha del festejo
Ganado: Se lidiaron seis toros de Fuente Ymbro, exagerados para un ruedo como Utrera. Bravo y completo el primero, que fue indultado; se dejó sin más el segundo; sin fondo ni entrega el tercero; a su aire el imponente cuarto; de más a muy menos el quinto y con demasiados problemas el vastísimo sexto.
Matadores: Esaú Fernández, de azul azafata y oro, indultó al primero y paseó un simbólico ramillete de romero; cortó una oreja al cuarto
Borja Jiménez, de grana y oro, oreja y oreja tras aviso
Francisco de Manuel, de azul pavo y oro, oreja y oreja
Incidencias: La plaza registró un cuarto de entrada en tarde fresca, apacible y ausente de lluvia. Los tres matadores se presentaban en la plaza de Utrera. Daniel Duarte destacó banderilleando al tercero. El ganadero Ricardo Gallardo fue propuesto para sanción después de invadir el ruedo durante la lidia del primer toro de la tarde
